Ciudadanos, la derecha regeneradora y progresista.

Si Jhon. Me estaba refiriendo a los partidos y movimientos que están ahora en el candelero. Los demás son tan residuales que no les doy la mas mínima importancia.

Un abrazo!
 
Vamos, que ser derechas es ser un hijop***.

Luego dices de los clichés

joder
si digo que los votantes del PP tienen el pelo engominado, bigotillo, y van con el ABC bajo el brazo, es un cliché
si digo que los votantes de IU tienen rastas, fuman petas y no se duchan es un cliché
pero si digo que ME PARECE MAL DE COJONES que de todas las cientos de opciones que hay para recortar, en vez de recortar de los que ya tienen mucho, como la iglesia que se lleva 10.000 millones de euros (!!¡¡) o los coches oficiales o subir los impuestos a los que ya tienen literalmente cientos de millones de euros, se decida recortar de primeras a los niños con cancer, gente discapacitada, gente con enfermedades, es decir, los de abajo, los más indefensos, tengo todo el derecho de llamarles hijosdeputa, no por cliché si no por que su conducta me parece una puta mierda

dejando de lado clichés, estos me parecen hijosdeputa, dentro de mi escala de valores morales
 
Es normal, es que ser de izquierdas esta bien y de derechas mal


Enviado desde mi iPad con Tapatalk
Sobre todo si tengo el bolsillo lleno y una buena situación económica.

La falsa moral de la izquierda de siempre.

No. Uno puede tener dinero y pensar en el que no lo tiene, o ser un desalmado liberalista y cambiar de canal cuando desalojan a una vieja de su casa

Puestos a poner estereotipos...

¿Sólo se os ocurre asociar progresismo con gulags?
 
De acuerdo con Tozzi.

Qué "falsa moral" tiene el tipo que vive holgadamente, y al mismo tiempo está a favor de un mejor reparto de la riqueza, obviamente empezando por él mismo?
Acaso todos los ricos deben ser miserables, ruines e insolidarios, y votar consecuentemente a la derecha?

Me parece, Krell, que esto te lo miras mal. :pensativo
 
Vamos, que ser derechas es ser un hijop***.

Luego dices de los clichés

joder
si digo que los votantes del PP tienen el pelo engominado, bigotillo, y van con el ABC bajo el brazo, es un cliché
si digo que los votantes de IU tienen rastas, fuman petas y no se duchan es un cliché
pero si digo que ME PARECE MAL DE COJONES que de todas las cientos de opciones que hay para recortar, en vez de recortar de los que ya tienen mucho, como la iglesia que se lleva 10.000 millones de euros (!!¡¡) o los coches oficiales o subir los impuestos a los que ya tienen literalmente cientos de millones de euros, se decida recortar de primeras a los niños con cancer, gente discapacitada, gente con enfermedades, es decir, los de abajo, los más indefensos, tengo todo el derecho de llamarles hijosdeputa, no por cliché si no por que su conducta me parece una puta mierda

dejando de lado clichés, estos me parecen hijosdeputa, dentro de mi escala de valores morales

Cierto, en las comunidades donde no gobierna el PP no se ha recortado en Sanidad y otros servicios transferidos como bien saben andaluces y catalanes. Y todo eso de los coches oficiales y la iglesia creo que no se lo sacaron de la manga Aznar ni Rajoy. ¿Felipe también es pepero?
 
lo que hace al subnormal del video mejor persona
los recortes los hace el gobierno español, que vienen ya dados de la banca , del banco central europeo, del FMI que son de izquierdas de toda la vida
 
No. Uno puede tener dinero y pensar en el que no lo tiene, o ser un desalmado liberalista y cambiar de canal cuando desalojan a una vieja de su casa

Puestos a poner estereotipos...

¿Sólo se os ocurre asociar progresismo con gulags?

No, los que asociais lo que está bien o mal con determinada ideología política sin lugar a dudas sois vosotros, que os atrevéis a decir que ser de izquierdas es bueno y de derechas es malo. Es la típica superioridad moral de boquilla de la izquierda.

Lo que define o no a las personas es su moral y su actitud ante la sociedad, y no su ideología.

Los que se hinchan la boca repartiendo carnets de moral según la ideología política, suelen ser los menos indicados para apostolar.

Enviado desde mi Passport
 
Observo con tristeza y desazón, que no con sorpresa, lo poco que ha cambiado esta nuestra piel de toro desde los tiempos del ínclito Carlos III ( y más allá). Quizás los años me estén volviendo gruñón y desesperanzado, pero empiezo a pensar que no se trata de un condicionante educativo o ambiental, sino de un cierto tipo de tara genética que algún día se estudiará en la asignatura de morfogenetismo localista avanzado. O algo así.

Discúlpenme si les ofendo, caballeros, pero no creo que así sea, dado que me incluyo en el calificativo. Somos un país de ignorantes supinos, de cainitas traicioneros y matarifes en potencia. A la par que imbéciles. Y aunque es cierto que las generalizaciones son nefastas, pero dado que las excepciones son escasas, me permito añadir que todos nosotros. En conjunto. Con razón tenemos la imagen que tenemos en el mundo, y hasta un chófer venido a más se permite el lujo de chotearnos y pisarnos el corvejón.

Miren que el diagnóstico es sencillo. Pero no hay manera. No aprendemos. Ni aprenderemos. Porque otra de las consecuencias de mis canas es la desesperanza, o el realismo final, depende de como se mire. El ser español es sinónimo de mirar al otro por encima del hombro. De arrogarse virtudes inexistentes o levemente significativas a la par que se rechazan visceralmente las del contrario. De calificar (y lo que es peor, juzgar) las ideas de nuestro adversario y abogar firmemente por la única vía que estimamos posible, la del exterminio. A la par que creemos que el único objetivo en la vida de este es exterminarnos a nosotros, obviamente. De elevar nuestra supuesta razón tanto como reducimos al estercolero la del que no está de acuerdo. Y a contemplar desde nuestro lado de la trinchera, un reducto repleto de fachas. Reducto desde el que solo se ven rojos con los ojos inyectados en sangre (añádase españoles e identitarios y estaremos en las mismas). En el nuestro (sea cual fuere), obviamente solo habitan seres de luz, inmaculados y sin tacha, que asisten anonadados (y bastante cabreados) al espectáculo de la sinrazón de sus vecinos frontales, que deberían ser reconducidos y reorientados por los medios necesarios. Fuerza mediante si eso.

Todo ello nos lleva inevitable y cíclicamente a pretender imponer nuestra superioridad moral (término o palabro que nos define inequívocamente), por el método que se tercie. Bien sea por las urnas, bien sea a tiro limpio. En eso no somos remilgados, y nos vale cualquier vía posible. A veces, incluso, amalgamamos ambas opciones, y borramos el resultado desfavorable de las urnas a tiro limpio. O pasamos por el rodillo de las urnas la voluntad del contrario. Tanto da. Que ya sé que no, pero ustedes me entienden. La intención es lo que cuenta.

El caso es que nos creemos en posesión de la razón y la verdad. Y cuanto mayor es esta creencia, mayor es el desprecio a la contraria. Y la voluntad de imponernos, en aras de la sacrosanta superioridad moral de nuestras ideas, por el medio que sea. Si es por los votos, perfecto (es una forma de hablar, para el españolito medio, donde se ponga una buena refriega, que le den a la voluntad popular). Si es mediante barricadas, como digo, mucho mejor. Y si hay que llegar a la violencia, cualquier recurso está justificado. No olvidemos que la RAZÓN está de nuestra parte. Y que el adversario es un error deambulante que amenaza nuestra mera existencia. O eso nos han contado. De ahí la absurda, incorrecta y manifiestamente ridícula admiración existente por la sacrosanta y nefanda revolución francesa que existe en nuestro país. Pero otro día hablaremos de ese tema, que da para mucho y no está en mi ánimo dispersarnos.

Me gustaría puntualizar, por si los malentendidos, que esto es aplicable sea cual sea nuestra posición. Si detentamos el poder, nuestra prioridad es desgastar a la oposición, por encima de cualquier otra consideración. Si estamos en la oposición, machacar al gobierno, tome las medidas que tome (y aunque en el fondo estemos de acuerdo con las mismas o sepamos que serán beneficiosas, eso da igual). Si quiero remarcar mi "identidad", deberé atacar sistemática e implacablemente al enemigo centralista. Si no soporto que tu la remarques, la ridiculizaré en cuanto tenga oportunidad.

En fin. Como para pegarse un tiro y acabar con este sufrimiento que arrastramos desde hace siglos, al estilo caballo quebrado. Por que oiga... esto no va a cambiar. Es usted consciente, ¿verdad? Ya le digo. Morfogenetismo. Vamos, que somos unos imbéciles redomados extremadamente pagados de si mismos y acostumbrados desde siempre a solucionar las cosas a guantazos. Voltaire asistiría estupefacto a nuestro espectáculo histórico mientras inhalaba una pizca de rapé. Mon dieu. Aunque ahora que lo pienso, probablemente lo hiciera. Lo nuestro va de largo. En fin...

Claro está que hay matices. Diferencias. Perfiles. No es exactamente igual un imbécil de derechas que un imbécil de izquierdas (dentro de su inevitable imbecilidad). Pero los patrones comunes están ahí. Mirar al otro desde el púlpito mientras se afila la faca. Prepararse para el combate. Usar los medios necesarios para expulsar al mal. Al enemigo ni agua. Y tal y tal. Todo aderezado con esa mirada de soslayo y esa desconfianza innata que atesoramos.

Y lo malo es que uno empieza a creer en los patrones. La edad no te da experiencia, te da perspectiva. Ves mucho más lejos. El estudio te amplía aún más ese horizonte de visión. Y ves las ondas. Una detrás de otra. Repetitivas, incansables, inevitables al final. Y esos depósitos de inmundicia que vamos rellenando poco a poco, hasta que se desbordan. Casi siempre cuando alguien les da una patada con mu mala follá. Y es que el odio es acumulativo. Es una substancia negra y espesa de la que es casi imposible desprenderse. Y cuando ya estamos pringados hasta la médula, siempre aparece un listo (o varios) dispuesto a aprovecharlo. A sacar beneficio. A pescar en río revuelto. Y la sinrazón encuentra razones, justificaciones, apoyo en la masa. Se siente fuerte. Apoyada. Hasta que sucede lo inevitable cuando basamos la construcción en la demolición del contrario. Que a alguien se le va la mano. Y pasa lo que pasa. Las ondas. La lucha a bastonazos de Goya, con el que empiezo a sospechar que hubiera compartido agradables veladas de desesperanza en la Fonda de San Sebastián.

En fin, señores. Los dejo con sus diatribas, que a mi, la artritis me reclama. Tengo que reflexionar si no habré caído en lo mismo que critico y juzgo con severidad excesiva. O si será lo contrario y la esperanza aún nubla mi razón cuando no hay salida posible. Todo puede ser. En cualquier caso, procedo a evadirme, como siempre, entre las páginas de un buen libro. Prosigan ustedes, que yo los sigo con interés y estupor.
 
Lo que define o no a las personas es su moral y su actitud ante la sociedad, y no su ideología.

¿Pero tu sabes lo que es una ideología?

Una ideología es el conjunto de ideas sobre la realidad, sistema general o sistemas existentes en la práctica de la sociedad respecto a lo económico, lo social, lo científico-tecnológico, lo político, lo cultural, lo moral, lo religioso.

No vale la justificación burda de "soy liberal porque tengo dinero pero pienso en los pobres". Falsa moral. Se que no te voy a convencer, cada uno ya hace su propia reflexión

A mi siempre me ha fascinado la capacidad humana del ultraliberal de derechas que contrata en negro, no paga impuestos, no quiere sanidad ni educación para los pobres pero luego va a la iglesia los domingos para curar su alma. En la izquierda seguro hay los mismo ejemplos. Cada uno tiene sus ideas, por supuesto, pero no queramos parecer lo que no somos

Para mi las ideas vienen asociadas con hechos concretos, y en el caso de que los nuevos cumplan, por sus programas. Uno tiende a ser justo en la vida, llámame trasnochado, y una sociedad en la que el poder económico está por encima de las personas necesita una revisión y reinventarse (la directora del FMI dijo algo parecido el otro día)
 
El ser español es sinónimo de mirar al otro por encima del hombro. De arrogarse virtudes inexistentes o levemente significativas a la par que se rechazan visceralmente las del contrario. De calificar (y lo que es peor, juzgar) las ideas de nuestro adversario y abogar firmemente por la única vía que estimamos posible, la del exterminio. A la par que creemos que el único objetivo en la vida de este es exterminarnos a nosotros, obviamente. De elevar nuestra supuesta razón tanto como reducimos al estercolero la del que no está de acuerdo. Y a contemplar desde nuestro lado de la trinchera, un reducto repleto de fachas. Reducto desde el que solo se ven rojos con los ojos inyectados en sangre (añádase españoles e identitarios y estaremos en las mismas). En el nuestro (sea cual fuere), obviamente solo habitan seres de luz, inmaculados y sin tacha, que asisten anonadados (y bastante cabreados) al espectáculo de la sinrazón de sus vecinos frontales, que deberían ser reconducidos y reorientados por los medios necesarios. Fuerza mediante si eso.

Y no se olvide usted del pecado capital de los españoles: LA ENVIDIA.
Es eso que a menudo se proyecta en el otro como si éste nos mirase por encima del hombro, se arrogase virtudes inexistentes, nos calificase y/o juzgase, se atribuyese la razón absoluta, etc, etc, etc.
No se olvide usted de la envidia, mi admirado Dédalo. :)
 
Por cierto, vive Dios que me reconcome un tema que he mencionado fugazmente y desde entonces me llena el pensamiento. El atroz desconocimiento e idealización que de la nefanda revolución francesa (yo prefiero llamarla asesinato en masa o ebullición perniciosa de la razón para mayor gloria de la sinrazón).

Creo que voy a abrir tema por su paralelismo manifiesto con los sucesos actuales. Va siendo hora de refrescar y airear mis trabajos universitarios del pasado. Y ya de paso pasar el sacudidor por algunas mentes ignorantes e idealizantes en exceso a causa de la ignorancia y la pátina de honorabilidad que suele dar el tiempo a los sucesos más ignominiosos (véase lo sucedido con la piratería, a modo de ejemplo).

¿Procedo?
 
Miren que el diagnóstico es sencillo. Pero no hay manera. No aprendemos. Ni aprenderemos. Porque otra de las consecuencias de mis canas es la desesperanza, o el realismo final, depende de como se mire. El ser español es sinónimo de mirar al otro por encima del hombro. De arrogarse virtudes inexistentes o levemente significativas a la par que se rechazan visceralmente las del contrario. De calificar (y lo que es peor, juzgar) las ideas de nuestro adversario

Interesante reflexión
 
Por cierto, vive Dios que me reconcome un tema que he mencionado fugazmente y desde entonces me llena el pensamiento. El atroz desconocimiento e idealización que de la nefanda revolución francesa (yo prefiero llamarla asesinato en masa o ebullición perniciosa de la razón para mayor gloria de la sinrazón).

Creo que voy a abrir tema por su paralelismo manifiesto con los sucesos actuales. Va siendo hora de refrescar y airear mis trabajos universitarios del pasado. Y ya de paso pasar el sacudidor por algunas mentes ignorantes e idealizantes en exceso a causa de la ignorancia y la pátina de honorabilidad que suele dar el tiempo a los sucesos más ignominiosos (véase lo sucedido con la piratería, a modo de ejemplo).

¿Procedo?


Proceda, proceda querido amigo y comparta sus reflexiones en nuestra querida fonda. Sea usted bienvenido, y mi reconocimiento a su buen verbo. Siéntese aquí con nosotros y reciba nuestras bendiciones. No tenga cuidado, pese a Jacobinos, las normas del foro impiden dejar regueros de sangre normalmente.
 
Antes quizá deberíamos comprobar si hay algún francés en la sala, no fuera que se tomase a mal sus críticas sobre la toma de la Bastille, ya que además, es su fête nationale. Ya sabe como son los gabachos, la grandeur y todo eso.

Me temo que yo también discreparé con usted, aunque esperaré a hacerlo en el nuevo post que piensa abrir.
 
Jaume mantenga su mente abierta. Si bien es normal la confrontación dialéctica, reconozca que sus aportaciones han venido a dar mayor calidez a este debate y que sus reflexiones, resultan en extremo interesantes. Es un gusto leerlo.
 
Por supuesto, amigo Seaker. Y en su momento ya celebré con un cierto alborozo la súbita aparición del amigo Dédalo.
Lo que no sé es cómo interpretar su impertinente advertencia sobre el mantenimiento de mi apertura de mente. Acaso me distingo por tener cerrazón de mente? acaso le tengo que mandar a freir espárragos? :pensativo
 
De ahí mi comentario...

Krell y yo defenderemos gabacholandia si es necesario :gano

Enviado desde mi iPad con Tapatalk
 
Los franceses son un pueblo curioso. De hecho, y en muchos aspectos, nuestra antítesis. En otros, nuestro némesis. Mi relación con ellos es amplia, y no dejo de admirarlos más a cada día que pasa. Por ejemplo, y en los términos que nos ocupan, son sumamente distintos de nosotros. Quizás por eso les admire, sacrebleu... Si bien a poco que rasques en su verborrea y conciencia, terminan reconociendo (siempre dentro de los cauces normales de un ligero coma etílico y la más absoluta intimidad) que su sacrosanta revolución, en realidad fue una sangría inútil que solo sirvió de mecha, y aún eso es discutible (para lo cual ya podría haber tenido lugar en Alemania o, aún mejor, en España, mon dieu); si les preguntas en público antes se dejarán despellejar que reconocerlo. Lo cual no deja de constituir un admirable ejercicio de orgullo patrio y defensa de lo suyo frente al elemento externo. Algo de lo que en este pueblo carecemos por completo, y que (al menos para mi), es muy de admirar en determinadas circunstancias (que vienen a ser casi todas).

Pero me temo que nos estamos adentrando en un debate que queda absolutamente fuera del ámbito del presente hilo. Ruego disculpen mi incontinencia epistolar. Dejo el asunto aparcado hasta poder abrir el oportuno debate. Mis obligaciones y alumnos me reclaman.
 
Por supuesto, amigo Seaker. Y en su momento ya celebré con un cierto alborozo la súbita aparición del amigo Dédalo.
Lo que no sé es cómo interpretar su impertinente advertencia sobre el mantenimiento de mi apertura de mente. Acaso me distingo por tener cerrazón de mente? acaso le tengo que mandar a freir espárragos? ensativo
Sabe tan bien como yo que si algo nos define es nuestra cabezonería y amar la border line. De todos modos Jaume, en mi ánimo no estaba el faltar, todo lo contrario. Un comentario sin nada detrás, no se lo tome a mal, porque yo lo he escrito de forma natural, sin mala intención.
 
Por supuesto, amigo Seaker. Y en su momento ya celebré con un cierto alborozo la súbita aparición del amigo Dédalo.
Lo que no sé es cómo interpretar su impertinente advertencia sobre el mantenimiento de mi apertura de mente. Acaso me distingo por tener cerrazón de mente? acaso le tengo que mandar a freir espárragos? ensativo
Sabe tan bien como yo que si algo nos define es nuestra cabezonería y amar la border line. De todos modos Jaume, en mi ánimo no estaba el faltar, todo lo contrario. Un comentario sin nada detrás, no se lo tome a mal, porque yo lo he escrito de forma natural, sin mala intención.

No, hombre, no. Solo pretendía comprobar tu sentido del humor.
En realidad, la impertinencia ha sido mía. ;)
 
Última edición:
Arriba Pie