ONLY LOVERS LEFT ALIVE (Jim Jarmusch). Sección Oficial
¿Una película culterana sobre vampiros rockeros y existencialistas..?, ¿una metáfora sobre las derivas del mundo contemporáneo desde la perspectiva de dos vampiros fuera de tiempo y nostálgicos del pretérito…?, ¿una petulante broma privada llena guiños cultistas y citas literarias…? Habrá incluso muchas otras maneras de entender la más desconcertante de todas las películas vistas en Cannes, lo que no quiere decir que sea la mejor, ni tampoco la más interesante. Pero lo que sí nos dan a entender todas esas opciones es que se trata de una obra extremadamente libre, que tiene todas las papeletas para convertirse con rapidez en una pieza de culto. Dos vampiros que se aman a través de los siglos, llamados Adam y Eva, él domiciliado en Detroit y ella en Tánger, se reúnen de nuevo para vivir juntos algunas experiencias frente a las crecientes dificultades de entender el mundo moderno y de deambular entre los zombies, que es como ellos llaman a los humanos. Dos vampiros que viven en los márgenes propios de la bohemia y del mundo artístico, que trasiegan las calles nocturnas de ambas ciudades siempre con gafas negras y que no pueden prescindir de la sangre que necesitan para alimentarse, aunque ahora les cuesta mucho más trabajo encontrarla sin contaminar y sin mezclas. Una propuesta, en cualquier caso, más intelectual que otra cosa, situada en las antípodas de las convenciones propias del género, pero con serias dificultades para encarnarse de forma consistente en una dramaturgia o en una narrativa con verdadero peso. Se entiende bien, pese a todo, el atractivo extrañamiento que puede estar en la base de los argumentos esgrimidos por sus defensores, que los tendrá, y además muy militantes. CARLOS F. HEREDERO