Pero Sánchez pretende extinguir esta (muy acotada) libertad de los autónomos: al cabo,
una de las 35 primeras promesas electorales que el PSOE ha colocado encima de la mesa consiste en obligar a los autónomos a que coticen según sus ingresos reales. En concreto: “
Apoyo a los autónomos: fomentaremos el diálogo social con las organizaciones representativas del trabajo autónomo, impulsando la gradual equiparación de los derechos de este colectivo con los de los trabajadores por cuenta ajena, estableciendo una cotización acorde con sus ingresos reales”. No se trata de una idea novedosa —los
socialistas llevan años tratando de imponerla— y su finalidad última es obligar a todos aquellos que voluntariamente escogen la base mínima a
que coticen por bases superiores (aun cuando no deseen recibir mayores prestaciones de la Seguridad Social).