Películas únicas, por Javier Marías

Grubert

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Curioso artículo el que apareció este último domingo en El País Semanal. Sí, es otra lista de películas favoritas, pero muchas no son conocidas y además Marías explica lo que le gusta de ellas. He añadido notas sobre su disponibilidad en DVD :agradable

Hace dos semanas anuncié que, si les parecía, otro día me animaría a recomendar algunas antiguas películas que, sin ser obras maestras, me dejaron un recuerdo indeleble, a veces por una sola escena. A unos cuantos lectores les ha parecido bien, así que aquí van unas pocas así, honradas, modestas y sin pretensiones, con las que sin embargo uno aprendió mucho y disfrutó –según dice siempre Augusto M. Torres– como sólo se hace en las edades de la inocencia. Todo venía –recuerdan– de una cena con Pérez-Reverte y Díaz Yanes, y el primero ya cumplió su promesa, allí donde escribe cada domingo, de recomendar una larga lista de películas de guerra que casi plenamente suscribo. Ahora me toca cumplir con mi parte, aunque sin limitarme a un solo género.


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Siento gran debilidad por Espía por mandato [The Counterfeit Traitor, 1962], de George Seaton, en la que William Holden y Lilli Palmer colaboran para sabotear a los nazis, y gracias a ellos se produce un bombardeo con muchas víctimas. Ella, sin embargo, es católica, y le remuerde la conciencia. Decide ir a confesarse, pero en el confesionario se ha introducido un agente de la Gestapo, al que no puede distinguir a través de la rejilla. No la veo desde hace mil años, pero esa escena la tengo grabada.
[Espía por mandato está editada en DVD en España por Sogemedia con imagen 4:3, y en EE.UU. por Paramount con imagen 1.85:1 anamórfica, pero sólo con subtítulos en inglés.]


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Lo mismo me sucede con Bajo diez banderas [Sotto dieci bandiere, 1960], de Duilio Coletti, con el incomparable Charles Laughton, en la que un espía ha de abrir una caja fuerte, el camino hasta la cual está protegido por un sistema de alarma de rayos infrarrojos que él, con unas gafas especiales (y el espectador, por tanto), ve como una terrible maraña de hilos entrecruzados. Si roza uno solo, se disparará la alarma y será capturado y ejecutado. Pocas veces he sentido más emoción que con sus piruetas en el laberinto.
[Bajo diez banderas está inédita en DVD.]


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Tampoco es fácil volver a ver Río Conchos [Rio Conchos, 1964], de Gordon Douglas. Lo que mejor recuerdo es el precedente del Kurtz de Apocalypse Now (no del de El corazón de las tinieblas de Conrad, evidentemente), encarnado por Edmond O’Brien, un antiguo oficial confederado (aún conserva el uniforme), dueño y señor de una especie de ciudadela en México poblada por desalmados. También el Peckinpah de Grupo salvaje le debe mucho a esa olvidada película.
[Río Conchos está inédita en DVD.]


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En cuanto a Último tren a Katanga [Dark of the Sun/The Mercenaries, 1968], de Jack Cardiff, no sé a qué esperan las casas de DVDs para recuperarla, estando de permanente actualidad su tema: mercenarios, diamantes y el Congo, contado todo con fuerza y brío, impresionante sin necesidad de truculencias.
[Último tren a Katanga está inédita en DVD.]


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Más reciente y más famosa, pero me temo que también ya olvidada, es El ojo de la aguja [Eye of the Needle, 1981], de Richard Marquand, en la que Kate Nelligan, que vive con un marido paralítico y su hijo en una diminuta isla británica con faro, se enamora de Donald Sutherland sin sospechar que es un espía nazi absolutamente despiadado. No hay muchas películas en las que haya soportado tanta tensión, eso tan difícil de conseguir que sientan los espectadores contemporáneos.
[El ojo de la aguja está editada en DVD por MGM/Fox.]


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Pasando a géneros más sosegados, pocas escenas me han divertido tanto como una, a la vez bonita y ridícula, de Mi amor brasileño [Latin Lovers, 1953], de Mervyn LeRoy, en la que Ricardo Montalbán primero le canta a Lana Turner una canción disparatada y luego baila con ella una samba hasta desmayarla.
[Mi amor brasileño está inédita en DVD.]


Por último, dos películas de Greer Garson, actriz ocultamente sensual a la que pocos recuerdan:


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La historia de los Miniver [The Miniver Story, 1950], de H. C. Potter, secuela de la mucho más célebre La señora Miniver y una de las mejores y más delicadas historias de amor profundo que he visto.
[The Miniver Story está inédita en DVD.]


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Y Niebla en el pasado [Random Harvest, 1942], de Mervyn LeRoy, en la que ella es abandonada por su marido Ronald Colman al recuperar éste la memoria que había perdido durante la guerra y regresar a su antigua vida, sin acordarse de que tenía iniciada una nueva en su compañía …
[Niebla en el pasado está editada por Warner en EE.UU. y Francia. La edición francesa carece totalmente de contenidos adicionales, mientras que la norteamericana tiene subtítulos en español y algunos extras, incluida la adaptación radiofónica de la película.]

A ver si salen en DVD las que faltan. Cada una a su manera, todas estas también son, para mi memoria, películas “únicas”.
 
Espía por mandato, bajo diez banderas y Último tren a Katanga me gustan mucho, yo tambien las recomiendo. Me apunto el resto. :agradable
 
Río Conchos es una jodida maravilla.

Bajo diez banderas la tengo por ahí pendiente en una copia VOS.


Creo que van a salir en los próximos meses en dvd.
 
Esto surge a raíz de un encuentro entre Marías, Pérez Reverte y Díaz Yanes donde los 3 acuerdan publicar sus gustos cinéfilos en las revistas donde colaboran.

Aquí os dejo el de Pérez:

Cenaba la otra noche con Javier Marías y Agustín Díaz Yanes. Cada vez que nos juntamos –somos de la misma generación: Hazañas Bélicas, Capitán Tueno y el Jabato, cine con bolsa de pipas– acabamos hablando de libros y de las películas que más nos gustan: las del Oeste y las de la Segunda Guerra Mundial, sobre todo aquéllas de los años cincuenta, a ser posible con comando inglés dentro. A Tano, sobre todo, le metes unos comandos ingleses en una película en blanco y negro y se le saltan las lágrimas de felicidad. Y si encima intentan matar a Rommel cerca de Tobruk, levita. El caso es que estuvimos comentando la última que hemos rescatado en deuvedé, que es El infierno de los héroes –José Ferrer al mando de una incursión de kayaks en la costa francesa–, e hicimos los votos acostumbrados para que a alguna distribuidora se le ocurra sacar dos títulos que llevamos casi cincuenta años esperando ver de nuevo: Yo fui el doble de Montgomery y Fugitivos del desierto: aquélla de John Mills, con Anthonty Quayle de espía alemán. Por mi parte, y ya que mis favoritas son las de guerra en el mar –los tres coincidimos en que Hundid el Bismarck y Duelo en el Atlántico son joyas del género, sin despreciar, claro, Náufragos y Sangre, sudor y lágrimas–, la película que me hará caer de rodillas dando gracias a Dios el día que me la tope es Bajo diez banderas, de la que sólo tengo una vieja copia en cinta de vídeo: la historia del corsario alemán Atlantis, con un inolvidable Van Heflin interpretando el papel del comandante Rogge, y Charles Laughton en el papel, sublime, de almirante inglés. Cine de verdad, en una palabra. Del que veías con diez o doce años y te marcaba para toda la vida.

Comentamos, al hilo de esto, que tanto al rey de Redonda como al arriba firmante nos llegan a menudo cartas de lectores solicitando listas de películas. Yo no suelo meterme en tales jardines, pues una cosa es hablar de lo que te gusta, sin dar muchas explicaciones, y otra establecer listas más o menos canónicas que siempre, en última instancia, resultan subjetivas y pueden decepcionar al respetable. Hay una película, por ejemplo, que Javier, Tano y yo consideramos obra maestra indiscutible: Vida y muerte del coronel Blimp, dirigida por nuestros admirados Powell y Pressburger –los de La batalla del río de la Plata, por cierto, sobre el Graf Spee–; pero no estoy seguro de que algunos jóvenes espectadores la aprecien del modo incondicional en que la apreciamos nosotros. Son otros tiempos, y otros cines. Otros públicos.

De cualquier modo, Javier y yo nos comprometimos durante la cena a publicar algún artículo hablando de esas películas, cada uno en el suplemento dominical donde le da a la tecla. Como escribimos con dos o tres semanas de antelación, no sé si el suyo habrá salido ya. Tampoco sé si habrá muchas coincidencias, aunque imagino que las suficientes. En lo tocante a películas sobre la Segunda Guerra Mundial, yo añadiría Roma, cittá aperta, Mi mejor enemigo –tiernísima, con David Niven y Alberto Sordi–, Los cañones de Navarone, El día más largo, El puente sobre el río Kwai y algunas más. Entre ellas, Las ratas del desierto, Arenas sangrientas –John Wayne como sargento de marines–, 5 tumbas al Cairo, Comando en el mar de la China, Torpedo, El tren –con Burt Lancaster, obra maestra– o la excelente Un taxi para Tobruk, con Lino Ventura y Hardy Kruger, clásico entrañable de la guerra en el Norte de África. Sin olvidar la rusa La infancia de Iván, la italiana Le quattro giornatte di Napoli y la también italiana –ésta de hace muy poco, y buenísima– Il partigiano Johnny. Pues, aunque las mejores películas de la Segunda Guerra Mundial se rodaron entre los años 40 y 60, es justo mencionar algunos importantes títulos posteriores. Como la primera mitad de Doce del patíbulo, por ejemplo. O Un puente lejano. O El submarino, de Wolfgang Petersen. Sin olvidar, claro, Salvad al soldado Ryan, ni la extraordinaria serie de televisión Hermanos de sangre.

No puedo rematar un artículo sobre películas de la Segunda Guerra Mundial sin citar, aun dejándome muchas en el cartucho de tinta de la impresora, dos que están entre mis favoritas. Una es No eran imprescindibles –Robert Montgomery, John Wayne y Patricia Neal–, donde John Ford cuenta la conmovedora historia de una flotilla de lanchas torpederas en las Filipinas invadidas por los japoneses. La otra es El hombre que nunca existió, episodio real de espionaje –Clifton Webb es el protagonista, con Stephen Boyd, el Mesala de Ben Hur, haciendo de agente alemán– sobre cómo el cadáver de un hombre desconocido se convirtió en héroe de guerra y ganó una batalla. En mi opinión, quien consiga añadir esos dos títulos a la mayor parte de los citados arriba, puede darse por satisfecho. Dispone de una filmografía bastante completa sobre la Segunda Guerra Mundial. Un botín precioso y envidiable.

Otro día, si les apetece, hablaremos de cine del Oeste.


Vida y muerte del coronel Blimp la menciona mucho, ¿alguien la ha visto?
 
nogales dijo:
Vida y muerte del coronel Blimp la menciona mucho, ¿alguien la ha visto?
"Vida y muerte del Coronel Blimp" es en mi opinión junto a "Las zapatillas rojas" y "Narciso negro" lo mejor de la dupla Powell-Pressburger y por ende del cine británico. Un clásico con mayúsculas que tiene como ejes centrales la evolución que se le exige a todo ser humano para adaptarse a las circunstancias y al paso del tiempo, y la importancia de preservar valores como el honor y el respeto. Aun resultando un poco naíf en ciertos momentos, desprende una sensibilidad y un humanismo de enorme vigencia.
En la faceta técnica destacaría su sobria pero elegante puesta en escena y el maravilloso uso del technicolor.

La edición patria de Filmax (por imagen y sonido) es una buena oportunidad para gozar de esta gran película.
 
nogales dijo:
Vida y muerte del coronel Blimp la menciona mucho, ¿alguien la ha visto?

Es una maravilla. Y con una Deborah Kerr con 22 años que nunca ha estado tan guapa. Imprescindible visión. Sino recuerdo mal fué la segunda película que puso Garci cuando comenzó su programa "Qué grande es el cine" y se vanagloriaba de ponerla porque es una película que no se veía (ni se ve) mucho por televisión.
 
Debo reconocer que de Powell&Pressburger sólo he visto Las zapatillas rojas. :doh

A ver cuándo me pongo...
 
Vida y muerte del coronel Blimp es una de mis 10 películas favoritas. Todo en ella es perfecto. La dirección de Powell/Pressburger, tremendamente moderna como casi toda su obra (recordemos que estamos en el año 43), los actores, un guión maravilloso, etc. Cada segundo de esta película me conduce al síndrome de Stendhal sin remisión.

Y Río Conchos es una de las películas que más necesito edición en DVD. Un portento de película.
El artículo de Marías, tiene un antecedente como dice geminis, en el mejor libro de artículos de cine que he leido en mi vida, que es ese que menciona más arriba. Libro recomendabilísimo, donde es un auténtico placer leerle de películas como Dublineses (otro caso Stendhal) o El fantasma y la señora Muir.
 
Powell & Pressburger, juntos y a veces separados, son dioses cinematográficos: A vida o muerte, Vida y muerte del coronel Blimp, Narciso negro, Las zapatillas rojas, Los cuentos de Canterbury, El fotógrafo del pánico... Gloriosos, siempre con historias originales y a veces polémicas, y un empleo de la técnica desopilante y moderno.

Marias habla también de Rio Conchos, un western excelente a medio camino entre Centauros del desierto y El corazón de las tinieblas que cuenta con una espectacular interpretación protagonista del habitualmente secundario Richard Boone.

Sobre las pelis de guerra que se comentan, desde hace un tiempo vengo descubriendo el punto de vista de otras nacionalidades sobre la guerra, gracias a compras internacionales, en un principio, y alguna distribuidora patria ahora (como Divisa) que se está dedicando a sacar clásicos bélicos alemanes y rusos. Los paises vencidos arrojan una mirada mucho más realista sobre el conflicto, exenta de triunfalismos y llena a menudo de amargura y autoenculpación; incluso la mirada de los ingleses, europeos y vecinos de los vencidos, suele ser más crítica que la yanki.

Lo cual me lleva a querer hablar del tema de forma más extendidamente, así que voy a abrir un hilo ad hoc.
 
Grubert dijo:
Debo reconocer que de Powell&Pressburger sólo he visto Las zapatillas rojas. :doh

A ver cuándo me pongo...

Tienes que ver como sea "Narciso Negro". No hay palabras para describirla. :babas
 
Yo adoro a Powell (siempre olvido al pobre Pressburger). Es uno de mis habitantes del Olimpo cinematográfico por derecho propio. Las zapatillas rojas es una locura visual, y pasarán muchos años antes de que alguien se equipare visuálmente a ella. Narciso negro, apabullante y melodramática; con un subtexto de pasión desaforada maravillosa. A vida o muerte, La batalla del río de la plata, Se a dónde voy, Los invasores o la brutal El fotógrafo del pánico son algunos botones de muestra de talento. Y me faltan muchas por ver. Creo que es uno de los más injustamente olvidados, y demostró una modernidad que supera a muchos de sus contemporáneos más comunmente aceptados.
 
A vida o muerte la tengo en la interminable lista de películas que poseo y no he visto. Con tanta recomendación, seguramente suba puestos... :juas
 
Yo recomiendo "El Ojo De La Aguja". Javier Marías tiene razón, está realmente bien. Igual que "El Último Tren A Katanga", con el infravalorado Rod Taylor como protagonista. Esta peli la podéis pillar de vez en cuando en TCM, aunque siempre suele emitirla de madrugada.
 
La historia De Los Miniver creo tb haberla visto. Lo que pasa es que siempre mezclo las dos partes. Mucha flema inglesa, del tipo "soy inglés y no me asusto de nada" en esas pelis. Pero las recuerdo muy entretenidas (la primera era de Wyler).
 
Rio Conchos es un western sensacional, lo vi hace años en TV...Totalmente recomendable, como ya se ha comentado encima tiene al grandioso Richard Boone pululando por ahí. Lo mismo ocurre con "El último tren a Katanga" (Dark Of The Sun), este lo recuperé via internet hace un tiempo, un violentísimo film de acción, rodado con una fuerza y pulso brutales, que es probablemente lo mejor que rodó en su vida el gran dire de foto Jack Cardiff
 
la del Coronel Blimp yo la vi en el Garci, una maravilla multicolor. La del director de los ewoks esta muy bien, con esa musica de Miklos Rozsa tan caduca y Sutherland de encantador hijodeputa.
 
Upperseven dijo:
Rio Conchos es un western sensacional, lo vi hace años en TV...Totalmente recomendable, como ya se ha comentado encima tiene al grandioso Richard Boone pululando por ahí.

El inicio es demoledor, la primera vez que lo vi casi me salen los ojos de sus órbitas ante tanta brutalidad:

Un picado desde la copa de un árbol seco, llegan unos apaches a celebrar un funeral y la cámara desciende hasta ponerse a su nivel. Mientras esto preparan la ceremonia, al fondo, aparece un jinete que desmonta y saca un winchester y se carga a todos los apaches. Corte. Desde la espalda del jinete, vemos como termina de matar a los apaches, monta y se marcha, la cámara desciende hasta enfocar los casquillos de las balas sobre el polvoriento suelo rojizo.

:hail :hail :hail
 
Toshiro Kurosawa dijo:
Sobre las pelis de guerra que se comentan, desde hace un tiempo vengo descubriendo el punto de vista de otras nacionalidades sobre la guerra, gracias a compras internacionales, en un principio, y alguna distribuidora patria ahora (como Divisa) que se está dedicando a sacar clásicos bélicos alemanes y rusos. Los paises vencidos arrojan una mirada mucho más realista sobre el conflicto, exenta de triunfalismos y llena a menudo de amargura y autoenculpación; incluso la mirada de los ingleses, europeos y vecinos de los vencidos, suele ser más crítica que la yanki.

Lo cual me lleva a querer hablar del tema de forma más extendidamente, así que voy a abrir un hilo ad hoc.

Toshiro, hablando de eso... y no sé si la has visto, tengo por aqui un documental sovietico que pinta extremadamente interesante y he ojeado, Velikaya bitva na Volge (Batalla del Volga. 1962), el cine sovietico contando su versión de la batalla de Stalingrado, a traves de material de archivo de cientos de fuentes, y, obviamente, con su propia narración de los hechos.

pensaba verlo en unos dias.. luego comento
 
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