Hombre, la parte del director no tiene sentido ni sin la parte yakuza ni sin el exceso de todo y es una película absolutamente paródica y lo curioso es que lo que la vertebra es la verdad que hay en esa pasión por el cine, pero la tengo que volver a ver, igual que Tag que también te vuela tanto la cabeza con su narración que necesita un segundo visionado.
La que sí vi es
Guilty of romance (2011), que me pareció un peliculón, es cierto que hay que estar preparado para el exceso, en este caso no se trata para nada de algo paródico pero sí de un ejercicio manierista. Lo que le da el salto de calidad con respecto a otras propuestas y otros directores con mucho toque visual es que no es vacía para nada, hay una mixtura total de géneros, noir, drama costumbrista, melodrama, comedia negra, erótico (puede recordar algo a los mejores noirs de Almodóvar), pero para nada es un pastiche, bien al contrario cada tramo encuentra su tono y tiene una gran capacidad para desarrollar personajes, crear espejos de unos en otros, mucho juego con la estructura narrativa con saltos temporales adelante y atrás, 2 historias que se conjugan en una y sabe utilizar todo esto para realizar una jugosa crítica social y, a la vez, bañarlo todo de poesía y misterio entorno al Castillo de Kafka.
El elemento noir es casi un resorte de guión para describir un descenso a los infiernos, con una conseguida atmósfera diabólica y un uso del color muy acentuado. Después el toque exploit es muy agradecido, escenas de humor sutil y gamberro (esas salsichas!), y poder disfrutar de las tetazas de su mujer en un tratamiento absolutamente deshinibido a lo Verhoeven de todo el tema sexual, que aquí es el eje de la trama.
He visto el montaje japonés de 146 minutos y tiene un epílogo metafórico, mientras salen los créditos, absolutamente maravilloso.