A mí Talgo me encanta como fabricante. Son trenes comodísimos y su tecnología va unida a la historia de España de los últimos cincuenta años. El que menos me gusta es el Pato pues creo que fueron poco ambiciosos en ese proyecto. Solo hay una cosa que puede vencer a Talgo como fabricante y es la suprema estúpidez de los políticos y chupatintas varios de tener una visión y una previsión tan cortoplacista que adopta soluciones como el injerto ese. Que sí, es un tren magnífico, absolutamente todoterreno, pero algunos viendo las imágenes nos preguntamos si un 130 habría pasado la curva. Si observamos, aunque rápido la locomotora parece que entra bien. Los que fallan son esos dos remolques. Pero claro, tampoco puedes diseñar un tren de cara a que un conductor se despiste y ponga en una situación tan límite la composición.