Reivindicando autores del fantástico IV: Sergio Martino

frank zito

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Muy buen artesano que puso especial habilidad, y genio tras las cámaras, en sus giallos de los primeros 70s. Luego sus films fueron progresivamente peores y chapuceros,con giallos tales como el muy menor “Morte sospetta di una minorenne (1975)”; la mediocre “El asesino del cementerio etrusco (1982)” (producción para tv, en el que la parte giallo se diluye entre temas de drama, mafia, acción e intriga convencional, tesoros y hasta lo sobrenatural); y algunas más bien horrendas en los 90. Aparte tiene un muy bien valorado polizziesco, “Milán tiembla, la policía pide justicia (1973)” (que aún no he visto) y algunas “joyas” trash, que al menos alguna, como “La isla de los hombres peces (1979)”, tiene más gracia que sus giallos post-74. Respecto a su mejor cine, hay que valorar la correcta eficacia, cuando no, la notable estilización y atmósfera que desprende su puesta en escena, la estimulante presencia de la actriz, su musa Edwige Fenech y de Ivan Rassimov (en tres de los cinco films que reseñaré) y del guionista Ernesto Gastaldi en todos ellos.



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LA COLA DEL ESCORPIÓN (La cola dello escorpione, 1970). Giallo en puridad de términos, muy a la sombra de Argento. Martino aún no estaba muy ducho, pero resuelve con corrección, aunque aún sin personalidad, esta intriga típica, llena de sospechosos, giros de guión, asesino clásico del género (de negro, sombrero, enguantado y con cuchilla), asesinatos cruentos (esa botella en el ojo …) y sexo (Anita Strindberg. Hmmm). Visualmente más plano que lo que habría de venir, con algún curioso momento destacable (la persecución en el yate) y, reconozco, la primera vez que la vi, el twist final (identidad del killer) que dejó a cuadros. Aún no estaba acostumbrado. Con todo, un giallo aceptable.



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En LA PERVERSA SEÑORA WARD (Lo strano vizio della signora Wardh, 1971) empieza una evolución. La trama sigue una narrativa de intriga convencional, pero ya empiezan a mostrarse temas y psicologismo morbosos, y algunos apuntes de estilización en la realización, que muestran una progresiva toma de personalidad. Aparece Edwige Fenech, como prota absoluta (la Ms. Ward) y entre más o menos sórdidos traumas (esa lluvia…), asesinatos de rigor (uno en la ducha, “Psycho” style), llegamos dando vueltas y pistas falsas, a la “macanuda” parte y “sorpresa” final (ambientada en… ¡Sitges!). Todo dentro aún de lo más bien convencional, pero bien resuelto por Martino, con un cierto y primerizo estilo y mirada turbia. Buen film.



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VICIOS PROHIBIDOS (Il tuo vizio e una stanza chiusa e solo io ho la chiave, 1971) es la favorita de los gafapastas (y culoduros), por cuanto la densa atmósfera enfermiza (mente sexual) que rodea la casa y las relaciones entre los personajes, parece competir y hasta superar en protagonismo a los tópicos de género (al propio asesino y sus acciones). Un Martino en plenas facultades narrativas y excelente realización, con soleados diurnos y lluviosos nocturnos (cuando ocurren los crímenes: aquí hasta con una hoz), para una historia en parte inspirada en “El gato negro” de Poe (con un gato al que acuchillan en un ojo, estos italianos tenían obsesión con los globos oculares, aunque Fulci era el maestro en ello), con Anita Strindberg –espléndida- de prota, y Fenech y Rassimov de secundarios: traiciones, lesbianismo y ese agobiante y pegajosos clima físico /psicológico. Malsana pequeña (o gran) joya.



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TODOS LOS COLORES DE LA OSCURIDAD (Tutti il colori del buio, 1972) supone un experimento. La puesta en escena de Martino sigue carburando a buen nivel y gran intensidad, esta vez con inclusión de sugestivas y atmosféricas escenas lisérgicas. La trama pautada de giallo (desconocido perseguidor: muchos planos de manos enguantadas) se cortocircuita con las historias de sectas diabólicas, y el recuerdo presente de “La semilla del diablo”. Fenech vuelve a ser la prota, acosada por flashes y recuerdos de su participación en orgías satánicas. El caso es que el director maneja la dualidad temática con gran habilidad y soltura, delicioso estilo visual y un espíritu de diversión desinhibida, maravilloso. Estupenda.



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TORSO (Il Corpi Presentato Tracce di Violenza Carnale, 1973) es posiblemente la mayor joya de la Corona del director, y uno de los mejores giallos ever (para mi gusto, junto con "Seis mujeres para el asesino" y "Rojo Oscuro"); que, dejando de lado la ridícula explicación psicopatológica del final (por otra parte, ¿a alguien le importa? NO) lleva un notable crescendo: desde una primera parte conseguida, en su faceta correcta y más convencional (con una escena de discurso sobre el asesinato como bella arte que recuerda a una similar –y también en Florencia- en "Hannibal") pasando a una magnífica y atmosférica escena (visagra, en el film) en un bosque; y sobre todo, la maravillosa segunda mitad en la casa de campo, tensa, con estupendo sentido del suspense (las llaves ...) y violencia sin domesticar, elevando el giallo de la típica aburrida investigación policial a la búsqueda del terror como única finalidad, que ya le era hora, y prefigurando muchos conceptos y elementos del slasher.
 
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2019, TRAS LA CAÍDA DE NUEVA YORK (1983)

Divertido y entretenido remedo casposo del ESCAPE FROM NEW YORK de Carpenter, con una escena a lo MAD MAX y el añadido de la búsqueda de la única mujer fértil del contaminado mundo (a lo HIJOS DE LOS HOMBRES) para trasladarla al espacio, Alpha Cetauri (¡) donde comenzar una nueva oportunidad para la raza humana. Preñada de variopintos personajes pretendida y arquetípicamente cool; entrañables maquetitas (hechas por mi en casa en media hora) de New York y una base espacial en Alaska; ratas matadas en cámara para servir de comida; un cuartel general de los Malos presidido por el Guernika de Picasso; un puñado de escenas chusco gore; y un buen ritmo de un Martino que al menos en eso aún tenía buena mano. Un clásico ... en lo suyo
 
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