Atreyub
En busca y captura
Respuesta: 25 años sin el sordo de Calanda (Luís Buñuel)
Paradigma del surrealismo. Intentar encontrarle la lógica y la coherencia a este cortometraje sería de locos. Pero Buñuel no era tonto, ni mucho menos y logró, con estos escasos 15 minutos, marcarse un hito en el cine surrealista.
Con una historia compleja y difícil de definir, con todo un icono no del cine español sino del cine en general (el corte ocular de una mujer, a causa del embrujo de la luna), con imágenes perversas (esas hormigas que salen de la mano de un hombre, esa mano amputada en medio de la calle, esos cuerpos putrefactos) donde el sueño onírico, en todo su explendor, toma forma en cada uno de los momentos - escenas del corto.
Fallos de raccord intencionados, un guión enrevesado sin una clara estructura, cambios de tiempo para desconcertar y una manera - pose descarada, para volvernos locos hacen de este cortometraje un viaje que vale la pena hacer aunque el resultado nos deje fuera de órbita.
Buñuel sabía lo que se hacía, desde luego. Partiendo de la base de unos sueños entre Dalí (el cual está patente en ese surrealismo) y del propio Buñuel. Hipnótico desde luego lo es un rato y aunque nos cueste horrores descifrar (creo que es casi mejor no hacerlo) desde luego, no deja indiferente (en este caso con más razón). No es que se haya convertido en mi favorito, ni mucho menos, pero desde luego es un todo un descubrimiento.
Paradigma del surrealismo. Intentar encontrarle la lógica y la coherencia a este cortometraje sería de locos. Pero Buñuel no era tonto, ni mucho menos y logró, con estos escasos 15 minutos, marcarse un hito en el cine surrealista.
Con una historia compleja y difícil de definir, con todo un icono no del cine español sino del cine en general (el corte ocular de una mujer, a causa del embrujo de la luna), con imágenes perversas (esas hormigas que salen de la mano de un hombre, esa mano amputada en medio de la calle, esos cuerpos putrefactos) donde el sueño onírico, en todo su explendor, toma forma en cada uno de los momentos - escenas del corto.
Fallos de raccord intencionados, un guión enrevesado sin una clara estructura, cambios de tiempo para desconcertar y una manera - pose descarada, para volvernos locos hacen de este cortometraje un viaje que vale la pena hacer aunque el resultado nos deje fuera de órbita.
Buñuel sabía lo que se hacía, desde luego. Partiendo de la base de unos sueños entre Dalí (el cual está patente en ese surrealismo) y del propio Buñuel. Hipnótico desde luego lo es un rato y aunque nos cueste horrores descifrar (creo que es casi mejor no hacerlo) desde luego, no deja indiferente (en este caso con más razón). No es que se haya convertido en mi favorito, ni mucho menos, pero desde luego es un todo un descubrimiento.