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Vaya pintaza esto, ¿no? ¿Alguien?:
http://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/654242.html
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En la superficie, White God relata la historia de amistad que existe entre un perro y su dueña. Pero la cinta de Mundruczó va mucho más allá. Es un retrato de la sociedad actual, de las taras emocionales aún no superadas, del amor incondicional, y de cómo superar los obstáculos que la vida nos pone.
Lili (Zsófia Psotta) es una niña al borde de la adolescencia que se ve obligada a vivir durante una temporada con su padre, ya que su madre y padrastro tienen que asistir a una conferencia que se extenderá en el tiempo. Desde el primer momento se nos muestra la actitud distante y fría de todas las figuras de poder que rodean a Lili. Su madre, su padre, su profesor de música…todos demuestran cierto desdén por los sentimientos de la niña, provocando que su conexión con Hagen (su perro) se vuelva aún más fuerte.
Hagen (el verdadero protagonista del filme) sufre una situación similar a la de Lili. Es inmediatamente rechazado por el padre de ella, prácticamente todo humano con el que se encuentra le hace daño físico y/o mental, y sólo tiene a Lili como apoyo. Y su viaje en la película es tan doloroso como fascinante.
Puedo afirmar sin temor que White God es la mejor película con perros en un rol relevante que he visto jamás. Mundruczó no tiene reparos en mostrarnos el terrible descenso a los infiernos que sufre Hagen, no sólo a nivel físico sino emocional, y eso es algo muy alejado de lo habitual. Vemos la vida a través de sus inocentes ojos, y comprobamos con dolor los acontecimientos que se van sucediendo sin clemencia.
El director sigue a Hagen con mucha naturalidad y espontaneidad, dejando que el perro sea el guía de la historia y no al revés. Travellings laterales, primeros planos y zooms in/out son varios de los recursos que usa Mundruczó para contar con la cámara y la narrativa visual lo que no puede verbalizar su protagonista.
Sin embargo, lo más destacable de la película es probablemente el entrenador de los perros, que ha conseguido auténticas maravillas impensables en un animal. Cuando un perro te cuenta a base de lenguaje corporal sus dudas, miedos y emociones, sólo te apetece levantarte y aplaudir al director y el entrenador de los citados caninos.
El único problema destacable que le veo al filme es su desequilibro en las 2 tramas principales. Si bien es cierto que funcionan y aportan profundidad a sus personajes, el viaje emocional de Hagen, por increíble que parezca, me resulta más fascinante y satisfactorio que el de Lili. Un símil bastante acertado en este caso es Rise of the Planet of the Apes. Ambas películas comparten numerosos puntos en común, y ambas flaquean cuando concentran su atención en los humanos, sin que el resultado global sufra demasiado. Además, el tercio final de la cinta da un giro a lo visto anteriormente y el director se la juega transformando el género de la película. Podría haber sido un error desastroso, pero consigue que funcione.
En resumen, White God es un fantástico relato sobre la empatía (o ausencia de ella), la amistad, y la lucha por sobreponerse a una dura caída. Filme tremendamente especial y sorprendente. Cuando tengáis la oportunidad de verlo, no os lo perdáis.