Yo vengo diciendo desde prácticamente que empecé a escribir en este subforo, que veo un problema evidente de relatividad moral: que los hechos ya no no son buenos o malos por sí, sino según quien sea su emisor y quien su destinatario.
Que un acto de vandalismo o acoso puede ser "jarabe democrático" justo y necesario, o un acto de terrorismo incompatible con la convivencia democrática, según quien lo haga y según quien lo reciba.
Que amenazar con "quemar las calles", o directamente hacerlo, cortar calles, quemar o destrozar mobiliario urbano, cortar carreteras, impedir el transporte o amenazar a quien no se una a bloqueos varios, son lucha por la libertad, o terrorismo según quien lo haga y para qué.
Y no. Lo ocurrido en el Capitolio es un acto vergonzoso e injustificable, y lo que muchos otros os habéis dejado los cuernos intentando justificar, es lo mismo: es totalitarismo, es violencia y es creer que cuando no sale lo que uno quiere, uno tiene derecho a armarla.
Y, o bien todos tenemos derecho a armarla cuando salga algo que no nos gusta, o bien no lo tiene nadie. LO NORMAL es que no lo tenga nadie, porque nadie debería pretender arreglas los problemas a cañonazos. Pero no valen medias tintas, ni que ciertas cosas sean buenas según quien las haga, si son buenas, toca callarse cuando las haga alguien que no nos gusta, y si son malas, toca denunciarlo aunque la haga alguien de nuestro gusto. Lo contrario es pretender la cuadratura del círculo, y eso es lo que está creando cada vez más crispación y extremismo: la relatividad moral.