Lo que esta gentuza entiende por paz, es la sumisión completa del adversario. Tanto ideológica, como física. Todo lo que no sea eso, es crispación. Y, obviamente, se ofrecen como los únicos garantes de dicha paz, acusando al adversario de romperla nada más se les ocurre discrepar.
Y así, se establece un único camino para el sosiego social: la aniquilación del adversario. Todo lo que no sea eso, no va a ninguna parte.
Por eso asistimos estupefactos (algunos) a como se acusa a Trump de hacer lo que llevan haciendo ellos durante meses. El hecho en si no importa, importa la disidencia. Y la eterna superioridad moral hace el resto. Si lo hacemos nosotros, está bien. Si lo hacéis vosotros, estáis rompiendo y amenzando la paz. Si ganamos nostros, bien. Si ganan ellos, es inadmisible y deberemos tomar las calles porque ese resultado no representa al pueblo. Pero ojo con Trump, que ha dicho que podemos estar intentando hacer trampa. Eso es inadmisible, somos seres de luz. Y si hacemos trampas es por que debemos ganar. Trump debe callar y prostrarse ante nosotros.
Alea jacta est.