Viva la República (Karel Kachyna. 1965)
la verdad es que a nivel cinematográfico es una cinta apabullante, un espectáculo íntimo de 2 largas horas, contando la IIGM y posteriores años a través de los ojos de un niño, hay cintas que para verlas hay que entender mucho el contexto.. y nosotros no lo tenemos, toda la locura de los años 40 en el centro de Europa y las alucinaciones y el filo de la vida al descubierto para los más inocentes, las imágenes de Kachyna atrapan y lleva muy bien la belleza dentro de la tragedia...
pero luego claro, el guión es una cosa mucho más abstracta y acaba siendo una especie de sueño real alucinado, repetición de escenas inconexas, sin separación realidad-ficción, sin un plano temporal, y la enorme sensación de lo que vemos baja un poco por lo que nos cuenta; con todo, esta cinta tiene mucho cine dentro, y, aunque conocida yo creo que está algo tapada por obras más menores de la cinematografía nacional, desde luego no es un título fácil (el cine checoslovaco no suele serlo) pero aquí hay muchas claves personales-históricas para no atraer a cualquiera; aunque sólo por su dirección y ambición visual ya merece mucho la pena.
la verdad es que a nivel cinematográfico es una cinta apabullante, un espectáculo íntimo de 2 largas horas, contando la IIGM y posteriores años a través de los ojos de un niño, hay cintas que para verlas hay que entender mucho el contexto.. y nosotros no lo tenemos, toda la locura de los años 40 en el centro de Europa y las alucinaciones y el filo de la vida al descubierto para los más inocentes, las imágenes de Kachyna atrapan y lleva muy bien la belleza dentro de la tragedia...
pero luego claro, el guión es una cosa mucho más abstracta y acaba siendo una especie de sueño real alucinado, repetición de escenas inconexas, sin separación realidad-ficción, sin un plano temporal, y la enorme sensación de lo que vemos baja un poco por lo que nos cuenta; con todo, esta cinta tiene mucho cine dentro, y, aunque conocida yo creo que está algo tapada por obras más menores de la cinematografía nacional, desde luego no es un título fácil (el cine checoslovaco no suele serlo) pero aquí hay muchas claves personales-históricas para no atraer a cualquiera; aunque sólo por su dirección y ambición visual ya merece mucho la pena.
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