Visualmente es portentosa, la hijísima se sirve de los parajes sureños para crear una atmósfera casi onírica que sumerge la narración en un tono de extrañeza.
Es curioso lo diferente que es de la de Siegel, que era un thriller que, por momentos, entraba en el terreno del terror gótico, ésta de Sofia llega a flirtear con la comedia negra.
La de Sofia también es más abstracta en la definición de personajes, en la de Siegel había flashbacks y explicaciones sobre el pasado de ellas, en cambio aquí lo fía más a las corrientes psicológicas entre los personajes, también diría que es más ambigua, da más margen a la interpretación moral del espectador.
Las interpretaciones son muy buenas todas (incluido Farrell del que no soy detractor), pero la que se lleva la palma, que llena de intensidad bien entendida y de matices la pantalla es, como siempre, la Dunst. Kidman muy bien también, es un personaje menos exagerado que el de Geraldine Page.
Y sí, Elle Fanning arrebatadora, pero ya lo era su personaje en la de Siegel también.