Visto el final, me ha encantado.
Muy triste, lleno de emociones, pero un broche al fin y al cabo a la historia de este matrimonio de espias.
Una temporada final muy cruda, especialmente con el personaje de Elizabeth, y que si bien deja muchas cosas en el aire, puede considerarse un buen cierre.
El matrimonio vuelve a casa, para volver a empezar como extraños y perdiendo por el camino todo lo que amaban (sus crímenes al final en ese sentido no han quedado impunes).
Especial mención para la escena del parking, hacía tiempo que no respiraba tanta tensión en una serie. Y esa canción de U2 que acompaña el desenlace del periplo de estos dos espías que ya quedan en nuestro recuerdo.