Harkness_666
Son cuatro
Habéis desmenuzado la película a base de bien, de modo que no aportaré gran cosa... de todas formas, ahí van mis impresiones.
Western decididamente atípico, pastiche arriesgado tanto por la combinación de géneros como por lo que hace con una historia de lo más arquetípica, que parece buscar las esencias de una temática en la confrontación, por un lado, entre una civilización que avanza, y por otro, una barbarie que no debería ser descubierta ni molestada, entroncando ahí con una matanza texana en toda regla (para nada gratuita la etiqueta del terror gore). La primera parte, una presentación tan eficaz como pausada de unos personajes, la segunda y más amplia, un viaje-aventura de manual que explora relaciones, con cuatro protagonistas bastante estereotipados (el líder, el tonto, el chulo y el tipo común y corriente)... la tercera, pura serie B y un descenso a los avernos sin rubor alguno, con unos enemigos eficazmente descritos que conforman toda una subcultura de pesadilla, algo así como una encarnación delirante de los temores del hombre blanco y moderno ante lo salvaje.
Cualquier otro despacharía ésto en 90 minutos de síntesis narrativa, pero el tal Zahler opta por estirarlo, encajando un material que hasta parece de películas diferentes... y sin embargo, obtiene una particular coherencia, pues da la impresión de que la violencia extrema del final del (ultratópico) viaje no impactaría igual de no ser por la “cocción” previa... casi hasta funciona como giro que no esperamos, aunque previamente hemos visto fugaces apariciones del mal, cual preludio de algo funesto por venir, con unas apariciones de los “indios” que parecen casi sobrenaturales (el indio “bueno” del principio ayuda a disimular la sobrada ideológica). Lo mismo puede decirse del rumbo argumental: quien resultaba ser un estorbo patético pasa a convertirse en la última esperanza del grupo (muy bien el Jenkins como contrapunto surrealista y tirando a cargante). Finalmente, el apartado visual no deja de ser, creo yo, el de una cosa indie hecha con dos duros.
Zetosidad de arte y ensayo, o una propuesta que me ha producido muchas sensaciones, no todas ellas positivas, aunque revela cuanto menos a un tipo interesante tras las cámaras.
Western decididamente atípico, pastiche arriesgado tanto por la combinación de géneros como por lo que hace con una historia de lo más arquetípica, que parece buscar las esencias de una temática en la confrontación, por un lado, entre una civilización que avanza, y por otro, una barbarie que no debería ser descubierta ni molestada, entroncando ahí con una matanza texana en toda regla (para nada gratuita la etiqueta del terror gore). La primera parte, una presentación tan eficaz como pausada de unos personajes, la segunda y más amplia, un viaje-aventura de manual que explora relaciones, con cuatro protagonistas bastante estereotipados (el líder, el tonto, el chulo y el tipo común y corriente)... la tercera, pura serie B y un descenso a los avernos sin rubor alguno, con unos enemigos eficazmente descritos que conforman toda una subcultura de pesadilla, algo así como una encarnación delirante de los temores del hombre blanco y moderno ante lo salvaje.
Cualquier otro despacharía ésto en 90 minutos de síntesis narrativa, pero el tal Zahler opta por estirarlo, encajando un material que hasta parece de películas diferentes... y sin embargo, obtiene una particular coherencia, pues da la impresión de que la violencia extrema del final del (ultratópico) viaje no impactaría igual de no ser por la “cocción” previa... casi hasta funciona como giro que no esperamos, aunque previamente hemos visto fugaces apariciones del mal, cual preludio de algo funesto por venir, con unas apariciones de los “indios” que parecen casi sobrenaturales (el indio “bueno” del principio ayuda a disimular la sobrada ideológica). Lo mismo puede decirse del rumbo argumental: quien resultaba ser un estorbo patético pasa a convertirse en la última esperanza del grupo (muy bien el Jenkins como contrapunto surrealista y tirando a cargante). Finalmente, el apartado visual no deja de ser, creo yo, el de una cosa indie hecha con dos duros.
Zetosidad de arte y ensayo, o una propuesta que me ha producido muchas sensaciones, no todas ellas positivas, aunque revela cuanto menos a un tipo interesante tras las cámaras.