A Avatar no llega...pero vaya taquillazo está marcándose.
Lo que me lleva a preguntarme qué narices pasó para que los pitufos con coleta amasaran esa salvajada.
A estas alturas no es tan difícil de explicar.
Cameron era un tipo con mucho prestigio y tirón comercial en el terreno de la acción y ciencia ficción, así que ya tenía a mucha gente de su parte. Pero además con Titanic consiguió ganarse a buena parte del resto del público, que recordemos lo petó en taquilla, en premios y en boca a boca.
Así que Avatar era una apuesta carísima y muy arriesgada. De hecho, antes del estreno casi nadie daba un duro porque fuera siquiera a acercarse a los números de Titanic. Y su primer fin de semana en USA no fue muy allá, estuvo bien pero no dinamitó la taquilla, aunque una ola de frío y nieve tuvo mucho que ver para que parte del público prefiriera quedarse en casa.
El caso es que al final prevaleció el tratarse del proyecto más ambicioso de un director muy prestigioso (o visionario como gusta mucho poner en los tráilers) que ya tenía en el bolsillo a casi todos proponiendo algo que no se había visto antes tras mucha expectación, innovando en el uso del 3D y de los efectos visuales, y que tras unos primeros instantes de dudas, consiguió llenar los cines convenciendo a la mayoría y generando un poderosísimo boca a boca.
Star Wars tiene un fanbase muy grande, pero por muy buena que sea la película no tiene potencial para superar a Avatar porque esta consiguió abarcar a más tipos de público distintos y además convenciendo, lo cual lo convierte en un evento aún más grande.
Lo de que el 3D tuvo que ver y que no tuviera competencia en la cartelera, vale, pero solo un poco. Sin 3D y con otras películas medianamente importantes compitiendo con ella hubiera tenido igualmente cifras estratosféricas. Su resultado fue la suma de muchos elementos que influenciaron esa respuesta tan masiva, pero esos en concreto no fueron los más críticos.