En primavera de 2014 expira uno de los acuerdos más lucrativos de la historia del cine estadounidense, por el que Disney ostenta el derecho a adquirir, por delante de otros estudios, los proyectos del productor Jerry Bruckheimer. A partir del mes próximo, ambas partes comenzarán a negociar para renovar el acuerdo, o para disolver su relación, según apunta Variety.
La relación entre Disney y Bruckheimer se remonta a 1994, fecha en la que se estrena su producción The Ref bajo el sello de Touchstone Pictures, el sello “adulto” de la compañía. Desde ese año, Bruckheimer ha producido para esta marca películas como Con Air, Enemigo Público, Armageddon, Rey Arturo o Pearl Harbor.
El salto llega en 2003, con la primera película de Bruckheimer bajo la bandera de Walt Disney Pictures: Piratas del Caribe, que se convierte en la puerta de entrada del mayor estudio del mundo al territorio veraniego con películas calificadas PG-13 de imagen real. Lo demás es historia. De los 15 films producidos por Bruckheimer desde entonces, diez han sido estrenados por WDP. En total, la colaboración arroja un saldo doméstico de 3.400 millones de dólares (aquí no estamos contando recaudaciones internacionales; solo la franquicia Piratas del Caribe ha obtenido más de 5.400 millones en todo el mundo).
Llegamos a hoy, 2013, con una nueva Disney, apuntalada sobre sus éxitos Marvel y que contará a partir de 2015 con la que será la franquicia más potente hasta el final de esta década, principios de la próxima, Star Wars (más que nada por régimen de estreno: una al año, entre nueva trilogía y spinoffs). Es en este contexto, marcado además por los relativos fracasos de , Aprendiz de Brujo y Príncipe de Persia, y sobre todo, de El Llanero Solitario (con pérdidas de hasta 190 millones de dólares) en el que Bruckheimer y el jefe de los estudios Disney, Alan Horn, comenzarán a renegociar el acuerdo.
A partir de aquí comienzan las especulaciones. Disney ha advertido que no admitirá salidas presupuestarias en la nueva entrega de Piratas del Caribe, que de momento ha sido aplazada a 2016 para dar tiempo a terminar el guión, a que sus directores, Joachim Ronning y Espen Sandberg (Kon Tiki) se aclimaten a las condiciones de trabajo en Hollywood tras más de siete años de ausencia (hicieron Bandidas en 2006), y posiblemente pendiente de la renegociación del acuerdo.
De cerrarse con éxito el pacto, Bruckheimer probablemente tendría que asumir las condiciones presupuestarias de Disney, que por otro lado y como ya hiciera en el acuerdo inicial cerrado en 2005, cubriría el overhead o gastos generales de producción de Bruckheimer.
Quizás en previsión de lo que se avecina, el productor ha comenzado a diversificar su cartera con varios proyectos: Bad Boys 3 con Sony, Beware the Night, el thriller de Eric Bana para Screen Gems (también Sony) y finalmente Paramount, donde prepara la nueva entrega de Superdetective en Hollywood y, quizás, la nueva de Top Gun.