Respuesta: "BULLET TO THE HEAD / UNA BALA EN LA CABEZA": Walter Hill dirige a Stallone
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Bullet to the Head, Walter Hill, 2012)
Los viejos rockeros nunca mueren. Sly, una gloria pasada que a pesar de la edad que tiene intenta seguir en el candelero y Walter Hill, que sigue intentando ofrecer cine de acción a la antigua usanza, aunan sus esfuerzos en un género que tristemente ya no tiene tirón más allá de los incondicionales, sobre todo en la acción con aroma a videoclub de antaño, cuando este tipo de productos eran éxito asegurado y con el boca oreja sin estupor por laurearlo. "Una bala en la cabeza" no es un producto innovador, no hay nada que no hayamos visto mil veces y sobre todo no hay sorpresa alguna en un guión que sigue el parámetro del sota caballo rey sin despeinarse. Incluso podríamos decir que tiene todos los ingredientes para acabar crujiéndola sin paliativos pero...
No es una mala revisitación a lo que ya estamos acostumbrados los que estamos de vueltas de todo estos jaleos. Stallone, tristemente un hombre con un rostro acartonado pero con el cuerpo dispuesto para la jarana de golpes y mamporros (sigue prestándose para recibirlos sin despeinarse el gachón) con un Hill que intenta ofrecer, aunque sea por una vez más, un producto digno de su currículum. He tenido una extraña sensación en algún momento muy puntual y eso me ha hecho el visionado un tanto agradable: no recuerdo en qué escena exacta pero he tenido un eco a casos puntuales de Danko o límite 48 horas, sin querer ofender a ninguna de las dos. No puede ser casualidad.
El producto es, una vez más, una buddie movie añeja, de colegas en un bar tomando una copa con chascarrillos soltados al aire y compartiendo batallitas a golpe de tiros, peleas, idas y venidas y rematando con la clásica historia de la hija secuestrada y la épica batalla final entre el (anti)héroe de la función y el esbirro de turno: mil veces más grande que su contrincante, digno oponente para las antológicas peleas cuerpo a cuerpo con hachas de por medio, sin recurrir a filigranas ni efectos de cámara innecesarios. Todo con aroma a las ochentadas que tanto funcionaban por su testosterona bien expuesta y sin necesidad de nada más. Y casos específicos como la pelea en la sauna o en los lavabos hacen rememorar buenos tiempos y demuestran que aún se puede rescatar maneras que a día de hoy funcionan por extraño que parezca.
No es una gran película, ni siquiera es una buena película más allá de ser una más del género arcaico de los action hero de la gloriosa década donde reinaban estas viejas glorias que se resisten a marcharse. Pero por ahora, esta nueva incursión no es una mala propuesta a fin de cuentas. Incluso podría decirse que no desentona con la propuesta que ofrece y mucho menos no se le puede tachar de engañifa porque no lo es. El trailer, desde luego, no esconde las cartas, todas están sobre la mesa. No destaca en el currículum de ninguno de sus integrantes. Es más, Walter Hill dudo que la elija entre sus mejores trabajos y Stallone me costaría creer que la tenga entre sus mejores entregas pero para ser sinceros diré que productos así, una vez al año, son de agradecer.