¿Y qué hacemos?

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A eso voy Krell, que no lo vives en primera persona. No es lo mismo dar ayuda que necesitar esa ayuda, son mundos distintos. También tengo un hermano y un cuñado en situación crítica como lo está el tuyo... pero no es lo mismo que estar en el ruedo frente al toro.

Y claro que la gente pasará página, pero se necesita al menos una generación y algo de Justicia. Lo que no es de recibo es que los bancos hayan jugado al Monopoly y ahora todos paguemos la culpa menos ellos.

Por fortuna tengo esperanza, esperanza en un nuevo modelo bancario, una nueva forma de hacer banca. ¿Quizás la banca ética es parte de la solución?.
 
Respuesta: ¿Y qué hacemos?

El que haya que construir una conciencia social para el futuro de la sociedad, algo muy loable, no creo que esté reñido con el pasar página. La vida son dos días...y si bien no hay que "olvidar", también es cierto que es necesario "olvidar" si quieres disfrutar de la vida. Las heridas sanan pero queda cicatriz...y hay que vivir con ellas, no abrirlas continuamente.

No te entiendo, krell. :sudor
 
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El que haya que construir una conciencia social para el futuro de la sociedad, algo muy loable, no creo que esté reñido con el pasar página. La vida son dos días...y si bien no hay que "olvidar", también es cierto que es necesario "olvidar" si quieres disfrutar de la vida. Las heridas sanan pero queda cicatriz...y hay que vivir con ellas, no abrirlas continuamente.

No te entiendo, krell. :sudor
Es que yo también estoy espeso escribiendo :sudor

Yo entiendo que no hay que olvidar (guerras, crímenes, quien te hace una mala pasada, quien no te paga etc...), pero en el fondo, la gente olvida porque la vida son dos días...se deja el rencor en un rinconcito para sí mismo y tira para adelante, y si ha de volver a hablarse con el hermano que le estafó...lo hace, o trabajar con el banco que no le perdonó una deuda...lo hace...etc etc
 
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se deja el rencor en un rinconcito para sí mismo y tira para adelante, y si ha de volver a hablarse con el hermano que le estafó...lo hace, o trabajar con el banco que no le perdonó una deuda...lo hace...etc etc
Eso es válido para el que no es rencoroso :diablillo
 
Respuesta: ¿Y qué hacemos?

El que haya que construir una conciencia social para el futuro de la sociedad, algo muy loable, no creo que esté reñido con el pasar página. La vida son dos días...y si bien no hay que "olvidar", también es cierto que es necesario "olvidar" si quieres disfrutar de la vida. Las heridas sanan pero queda cicatriz...y hay que vivir con ellas, no abrirlas continuamente.

No te entiendo, krell. :sudor
Es que yo también estoy espeso escribiendo :sudor

Yo entiendo que no hay que olvidar (guerras, crímenes, quien te hace una mala pasada, quien no te paga etc...), pero en el fondo, la gente olvida porque la vida son dos días...se deja el rencor en un rinconcito para sí mismo y tira para adelante, y si ha de volver a hablarse con el hermano que le estafó...lo hace, o trabajar con el banco que no le perdonó una deuda...lo hace...etc etc

Hombre, volviendo al ejemplo de la Guerra Civil... ya vemos como de "olvidada" está.

Las viejas heridas no se cierran solas: hay que tratarlas o gangrenan...
 
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quien reabrió ese tema, Lerink, no fueron precísamente quienes lo vivieron.



en los 80 nadie habla de estas cosas, sí en términos de análisis e históricos, donde hay lógicamente una explosión pero no en términos "sentimentales"
 
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Respuesta: ¿Y qué hacemos?

no sé qué decirte, quien reabrió ese tema, Lerink, no fueron precisamente quienes lo vivieron.

Ah, no, las familias con cadáveres de familiares en las cunetas no lo han vivido, claro. :pensativo

Y no se "reabrió", que es pura neolengua: no se habían cerrado, solo se habían dejado pudrir. Por eso seguimos teniendo al PP vetando que se quiten honores a franquistas. No hay dinero para recuperar cuerpos de fusilados, pero sí para restaurar el Valle de los Caídos.

Estoy un poco harto de que estemos siempre en lo mismo: que los que nos quejamos de que se siga defendiendo el cadáver embalsamado del franquismo, de los que queremos que sí se cierre todo como en un país con un mínimo de sentido (como esos en los que los dictadores y sus afines son juzgados y condenados) se nos ponga como histéricos, o "sentimentales" como tú dices.

Me imagino que algunos estaréis en contra de que persiga a los talibanes porque, total, la Guerra Civil Afgana fue en los 90, y eso sería reabrir viejas heridas. ¡Mejor les hacemos un homenaje y una fundación subvencionada con dinero público!
 
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¿quién habla de histéricos? yo también estoy harto de que estemos siempre en lo mismo, no sé ni porque vuelvo.

y los talibanes siguen combatiendo HOY, la Guerra Civil ya pasó.
 
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Por otro lado, podemos comprar la "doctrina Fernández-Díaz" para tratar estos temas, a saber: rendir tributos a la División Azul es "reconciliación"; identificar y dar sepultura digna a los abandonados en cunetas o fosas comunes es " remover el pasado".
 
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La historia nos muestra que si no se cierran bien las cosas (y habría que discutir que es "bien" para que deje a todos contento) los temas supuran y supuran, y el debate se hace eterno...
 
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Entre otras cosas porque aún era un tema tabú que incluso estaba completamente ausente de los currículos escolares, claro.
Pues en mis libros de texto sí que venían.

Otra cosa era que como era el último tema, y nunca daba tiempo a ver el libro al completo, al final nunca se viera :cuniao
 
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y los talibanes siguen combatiendo HOY, la Guerra Civil ya pasó.

Combaten en OTRA guerra, no confundamos. Su Guerra Civil también "pasó".

pues eso, combaten HOY, el OTRA no ha lugar.

Pero nadie ve mal que, independientemente de que sigan en activo, se restaure todo lo que se destrozó mientras estuvieron al poder, ¿no?

¿Por qué hay que hacer la vista gorda con unas dictaduras pero no con otras?
 
Sostenemos como evidentes por sí mismas dichas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se vuelva destructora de estos principios,el pueblo tiene derecho a reformarla o abolirla, e instituir un nuevo gobierno que base sus cimientos en dichos principios, y que organice sus poderes en forma tal que a ellos les parezca más probable que genere su seguridad y felicidad. La prudencia, claro está, aconsejará que los gobiernos establecidos hace mucho tiempo no se cambien por motivos leves y transitorios; y, de acuerdo con esto, toda la experiencia ha demostrado que la humanidad está más dispuesta a sufrir, mientras los males sean tolerables, que a hacerse justicia mediante la abolición de las formas a las que está acostumbrada. Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, que persigue invariablemente el mismo objetivo, evidencia el designio de someterlos bajo un despotismo absoluto, es el derecho de ellos, es el deber de ellos, derrocar ese gobierno y proveer nuevas salvaguardas para su futura seguridad.

Declaración de Independencia de los EEUU, 1776.



No todos los candidatos han tenido la misma suerte que Rajoy. Se presentó a dos elecciones y las perdió. A la tercera fue la vencida, gracias al enorme desgaste que sufrió el Partido Socialista, y por qué no decirlo, la confianza de los españoles hacía el poder político. Unas elecciones bastante modestas y poco participativas, esta vez se tradujeron en una clara mayoría absoluta para el Partido Popular.

No es necesario hacer un resumen de la legislatura. Pero desde el primer momento, hemos sido víctimas de una política mentirosa, represiva, regresiva y autocrática. También conocido como Estado del Shock. Y mientras miramos a otro lado, desde luego no sería descabellado que cuando miramos al poder político, vemos que está regido por unos valores que poco tienen que ver con el doctrinario democrático. Pero, como en cualquier país con déficit de libertad, la democracia es acuñada por aquellos que no la practican con el objetivo de anestesiar a los subditos que pagan los impuestos que mantienen esta broma macabra.

Las garras de esta barbarie política se extiende a todos los niveles, desde la realeza hasta las administraciones locales. Pero todo esto no es nada sin hablar de los verdaderos amos del cotarro, esos gerentes de grandes bancos y firmas que son los que reciben todas las ayudas y atenciones de los Gobiernos, mientras políticas básicas para el progreso y la justicia en cualquier sociedad digna se volatilizan.

No es necesario que hable de los grandes peligros a los que se enfrenta una sociedad a la que le arrebatan el derecho a educarse. Es la base de la pirámide de nuestro sistema actual, el que nos hizo avanzar estos últimos años y el que nos hará caer en el infierno en los próximos.

De nada sirve la promesa de esos falsos profetas de que todo se recuperará. No. Nada volverá a ser como antes para el conjunto de la ciudadanía. Y esa certeza tendría que cabrearnos. Deberíamos sentir orgullo cuando ese lamentable político corrupto nos llama antisistema. Somos todo lo contrario. El líder antisistema es ese dictador de los Decretos Ley que rompe ese sistema que dicen proteger, que se pasa por el arco del triunfo esas instituciones que dice representar y respetar, que elimina derechos que son patrimonio cultural y político de este país y que vende la idea de que nada ha cambiado. Son lobos que se inventan un nuevo diccionario de la mentira y la desvergüenza para esconder el holocausto político y económico que han cometido adrede. Ellos, que se hacen llamar los "demócratas", a los que irónicamente se les denomina conservadores cuando jamás he visto poder más reaccionario.

Es para estar verdaderamente cabreado. Muy cabreado. Y como dijo un famoso cirujano, la respuesta probablemente no sea indignarse, sino dignarse. Porque los indignos son los que nos gobiernan, mientras que la dignidad está en luchar con todas nuestras armas para devolver a este terruño lo que le ha sido arrebatado.

Ahora bien. He hablado de los perfiles económicos de una serie de indeseables que están acabando con nuestro futuro. De hecho ya no lo tenemos. Es sencillamente imposible llegar a ese paraíso hortera que nos venden con su poca decencia, sabiendo la deuda imposible de pagar que hay detrás. Por lo tanto, antes o después esto explotará. Pueden mantener el cadaver mediante respiración artificial, pero la muerte es inevitable y es cercana. Lo quieran ellos o no. Pero en ese momento los grandes ladrones de este país tendrán sus ahorros a salvo. Y a nosotros, sencillamente nos joderán.

Y antes, y ahora... Ayer y hoy, el golpe es todavía mayor. No solo nos apalean, sino que encima, delante de nuestras narices practican con soltura el juego de la corrupción. Y no se amilanan. Se ofenden si criticamos sus chanchullos y el tamaño de sus cortijos, los políticos aquí parece que tienen derecho a realizar política para amigos y cobrar comisiones ilegales por ello. Nadie tiene moral, vergüenza o honradez para admitir ser un miserable. No. Cogen el puesto que presuntamente les ha dado la urna y se creen dueños de él. La putrefacta y miserable casta, que escupe hablando de lo transparente que es... Por supuesto que es transparente. Gracias a otros, nos queda bastante claro como llenan sus bolsillos mientras vacían los nuestros. Y por ello no dejo de preguntarme... ¿Por qué no lo reventamos todo ya? Ahora mismo, en esta situación ¿qué tenemos que perder? Están ahí, riéndose de todos, robándonos en la cara, insultándonos, mintiéndonos, creyéndose mejores que tú. ¿Lo son? ¿O sencillamente son un conjunto de miserables que merecen ser castigados por sus pecados?

Cuando salen noticias como las publicadas en los últimos meses, lo mínimo que una sociedad sana debe exigir o hacer, en primer lugar es retirar a esos impresentables del Gobierno, y después que respondan por sus fechorías. En otros países, con mucho menos se hace automáticamente. Algún problema debemos tener que es imperativo solventar.
 
Vuelvo a mirar por la ventana esta bochornosa noche. Un país que se derrite y se cae a pedazos. Hace calor, sí, pero además en un mundo lógico deberíamos decir que los asuntos de estas tierras bañadas y abrasadas por el sol están calentitos.

Además el cielo está nublado con esas nubes de vapor que el verano nos trae, aumentando esa sensación de bochorno. Pero nunca arranca a llover, y sabemos que nunca arrancará.

Ajeno a cosas tan nimias, el mundo sigue girando. La naturaleza continua su curso, y al final la realidad es que respecto a todo lo que nos rodea, esto es ridiculamente pequeño. Posee la misma amplitud que las luchas de poder que pudiese haber en el seno de un hormiguero. La mota de polvo con la que Carl Seagan describía a nuestro planeta, nos da una idea de lo insignificante que en el fondo es todo y del sinsentido de las primas de riesgo y una crisis económica surgida de una enorme mentira, la de inventarse el dinero.

Mi perro, obviamente permanece impasible a estas tonterías y es féliz. Pero mi vista se pierde en el horizonte y me hace rememorar mis mismas palabras de hace unos días. Dignarse, luchar, impedir que Rajoy pueda seguir siendo presidente un segundo más... pero no me dí cuenta de una pequeña salvedad.

Al igual que en otras crisis modernas, lo que aquí pase mañana, pasado... Lo que saquen los periódicos y la propaganda que consumamos, hacen ver con claridad meridiana que como ya sabíamos esto no depende de que salgamos a la calle y dos mil personas se junten para acordarse de la madre de Rajoy a trescientos metros de la sede del Partido Popular jugando números para la porra. Esto depende de que un día el editorial del Financial Times diga que Mariano Rajoy ya ha sido lo suficientemente exprimido y hay que poner otra naranja. Puede ser que nos dejen creernos que los españoles algo hemos tenido que ver, para que confiemos en el sistema más que nada y pensemos que tenemos capacidad de buscar alternativas. Es sano tener al pueblo en un plancentero estanque durante un tiempo hasta que empiezas a sacar el suficiente zumo de la siguiente naranja.

Y lo peor es que aquí hablamos de salir, de protestar, y hablando como el abuelo que algunos ven en mí probablemente la experiencia de tener nosotros mismos una alternativa que no tendremos, sea bastante más perjudicial.

La gente se pregunta el por qué somos los españoles tan pacientes y tan "comprensivos" con los temas de fracaso estatal y corrupción. Quizás el que más o el que menos en este país sea un poco corrupto, sí, pero es que además ¿qué nos ha aportado el Estado como para querer hacer cosas por él? Yo creo que a lo largo de la historia nos ha dado más decepciones y sufrimientos que motivos para quererlo, dentro de lo ilógico de serle fiel a un trapo o a un terruño. Puede ser que hayamos sido uno de los pueblos que a lo largo de la historia más huérfano ha estado. Un pueblo cenicienta, siempre maltratado por las sucesivas madrastras que nos han quitado el orgullo y la esperanza.

Y Dios nos salve del orgullo español.
 
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