Estos días estoy leyendo cosas maravillosas. Que si lo de Trump no vale porque ha comprado los votos ("la democracia fagocitada por el capitalismo") que si a ver si ahora que se han juntado todos los ultras habría que tirarles una bomba, que si hay que tomar medidas para que esto no vuelva a pasar, que si los próximos 4 años nos visitarán 3 fantasmas... dijo, 4 jinetes del Apocalipsis, que si los que defienden a Trump tienen la mente podrida y son malignos...
Casi merecería la pena estudiar Psicología como carrera, para entender cómo puede producirse una disonancia cognitiva de ser un fascista con creerse anti-fascista. Es fascinante. Cómo logra una cabecita conciliar una superioridad moral impresionante con el hecho de desear actos de terrorismo contra gente que no piensa como ellos políticamente, o fantasear con que se implementen mecanismos políticos que violen hasta la raíz el proceso democrático (sólo si no sale lo que debe).
La deshumanización que se está haciendo de toda la derecha internacional estos días, como si fueran una mezcla de demonio y Sr. Burns, y en cualquier caso algo apenas humano, no es en absoluto distante de la que se hacía de los judíos en la Alemania nazi.