Imaginaros que los Bulls de Jordan, el Brasil del 70 o el Barça actual estuviera sujeto al yugo de una ideología de Estado . Eso es
Red Army, el relato de un equipo de ensueño, el de la selección de la URSS de hockey sobre hielo, que paradojicamente representaban la armonía, creatividad y entusiasmo de una generación de jóvenes rusos que amaban el juego... pero tambien a su patria.
y ahí está el gran logro del film, el de usar el deporte, y mas singularmente a esa selección de oro como metáfora de la explotación humana que lleva a límites de verdadera perversión ( la sustitución del venerable entrenador veterano, casi un abuelo para todos ellos, a un infradictadorcillo impuesto por la KGB que impone el yugo de la dominación y siembra la cuña de la desunión, aislandoles de sus familias y sembrando la desconfianza entre ellos ) y sobre todo, de falta de inteligencia emocional y dominio colectivo.
La tragedia se personifica de manera mas sustancial en el defensa Vyacheslav Festinov, todo un carácter que se revela como el gran personaje del documental desde su primera aparición, con una personalidad contradictoria pero interesantísima; indómito pero leal, rabioso e impulsivo, emigrante pero patriótico, hombre de equipo pero condenado al ostracismo, su via crucis se revela como el de todo un pueblo que es aniquilado por los poderes fácticos al ser un ejemplo de fuera de serie talentoso, que por su propia condición, resulta una amenaza para el sistema. Y cuando al final consigue su propósito y ficha por la NHL, a su regreso ve que su añorada URSS no es mas que un recuerdo... En cierta manera, el mismo se culpa por contribuir a su cambio.
al final se demuestra como el estado se impone a los valores en los que son educados,da igual que este se llame URSS, Perestroika o Putin, todos al final son usados para los intereses del Kremlin de turno. En ese sentido no es nada esperanzadora la imagen que arroja sobre Festinov; pasa de apestado a ministro de Deportes. Intenta fomentar los valores del hockey , pero hay algo en la sombra que trasluce que no será esta su ultima aventura y que en cierto modo, Rusia es su condena, no su salvación.