Le fin absolute du monde
Fue dirigida por Hans Backovic en 1971 y fue proyectada (en público) solamente una vez, en su premiere en el Festival de Sitges de ese mismo año. En esa primer proyección los espectadores entraron en un frenesí salvaje, donde hubieron algunos muertos y varios heridos. La historia oficial indica un accidente de proyección y un incendio que provocaron la histeria del público; algunos que pretenden haber entrevistado a los sobrevivientes del desastre dicen que la sangre se podía oler desde la sala de proyección. Hubo quienes hablaron de locura y hasta de canibalismo.
Hans Backovic, es sabido, exploraba los límites de la afectación del público y, según algún crítico, "abusaba de la confianza del espectador". También se sabe que luego del incidente de la premiére, Backovic se recluyó obsesionado con su propia película para luego saltarse la tapa de los sesos de un tiro.
En resumidas cuentas, la fama de La Fin Absolue Du Monde es que provoca una locura violenta en aquellos que la ven. Se dice que es más que una película, que su influencia es fatal, que querer verla es un suicidio.
The Absolute End Of The World (La Fin Absolue Du Monde, Hans Backovic, 1971)
A lo largo de la historia del cine, algunas películas han corrido la mala suerte de conocerse como malditas por sus incidentes durante el rodaje, por su nula distribución o incluso por su mala recaudación. Pero ninguna de ellas ha adquirido dicha calificación tan merecidamente como el filme que nos ocupa...
Su aureola comenzó a forjarse hace más de 30 años cuando, en la edición del Festival de Sitges de 1971, la sala donde se exhibía en ese momento comenzó a arder a causa de un fallo en el proyector, provocando heridos de diversa magnitud.
Los espectadores que fueron entrevistados por aquel entonces apenas se ponían de acuerdo sobre lo visionado, aunque todos parecían coincidir en lo bizarro de la cinta, una mezcla no muy heterogénea de violencia extrema con ángeles como telón de fondo.
Si a todo esto le sumamos la peculiar personalidad de su autor la leyenda está hecha.
Hans Backovic estaba considerado mayoritariamente como un terrorista audiovisual, alguien que abusaba de la confianza de la audiencia para llevar a cabo su particular objetivo, la destrucción del elemento cinematográfico. Misteriosamente, después de rodar este largometraje desapareció de la vida pública, no volviendo a rodar de nuevo.
A partir de aquí se hace complicado discernir entre la realidad y la leyenda. Oficialmente, la única copia existente de la película se destruyó en el incendio (de hecho el Festival de Sitges acusó al director de utilizar un material altamente inflamable para rodarla como posible causa del fuego, lo que sirvió para que algunos le acusaran de haberlo hecho a propósito y que, pareció causar a su vez, su fuga de la sociedad) pero eso no fue problema para que muchos admitieran haberla visto años después circulando por diversos festivales underground. Incluso se llegó a decir que la película era real, una especia de snuff movie diabólica que mostraba la tortura de un verdadero ángel a manos de unos niños, gracias a la influencia del mismísimo Belcebú. Como podéis comprobar, rumores para todos los gustos.
En los últimos años su mito ha ido en aumento, diversas sectas satánicas reconocen haber buscado una copia sin éxito, coleccionistas de cine ultramillonarios pagan fortunas a quien les consiga algun fragmento visionable del filme, etc.
¿Qué amante del cine no pagaría (si se lo pudiese permitir) tanto dinero por ver una pieza tan extraña?
¿Quién no querría comprobar por si mismo, si realmente visionarla es contemplar la maldad más absoluta?