Gabrielle Anwar me encantaba, era de lo más guapo, lo malo que ha envejecido fatal, ¡fatal!, y ahora tiene por cara una especie de máscara similar a la de su marido, Shareef Malnik.
Soy reservado a la hora de atribuir cirugías estéticas; se exagera mucho su uso, pero en el caso de Anwar estoy seguro de que se trata de operaciones que han salido mal.
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