La última me ha parecido la más irregular... que no la peor, esa sería la 1, pero era bastante lineal en calidades e iba de menos a más. Ésta en cambio combina episodio a episodio grandes momentos con otros muy patateros; asoma a saco el Lindelof de las últimas de LOST; un "todo vale" salvo que aquí narrativamente no va en ninguna dirección concreta, con cosas que pasan por molar o por shockear... y a veces lo hacen... y a veces no.
Me gustó mucho el prólogo amish, y los vistazos al cada vez más normalizado fenómeno de las desapariciones, con los preocupados convertidos en conspiranoicos y sectarios (Primos Lejanos de nuevo). Lo de la "máquina" y la secuencia de entrada es muy poderoso. El episodio del "presi" es un descaradísimo intento de repetir International Assassin, pero es tan exagerado que divierte, con los trolleos al pobre Kevin por parte de esa anti-realidad. Y esa aventura australiana de Scott Glenn es un pollo sin cabeza, aunque me hizo gracia su "misión de Noé" con... ¡el aborigen de WALKABOUT!
(siempre es él, no hay otro).
En cambio lo del barco sodomita es bochornoso, con unas obviedades absolutamente idiotas, de nuevo esas ganas de epatar al espectador con herejías, culos y semióticas de preescolar. Incluso la idea sugerente del "Dios" redneck está resuelta de forma muy boba. Y que se queden quietos con el tema de Ritcher, que lo meten en TODAS las escenas dramáticas, las de "confesión en primer plano", hasta que acaba quemadísimo (si al menos alguna la rodasen de otra forma).
Al final quienes levantan esta temporada son los actores, sobre todo la Brenneman y DOÑA Carrie Coon, que va a tope en el muy sencillo y hermoso episodio final, del que ojalá eliminasen los lamentables subrayados de la cabra o del plano final (es PA VERLO).