Contaba el "yayo" que Ava se encaprichó de un botones y pasó un fin de semana follando como una salvaje con él. No le despidieron porque ella se culpó del "incidente". Le dio cinco mil pesetas al departamento de personal por "la molestia". ¡Qué grande!
Por cierto,contó el afortunado su apasionada experiencia con esta mujer de bandera? Seguramente nadie,fuera del hotel,le creyó nunca cuando contaba esa anécdota.