La primera mitad del film no está mal, más o menos funciona como comedia romántica con un toquecillo fantástico, gracias a una McAdams adorable y al habitual (aunque mucho menos brillante que otras veces) surtido de frikis británicos que suele incluir todo film escrito por su guionista y director. Luego la segunda mitad se va de baretas totalmente, con ese discursito de autoayuda tan de moda últimamente ('Gravity' o la futura 'La vida secreta de Walter Mitty' pueden incluirse en la misma tendencia), alargado insufriblemente a base de escenas completamente redundantes y repetitivas entre sí, que bloquean completamente el fluir de la película y abuuuuurrennnn al espectador. Y para terminar de redondear el tedio, nos cuelan el enésimo montaje de planos con el que, bajo la temática de 'la vida sigue, disfruta cada momento', han acabado cientos y cientos de películas.
También resulta bastante chocante que veamos el paso de los años, y ni el protagonista ni los demás secundarios de su edad parezcan envejecer un ápice. ¿Pretenderá Curtis justificar esto con los viajes en el tiempo? En fin, una película parcialmente interesante, pero olvidable a pesar de algunos aciertos.
Un saludete.