Respuesta: Premios nosolohd. Votos 1962 y Nominaciones 1952
The Bad and the Beautiful (Cautivos del mal, Vincente Minnelli, EEUU)
Bend of the River (Horizontes lejanos, Anthony Mann, EEUU)
Casque d’or (París, bajos fondos, Jacques Becker, Francia)
Five Fingers (Operación Cicerón, Joseph L. Mankiewicz, EEUU)
High Noon (Solo ante el peligro, Fred Zinnemann, EEUU)
Ikiru (Vivir, Akira Kurosawa, Japón)
Jeux interdits (Juegos prohibidos, René Clément, Francia)
Limelight (Candilejas, Charles Chaplin, EEUU)
Mandy (Alexander Mackendrick, GB)
The Narrow Margin (Testigo accidental, Richard Fleischer, EEUU)
Ochazuke no aji (El sabor del té verde con arroz, Yasujiro Ozu, Japón)
Le plaisir (El placer, Max Ophüls, Francia)
Saikaku ichidai Onna (Vida de Oharu, mujer galante, Kenji Mizoguchi, Japón)
Lo sceicco bianco (El jeque blanco, Federico Fellini, Italia)
Singin’ in the Rain (Cantando bajo la lluvia, Gene Kelly/Stanley Donen, EEUU)
Umberto D. (Vittorio de Sica, Italia)
Antes de que alguien me lo diga, ya lo digo yo: El hombre tranquilo no está entre las mejores del año. Como esta es una lista personal, no la pongo. Y no la pongo porque no me gusta.
Y no me gusta porque aunque considero a John Ford un gran director, no soporto el almíbar que rezuman muchas de sus películas, ésta y ¡Qué verde era mi valle! en especial. A mí me gusta el Ford de Las uvas de la ira, de Tobacco Road, de Centauros del desierto (aunque procuro olvidarme de la pelea entre los dos pretendientes); pero cuando se pone sentimental, no hay quien le aguante.
El hombre tranquilo me supera. Me pone enfermo el pueblo, y la novia, y el hermano de la novia, y el reverendo, y el ¡homérico! de los c… Tanta cursilería en una sola película resulta excesiva incluso para Ford. Vamos, que después de ver la película por primera vez me dieron ganas de no pisar Irlanda en la vida, y posteriores visionados (bien a mi pesar y no por gusto) no han cambiado la opinión. Solo Spielberg, entre los directores actuales de primera línea, puede llegar a esos extremos de blandenguería.
Pues eso.
The Bad and the Beautiful (Cautivos del mal, Vincente Minnelli, EEUU)
Bend of the River (Horizontes lejanos, Anthony Mann, EEUU)
Casque d’or (París, bajos fondos, Jacques Becker, Francia)
Five Fingers (Operación Cicerón, Joseph L. Mankiewicz, EEUU)
High Noon (Solo ante el peligro, Fred Zinnemann, EEUU)
Ikiru (Vivir, Akira Kurosawa, Japón)
Jeux interdits (Juegos prohibidos, René Clément, Francia)
Limelight (Candilejas, Charles Chaplin, EEUU)
Mandy (Alexander Mackendrick, GB)
The Narrow Margin (Testigo accidental, Richard Fleischer, EEUU)
Ochazuke no aji (El sabor del té verde con arroz, Yasujiro Ozu, Japón)
Le plaisir (El placer, Max Ophüls, Francia)
Saikaku ichidai Onna (Vida de Oharu, mujer galante, Kenji Mizoguchi, Japón)
Lo sceicco bianco (El jeque blanco, Federico Fellini, Italia)
Singin’ in the Rain (Cantando bajo la lluvia, Gene Kelly/Stanley Donen, EEUU)
Umberto D. (Vittorio de Sica, Italia)
Antes de que alguien me lo diga, ya lo digo yo: El hombre tranquilo no está entre las mejores del año. Como esta es una lista personal, no la pongo. Y no la pongo porque no me gusta.
Y no me gusta porque aunque considero a John Ford un gran director, no soporto el almíbar que rezuman muchas de sus películas, ésta y ¡Qué verde era mi valle! en especial. A mí me gusta el Ford de Las uvas de la ira, de Tobacco Road, de Centauros del desierto (aunque procuro olvidarme de la pelea entre los dos pretendientes); pero cuando se pone sentimental, no hay quien le aguante.
El hombre tranquilo me supera. Me pone enfermo el pueblo, y la novia, y el hermano de la novia, y el reverendo, y el ¡homérico! de los c… Tanta cursilería en una sola película resulta excesiva incluso para Ford. Vamos, que después de ver la película por primera vez me dieron ganas de no pisar Irlanda en la vida, y posteriores visionados (bien a mi pesar y no por gusto) no han cambiado la opinión. Solo Spielberg, entre los directores actuales de primera línea, puede llegar a esos extremos de blandenguería.
Pues eso.
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