En líneas generales me ha gustado bastante. Los actores cumplen su cometido y aprovechan bastante sus personajes.
Desarrollando un poco más el argumento, vemos que la historia se desarrolla en una sociedad en la que la gente está todo el día con tablets o moviles, enganchados a una aplicación que se llama Miss Davis. Esta inteligencia artificial es usada por millones de personas, las cuales están continuamente haciendole consultas o pidiendo consejos.
La gente se siente segura y sigue ciegamente lo que este programa les dice, generando un equilibrio social.
Es aquí donde entra la religión.
La protagonista entra en modo trance (cual Teresa de Jesús) y habla con Jesucristo, el cual está todo el rato en una especie de bar de carretera, esperando a que la gente vaya a verle y le pone de comer. De hecho recibe bastantes visitas.
Aquí se entrecuzan ambos mundos. El de la religión y el de la esta nueva tecnología de la IA.
A ambos la agente acude a pedir ayuda y consejo. Y muchas veces también para acabar oyendo, lo que quieren oir. Porque necesitan tener la aprobación de alguien.
De hecho, ambos protagonistas también lo buscan.