Lo gracioso fue la explicación de un amigo moro que nos contó el rollo de que si el viento, caprichosamente, talló la forma de un león en la roca, habida cuenta de que en un pasado lejano en la zona abundaron los leones. Que si la poesía de la vida unida al capricho del viento habían conseguido blablablá... Jajajaja. Sólo el centro es la roca nativa; el resto es un material que se endurece y que es con el que, a veces, falsifican fósiles para la venta. Lo que nos reímos con lo del "viento caprichoso", jajaja.
De aquí a un par de meses haremos otra ruta. La última vez me traje la geoda de cuarzo blanco (tipo azúcar) más grande y hermosa que he podido sostener entre los brazos. Luce en el salón de Villa Diodati. A veces me traje una maleta llena de minerales de distinta especie.