Este tío está entre lo mejor que le ha pasado al cine de animación en años, ¿eh? ¿Por qué no tiene hilo? ¡Bastardos!
Lo digo porque hace unos días volví a ver Ratatouille y cada vez me crece más (la peli, digo, aunque todo vale) cuando, pasada la atención básica y el encanto de los primeros visionados, sigues gozando con un trabajo de planificación milimétrico, y de puesta en escena totalmente dedicada a caracterizar personajes (un Skinner acomplejado con su inseparable escalerilla, el despacho de Ego con forma de ATAÚD). Rematado además con un subtexto en el que cada uno mira donde quiera (para más datos, la estupenda review de Valek, no le importará que la cite) que se cierra con una de las apologías más certeras del culodurismo entendido como cinefagia, de la búsqueda constante de talento en cualquier sitio. Y aquí Bird se hace el sueco y deja que Giacchino nos lleve por otros derroteros, pero todo cae en su sitio.
Pero es que además tiene dos películas todavía mejores, El gigante de hierro y Los increíbles, dos maravillas deliciosamente retro; la primera como reversión de ET en la cara oscura de la América 50's, consumando el mayor talento de Bird (la normalidad dentro de la fantasía y viceversa) en el tratamiento de la amistad entre el chaval y el robot, con momentos de pura lágrima ("... Superman...")... y la segunda como relectura cartoon de Alan Moore, los 4F, James Bond (ese Giacchino barryzado) y lo que se tercie, llenándolo además de secuencias de acción loquísima sin descuidar, again, un trabajo abrumador de planificación y puesta en escena para definir personajes y estilos.
No quiero dejarme su Cuentos asombrosos llamado Family dog, su primer trabajo de dirección a finales de los 80 que ya avanza parte de Pixar (incluso trabajos ajenos, y es que Dios los cría y ellos se juntan) con ese perro ignorado por una familia de desgraciados, niño psicópata incluído. Un poco alargado para llegar a los veintipico minutos de rigor, pero con gags logradísimos (esa meada-venganza) y empatía inmediata con el chucho; un trabajo muy majo en general. O Krusty entra en chirona y De tal padre tal payaso, dos estupendos episodios sobre el clown de Springfield, el primero un whudonist consolidando nada menos que a Bob el Actor Secundario y el segundo una bonita historia paternofilial judía. Y para terminar, ese simpático corto llamado Jack-Jack ataca, con ritmazo y gracia (me encanta ese Jack-Jack levitando mientras atraviesa paredes), si bien no da para mucho.
Ahora se ha pasado a la imagen real, pero podemos esperar MUCHO de este tipo.