Clásicos animados de la Disney

Hay títulos que, después de bucear en las profundidades de internet, me ha sido imposible encontrar el "Cómo se hizo" correspondiente. Casos como "Los tres caballeros", "Música maestro", "Tiempo de melodía" o "La leyenda de Sleepy Hollow y el señor sapo". De encontrarlos haría lo respectivo. Igualmente los DVD's al respecto tampoco cuentan con algo parecido.


Como se hizo...



"Las aventuras de Bongo, Mickey y las judías mágicas"

Walt Disney siempre iba en busca de nuevas historias y por ende de nuevos retos. Su apellido se había convertido en una marca registrada de la cual se exigía una calidad. Con cada nuevo título intentaba ir un paso más allá. La historia de las judías mágicas no le venía de nuevas. Ya para el año 1922 realizó un corto de animación mudo para su compañía Laugh-O-Grams. En 1933 realizó un corto de Mickey Mouse, “El país de los ogros”, luchando contra un gigante y en 1938 hizo que Mickey luchara contra otro gigante en el corto “El sastrecillo valiente”, uno de los más conocidos del ratón. Como es sabido, a Disney le gustaba perfeccionar su técnica y lo ya visto anteriormente, de ahí que para el caso de las judías mágicas el tema sólo serviría para darle un enfoque y un perfeccionamiento mucho mayor. También tuvo la idea de que contar con Mickey como protagonista pues era el personaje que había protagonizado los dos casos anteriores y decidió que sus compañeros de aventuras fuesen Donald y Goofy, de esta forma ellos serían los protagonistas del primer largometraje de los tres personajes juntos. Así se hicieron mundialmente famosos pues tan sólo había la existencia de sus cortos.

El 2 de mayo de 1940 empezó la producción desarrollando a lo largo de ese año muchas ideas para el proyecto como el de la planta creciendo con los personajes en ella, los gags de la mesa del gigante o la del arpa cantarina. Incluso se llegó a sugerir que los ladrones que le roban la vaca a Mickey fuesen el honrado Juan y Gedeón de “Pinocho”. Una de las escenas desechadas describía que la vaca era entregada a una reina, quien no era otra que Minnie Mouse, quien a cambio le entregaba al ratón una reliquia familiar, en este caso las judías mágicas. En 1941 terminó el rodaje y se pasó a rodar la parte de Bongo. Fue una historia escrita por el novelista Sinclair Lewis, en 1930, para la revista Cosmopolitan. Dado que está basada en el circo se sugirió que fuese una continuación de “Dumbo”. Tanto Bongo como Lulu Bell sufrieron varios cambios de carácter hasta mostrar su rol definitivo. El villano de la función iba vestido y habían más personajes en el guión como por ejemplo el mayordomo chimpancé que tenía Bongo. Tristemente el guión finalizado salió un día después del ataque a Pearl Harbor.

La Segunda Guerra Mundial causó estragos en los estudios. Por ejemplo cerró por completo el mercado europeo, una fuente grande de ingresos. Se reclutó a muchos artistas provocando que la calidad de los dibujos se resintiera. Y por último el estudio Disney fue requisado para realizar exclusivamente películas relacionadas con la guerra, ya fuese de adiestramiento militar o para ensalzar la moral de las tropas. Una vez finalizada la guerra el estudio tuvo que empezar de nuevo partiendo de cero, algo tremendamente difícil dada la situación económica de la empresa. Eso hizo que Walt Disney recuperase la esencia de “Fantasía”, es decir, agrupar una serie de cortos y formar largometrajes. De esa idea surgió “Música maestro” (1946). Una vez concluida la guerra decidió darle atención a la obra de “Mickey y las judías mágicas” emparejándola con “Las aventuras de Bongo”. Que Bongo fuese la introducción haría que la aparición de Mickey fuese más espectacular si cabe (ver unas escenas exclusivas donde vemos a Walt doblando al ratón que le dio la fama no tienen precio).

Se decidió que fuese Pepito Grillo el guía y narrador (animado) de la película. Cliff Edwards volvería a ser el doblador del personaje. La película comienza con la canción “Fun and fancy free” que fue un tema desechado para Pinocho y se vio oportuno aprovecharla para esta ocasión debido a su tono divertido y agradable. Billy Wilbert era el encargado de doblar al gigante Willy. Su característica forma de estornudar fue la clave para ser contratado para el enanito mocoso de Blancanieves. Se decidió contratar a un actor real para que narrara la historia de Mickey y ese papel recayó en Edgar Bergen, un ventrílocuo muy famoso de la época. Walt y Edgar eran muy amigos. Disney llegó, incluso, a presentar una de las criaturas de Bergen, Charly McCarthy en varias producciones suyas como en el caso de “Mother Goose goes Hollywood” (1938) o “The autograph hound” (1939). Incluso Bergen fue un invitado especial en el primer programa televisivo de Walt Disney. Luanna Patton era la coprotagonista de la historia. Dinah Shore sería la encargada de narrar la historia de Bongo. Ella fue una famosa cantante de la época y su contratación resultaría un atractivo de cara a la taquilla.

La película se estrenó el 27 de septiembre de 1947. Fue un éxito de taquilla y cosechó críticas muy positivas. El estilo empleado sería el formato a seguir para los siguientes títulos que acabarían convirtiéndose en clásicos Disney por derecho propio. Dada la situación tensa de la guerra y un ambiente triste, películas como esta conseguían apartar los problemas y hacían que la gente tuviera un rato de diversión. El público volvía a confiar en Disney pues daba a éste lo que necesitaba y quería. Lógicamente, Disney volvía a reinar en lo que mejor se le daba que era narrar historias a través de la animación.


Video:

 
ZsevVbspCxqFau0kZMb5Rw3lKU.jpg



(Cinderella, Clyde Geronimi, Hamilton Luske y Wilfred Jackson, 1950)​


CLASICO Nº 12


Nueva década nuevo estilo. Eso debió pensar Walt Disney. A pesar de haber cosechado cierto éxito económico con la serie de películas paquete que habitó en toda la década de los 40 y granjearse cierto éxito en la crítica había que renovarse, volver al estilo animado que le dio fama y prestigio. Varios títulos vinieron a su mente a la hora de trasladar a la gran pantalla como comienzo de una nueva era. Peter Pan, Alicia en el país de las maravillas o Cenicienta eran los ejemplos inmediatos. Pero para no jugársela decidió recurrir al cuento clásico de Charles Perrault, aunque la historia en sí no es patrimonio exclusivo de él. La razón de recurrir a este cuento es querer volver por la puerta grande con el tema que le hizo famoso y le convirtió en todo un referente en el campo de la animación: una princesa. Con "Blancanieves y los siete enanitos" Hollywood (y el mundo entero) se rindió a sus pies. Era lógico pues admitir que trasladando a la gran pantalla otra princesa de cuento de hadas el éxito estaba más que asegurado, más aún al contar con un estilo tan personal y característico como la animación made in Disney. Hay que añadir que contó con la participación de "los nueve sabios", es decir, Les Clark, Marc Davis, Ollie Johsnton, Mit Kahl, Ward Kimball, Eric Larson, John Lounsbery, Wolfgang Reitherman y Frank Thomas. Estos no eran otros quelos ilustres animadores que dieron el sello distintivo de calidad en el resultado final de sus películas y que gracias a sus trazos consiguieron personajes eternamente establecidos en la memoria colectiva del campo de los dibujos animados.

En 1948 los estudios dieron a conocer en su "Annual Report" que este iba a ser su próximo proyecto. Calentando motores con "La leyenda de Sleepy Hollow y el señor sapo" en las formas de la nueva animación (tan sólo hay que ver cierta mimetización en cuanto a la fluidez de los movimientos e incluso cierto parentesco entre Katrina y Cenicienta en lo que a fisonomía se refiere) Disney sabía que la historia de Cenicienta no daba mucho más de sí como para convertirla en largometraje debido, precisamente, a su escueta historia. La solución fue, como ya sucedió en los títulos anteriores, recurrir a una ristra de personajes secundarios que supiesen captar la atención del público y a su vez ofreciese historias secundarias que diesen réplica a la básica historia principal. Sin ir más lejos no se puede negar que el romance de Cenicienta con el príncipe no deja de ser el típico encaprichamiento de amor verdadero sin más matices ni exposiciones que el mero idilio de una noche pero que sirve para convertir la película en toda una oda casi existencialista. Pero a Disney le gustaba jugar con los carácteres de sus personajes, dotarles de emociones y sentimientos muy contrastados. De ahí que los buenos sean extremadamente buenos mientras que los malos son auténticos villanos sin alma ni corazón. La película, desde luego, juega muy bien con el costumbrismo encorsetado de la alta alcurnia.


enhanced-14505-1427297729-19.png


Convertido el filme en una especie de culebrón rutinario, los primeros instantes nos muestran la devoción de un padre por su única hija. Un viudo adinerado que con apenas un par de pinceladas descubrimos que está emparejado con Lady Tremaine, una auténtica y retorcida mujer manipuladora que verá en Cenicienta la futura esclava de sus caprichos, órdenes y mandos, teniéndola además como sirvienta de los caprichos de sus hijas, Drisela y Anastasia. Una vez fallece el padre Cenicienta es convertida en una persona humillada, castigada, despojada de decisión y voluntad, la cual duerme en un aposento en lo alto de una torre como si de una cárcel se tratara. Disney ya ha dejado claro las bases de su película. Empatizamos por completo con el personaje desde los primeros instantes. Es amable, candorosa, agraciada, sabe cantar, es servicial, habla con los animales, estos la quieren y su rol está remarcado por completo bajo los estereotipos de la belleza asociada a una marca registrada como son las princesas Disney. Lógicamente los animadores recurrirían a la belleza estándar: mujer rubia, ojos azules, rasgos muy bellos, de constitución delgada. Sin ir más lejos la película fue tildada de machista precisamente por conjugar la belleza efímera junto con la mujer servicial y dominada. Dejando a un lado los debates morales / sociales, Cenicienta es un personaje acorde con lo que una princesa Disney demanda y requiere. A pesar de que Blancanieves sería el origen, ésta nueva princesa tendría más participación e interacción con los personajes que la rodean y a pesar de convertirse en secundaria por mucho que sea la protagonista su actuación es mucho más decisiva en los últimos segundos.

Como suele suceder, si el protagonista es muy bueno el villano tiene que ser extremadamente malo. Y aquí podemos contar con una de las malvadas más pérfidas de la factoría Disney. El rol de la madrastra encaja perfectamente con los papeles interpretados por grandes actrices como el caso de Betty Davies. Los dibujantes supieron acentuar su maldad haciéndole abrir mucho los ojos, acentuar su pose de persona que disfruta con alevosía y maquiavélico actuar plasmándole sonrisa irónica y sardónica apoyando sus decisiones para humillar y destrozar la moral de Cenicienta a través de sus hijas, hermanastras de la protagonista, quienes son dotadas con una fealdad galopante, un carácter infantiloide y desagradable y sirviendo como contraste perfecto para que el espectador siempre se posicione al lado de la protagonista. Es importante reparar que los momentos donde la madrastra impone castigos y trabajos forzosos mientras humilla a Cenicienta con frases impactantes por su carga emocional, dignas del mejor culebrón televisivo son de los más atractivos vistos desde un punto de vista cinematográfico. Tan sólo citar dos casos de los muchos que hay: ese donde le destrozan el vestido a Cenicienta para que no acuda al baile o aquel donde la madrastra encierra a su hijastra en su habitación bajo llave para evitar que acabe en brazos del príncipe resultan tristes, emocionalmente tensos y perfectamente enmarcables (la iluminación juega un papel fundamental alrededor de Lady Tremaine pues siempre está entre sombras, ya sea en su presentación, en el interior de su cama o cuando su rostro se ensombrece al descubrir que Cenicienta puede ser la candidata elegida).


large.jpg


Aún así Disney dota a Cenicienta de un carácter alegre, un carácter conciliador, una forma de ser que se encuentra por encima de toda la maldad humana que le rodea. De ahí que sean los animales los que se conviertan en sus amigos y aliados, algo que a la compañía le sale de lujo. Los ratones y pájaros serán los ojos y oídos de todo lo que acontece alrededor suyo procurando serle un alivio o una vía de escape para hacerle la vida un poco más fácil. Es aquí donde "La Cenicienta" también brilla con luz propia. Jack y Gus serán personajes que se complementan mutuamente, el carácter decidido de uno y el carácter bonachón del otro sirven como alivio cómico de los secundarios roba escenas. De ahí se desprende que todas las escenas donde no aparece Cenicienta sean ellos los protagonistas absolutos de la función. Lógicamente, si tenemos ratones tenemos un gato: Lucifer, un auténtico esbirro, un vago y un pretencioso malcriado que será utilizado para darle tensión y comedia a partes iguales en todas y cada una de las escenas que compartan plano tanto él como los ratones. Disney sabía que en estos personajes se encontraba la vis cómica y animada (en todos los sentidos) para hacer que la película fluyera y diera cuerpo a los momentos en los cuales el aburrimiento pudiera hacer acto de presencia. De ahí se desprende que la presencia de este trío secundario sea imprescindible como la escena donde Gus tiene que ir a por comida o donde Jack y Gus van en busca de elementos decorativos para el vestido de Cenicienta. Pero el equipo de animación van un paso más allá y dejarán el peso decisivo y dramático para estos dos ratones quienes serán necesarios para conseguir la tensión requerida en el clímax de la función (impresionante la conjunción de movimiento en las escaleras dotando a la escena de una dificultad digna de héroes).

Como ya sucediera en "Blancanieves y los siete enanitos", el príncipe vuelve a ser un personaje objeto, el interés amoroso de la protagonista sin apenas diálogo más allá de un par de frases sin contenido y acomodado a una posición de comparsa. Tampoco es que Cenicienta tuviese un carácter más decisivo y activo a pesar de ser un personaje dramático. Su rol simplemente sirve como acento en el maltrato emocional y en la humillación por parte de quien se supone debe ser su protectora y familia. Pero a pesar de contar con pinceladas de ese dramatismo tan característico de Walt Disney (las acciones malvadas arriba citadas) se prefiere suscitar el amor y el romance por encima del pesimismo. De ahí que la película sea recordada más por su parte fantástica con la aparición del hada madrina, un personaje excelente, y todo lo que consigue gracias a la magia que posee. Atemporales son las conversiones de los animales, la calabaza o los retales del vestido en un auténtico festival de fantasía y luminosidad. A eso hay que sumarle la funesta transformación a la inversa una vez el reloj da las doce de la noche. También es cierto que el metraje es escueto, apenas una hora y pocos minutos, junto con la historia que no hay mucho más de donde sacar.


bechdelprincess02.jpg


El esmero puesto en "La Cenicienta" es patente por varios motivos. Para empezar el estilo de animación es grácil, elegante, con mayor esfuerzo en comparación a los títulos anteriores durante la década de los 40 y en cierta medida intentando recuperar la puesta en escena clásica de los grandes clásicos por derecho propio de los primeros filmes. Lógicamente, al tratarse de un cuento se requiere el empleo de un estilo concreto, destacable y muy reconocible, utilizando elementos afines a la fantasía como pudiera ser animales que hablan, hadas madrinas que consiguen transformar cosas comunes en elementos fantásticos a la vez que Cenicienta consigue pasar de sirvienta a princesa en un castillo de inabarcables dimensiones (Disney siempre se destacó por construir mega edificaciones envueltas en un halo de fantasía con robustos y fastuosos diseños). Hay que destacar la sobriedad del interior de la mansión donde viven Lady Tremaine y sus hijas con largos pasillos y altas paredes junto con el toque rústico de la vida cotidiana e incluso la austeridad y pobreza de la habitación de Cenicienta en comparación con la elegancia, firmeza, iluminación cándida y sobre todo inabarcables estancias del interior del palacio. Por así decirlo son los dos únicos escenarios que conoceremos y que también sirven de contraste entre la pobreza y la riqueza, la sencillez y la elegancia, la gente de la tierra y a alta alcurnia. Pero también hay que destacar la sofisticación en ciertos aspectos como la gracilidad en los movimientos y en ciertos diseños como las escenas donde la carroza pasa por el pueblo iluminándolo todo, los soldados persiguiendo el carruaje o el contraste de la iluminación entre exterior e interior.

Porque otro de los temas que trata Cenicienta es la hipocresía, el mantener un status social a pesar de no contar con los medios para ello y ver la vida soñada en palacio como la vía de escape y la posibilidad de seguir manteniendo un estilo de vida inalcanzable. Cenicienta es despojada de la vida que le pertenece para acabar siendo una sirvienta sin oficio ni beneficio. Lady Tremaine se aprovecha de la posición monetaria de su viudez pero ve en la posibilidad de que una de sus hijas contraiga matrimonio con el príncipe como algo que no tan sólo le reportará una posición social elevada sino una opción a conseguir no tener que trabajar. El punto de vista arquetípico de los príncipes azules, elementos fantásticos sin necesidad de magia para poder seguir vivir del cuento ofreciendo belleza y sumisión. Pero estamos hablando de un producto Disney y aunque esto se intuye y sería injusto criticarlo con saña precisamente siendo, por así decirlo, el título que resume o expone el leiv motiv de los romances basados en el contraste de la gente de a pie con lo inalcanzable para conseguir que un príncipe se enamore de alguien sin renombre ni título nobiliario. Aquí lo que se trata es conseguir atraer al público, convencerle con los logros de la animación y conseguir narrar una historia sencilla de forma que funcione desde cualquier punto de vista.


ef2a40a8e6518cbdaf93b3bcda25ad3a.jpg


"La Cenicienta" fue un rotundo y mayúsculo éxito en taquilla y la crítica volvió a rendirse ante las bondades de las que disfruta la película. Sin ir más lejos esta película fue la favorita de Walt Disney. Se veía reflejado en el personaje de cenicienta como alguien que había conseguido alcanzar / construir un imperio procediendo de una posición completamente humilde. Siendo, además, la transformación del vestido su momento predilecto precisamente por conseguir transformar(se) en un privilegiado al conseguir hacer realidad sus sueños. Y razón no le falta. También la película alcanzó lo que pocas películas animadas lograban. Fue galardonada con el Premio especial del Festival Internacional de Cine de Venecia 1951, con El premio Oso de Oro y el premio Grand Bronze Plate del Festival Internacional de Cine de Berlín 1951 sumándole el Premio Young Artist Awards 1999 - Former Child Star Lifetime Achievement Award (Lucille Bliss). Incluso llegó a estar nominada a tres Oscars a la mejor banda sonora, a la mejor canción (Bibbidy-Bobbidi-Boo) y al menor sonido. Tristemente no logró ninguno de ellos. Hay que sumarle que la película fue la primera en la que editó las canciones bajo copyright pues los títulos anteriores eran de uso común. Precisamente por la razón de que antes no se consideraban tan importantes o influyentes. E incluso no se les llegaba a tener en cuenta con tanta importancia pues no se creía que fuese un elemento destacable aunque su valor artístico fuese incalculable. Por último hay que añadir que tuvo la mayor recaudación taquillera en 1950.

Walt Disney volvía a ser el vencedor absoluto, el narrador de historias que saltaba a la pista jugándosela pues era bien sabido que a veces los elementos empleados y la exigencia absoluta por conseguir la mayor de las perfecciones no tenía un buen resultado en taquilla como ya sucediera con los grandes clásicos de los primeros años. Pero "La Cenicienta" va sobre seguro. Primero porque no tiene apenas tropiezo narrativo. Desde el primer instante reparte muy bien el tiempo en cada historia. Los personajes principales están bien definidos en cuanto a carácteres y saben jugar con ello en todo tiempo. es cierto que quizás Cenicienta hubiese merecido algo más de carácter frente a su situación pero supieron salvar la situación con su rol bondadoso y con un candor pocas veces logrado posteriormente. Sus antagonistas consiguen quedar en la memoria por sus roles despreciables al igual que los secundarios funcionan para dotar a sus historias de la necesaria atracción. A eso hay que añadirle escenas que se convirtieron en icono por sí mismas como ya puede ser las antes citadas en el momento del hada o la del clímax con la llave (tensión en estado puro) pero también el intimismo en la única escena donde el príncipe comparte escena con Cenicienta en el baile o la escena donde los animales construyen el vestido. Pero también sería injusto olvidar que la comedia forma parte importante en la película y a pesar de lo grueso y algo encorsetado de la propuesta los momentos entre el rey y el Duque (perfecto personaje) resultan de lo más descacharrantes, al igual que el momento en el que deben comprobar si el zapato encaja. Si a eso le añadimos el momento perfecto donde Cenicienta saca del bolsillo la salvación de toda la historia podemos decir que sin lugar a dudas estamos ante uno de los títulos más perfectos de toda la filmografía bajo el sello característico de Walt Disney demostrando que esta iba a ser el pistoletazo de salida para una de las décadas más perfectas de cuanto pudo ofrecer la mente prodigiosa de un maestro inquieto.


Trailer:

 
Última edición:
Como se hizo...


La Cenicienta (bloque 1)

Cuando se decidió hacer “La Cenicienta” en 1948 había mucha incertidumbre sobre cómo iba a afectar eso a la economía del estudio. Para Walt Disney era todo un riesgo precisamente por lo mismo, dado que se encontraban en una situación económica muy delicada y hacer esta película implicaba correr unos riesgos considerables a tenor de la envergadura y la ambición que requería el proyecto. En resumidas cuentas, “Blancanieves y los siete enanitos” fue el único éxito taquillero hasta la fecha. Pinocho y Fantasía fueron sendos fracasos. Lo único que mantenía a flote a la compañía eran las películas de temática militar al igual que las películas formadas por cortos salvaban las cuentas pero no podían considerarse mega éxitos en el más sentido estricto de la palabra. “La Cenicienta” era, sin lugar a dudas, la mayor apuesta hasta la fecha. Pero Walt, cuando tenía una idea en la cabeza, iba siempre sobre seguro. Él creía que una película basada en una chica que estuviera en problemas iba a ser algo que llamara la atención pues con Blancanieves le funcionó.

La razón de porqué Disney se interesó en este cuento en cuestión fue porque se veía reflejado en el trasfondo de la historia. Walt procedía de una familia humilde cuya infancia y juventud no fue un camino de rosas. Con Cenicienta sucede lo mismo. Es una chica desgraciada a la cual humillan, abusan de ella y consigue sus sueños. En cierta manera el reflejo de la cuestión era una especie de reflejo del propio artífice pues era como Walt Disney llegó a convertirse en el Walt Disney poseedor de un imperio, el hombre que logró conseguir sus sueños y hacerlos realidad. Sin ir muy lejos, la animación de la compañía y en parte de lo que Walt siempre deseaba plasmar era la transformación, a secas. En Pinocho sucede pasando de muñeco de madera a niño de verdad y con Cenicienta lo mismo pues pasa de ser la sirvienta a la princesa elegida por el príncipe. De todas las escenas que conocemos hasta la fecha, el momento donde el vestido (y la protagonista con él) se convierten en algo mágico es el favorito de Walt porque veía como lo mágico tomaba forma.

Lógicamente la historia o el cuento de Cenicienta tiene infinidad de variaciones y versiones pero lo que consiguió Walt fue convertir esa historia en algo puramente cinematográfico, algo que acabara convirtiéndose en el distintivo o en el ejemplo definitivo asociado a ese cuento. Por ejemplo el momento donde las hermanastras destrozan literalmente el vestido de la protagonista pasa por un tapiz mucho más dramático de lo que se podía imaginar dejando huella en el espectador. Claro, Walt Disney siempre iba un paso más allá. De esa forma concibió la sub historia de los ratones y el gato siendo el nexo de unión con la historia principal la propia Cenicienta. Dado que la historia en sí es muy simple había la capacidad y opción de añadirle varias historias alrededor. El caso de la zapatilla rompiéndose ante el Duque fue idea del propio Disney. Eso hizo que la película acabase convirtiéndose en el referente absoluto para las siguientes generaciones de tal forma que Cenicienta era la película y no el cuento en sí precisamente por la narrativa que tiene y lo bien contada que está.

De no haber sido un éxito la compañía Disney hubiese desaparecido. De no haber sido un rotundo taquillazo Disney hubiese dejado de hacer películas porque la apuesta era el todo absoluto sobre ella. Gracias a ella Walt pudo seguir haciendo películas y convertir su apellido en el imperio que conocemos hoy día. Pero lógicamente no sólo influye o tiene peso decisivo el apellido del maestro sino los artesanos que estaban detrás y puede decirse que gracias a los nueve ancianos, los animadores que consiguieron salvar de la quiebra al propio Disney después de la Segunda Guerra Mundial, el estilo se convirtió en marca de la casa. No significa que no hubiesen grandes animadores antes de Cenicienta, al contrario, pero estos nueve apellidos ilustres fueron los que consiguieron un estilo homogéneo y un empaque perfecto que sería el camino a seguir para conseguir un éxito tras otro abarcando una larga época, desde 1945 hasta 1960. Eric Larson y Marc Davis se encargaron de animar gran parte de la película. Larson estuvo detrás de la escena donde Cenicienta se levanta por la mañana. También la razón es porque el carácter del dibujante se notaba en la bondad y felicidad del momento. Lógicamente había ciertas discrepancias pues Davis quería darle un carácter más sofisticado al personaje mientras que Larson quería uno más sencillo. Eso consiguió que Cenicienta poseyera un carácter amable y rústico pero también elegante y perspicaz.

Milt Kahl se encargó de la animación masculina con el príncipe, el duque y el rey. Pero también se encargó del hada madrina consiguiendo el carácter amable y afable de la típica abuela cariñosa. Frank Thomas estaba detrás de la madrastra. Claro, él estuvo detrás siempre de personajes entrañables y buenos como los enanitos, Bambi o Pinocho. Pedirle hacer la villana de la historia era algo totalmente opuesto y novedoso para él. Le preocupaba hacerla demasiado seria pero de no haberla hecho así no acabaría formando parte de, quizás, la villana más odiosa de todas las existentes hasta la fecha. Ollie Johnson fue el artífice de las hermanastras. Las creó lo más opuesto posible a lo que era Cenicienta, tanto en belleza como en carácter. Wolfgang Reitherman fue el encargado de crear la escena del clímax con los ratones y la escalera. Quizás una de las mejores escenas de la animación. Se llega a comparar la tensión y el suspense con el maestro del mismo: Hitchcock. Ward Kimball creó uno de los personajes más divertidos de toda la película: el gato Lucifer. Pero también estuvo detrás de las criaturas más adorables: los ratones.
 
Bloque 1


La Cenicienta
(bloque 2)

En Cenicienta podemos encontrar dos tipos distintos de animación. Por un lado contamos con la animación más cercana como es la de los animales mientras que por otro tenemos la que corresponde a la de Cenicienta con el resto de personas, la cual implica las emociones más primarias. El conjugar ambas partes y que resulte creíble o fácil de captar procede de artífices o artistas que sabían cómo hacerlo y a los títulos anteriores a Cenicienta se remiten para exponer el ejemplo. El problema en este caso es la financiación del proyecto. Debido a la situación que tenían no podían excederse ni utilizar una producción tan fastuosa como en “Pinocho” o “Fantasía”. De ahí que el método empleado fue filmar la película con actores de verdad y luego dibujarla después, es decir, calcar los planos y acciones importantes. Lógicamente a los animadores la técnica no les convencía pues creían que ellos podían hacerlo sin una base de fondo, confiaban en su potencial. Pero una vez contemplamos los ejemplos de la filmación y los dibujos empleados después, se perfeccionó la técnica dándole más matices a los dibujos dotándoles de un acabado extraordinario. 2 años fue la duración de este trabajo experimental. En cambio tan sólo se tardó 6 años en animarla y finalizarla.

Otro de los temas que convirtieron a “La Cenicienta” en un gran éxito fue la banda sonora. Previamente hubieron casos que, por casualidad, se convirtieron en éxitos como “¿Quién teme al lobo feroz?” o las canciones de Blancanieves o Pinocho pero no eran elementos pensados para comercializar sino como parte de la película. Para esta ocasión Walt Disney contrató a la Tin Pan Alley, algo que simboliza la música popular americana del siglo XIX. Los encargados de la banda sonora fueron finalmente Al Hoffman, Mack David y Jerry Livingston, apellidos asociados con el éxito en la industria editorial. De sus mentes maestras salió la banda sonora de la película pero con “Bibbidi-Bobbidi-Bu” conisguieron un éxito comercial sin precedentes. Claro, sería injusto olvidar la partitura de Joe Dubin para la orquesta que sería la que marcaría el tono requerido para el resto de la película. Eso hizo que fuese nominada a la mejor banda sonora y a la mejor canción. Eso hizo que “La Cenicienta” fuese la primera película en la cual se comercializó la banda sonora por separado bajo el sello de la “Walt Disney Music Company”. Sin ir más lejos el disco de la banda sonora fue número uno en ventas ese año.

Claro está, como en toda película de animación se eliminaron del proceso final varias canciones como una donde se veía a Cenicienta “desdoblándose” en varias copias de sí misma para realizar todas las tareas de limpieza y así poder acudir al baile. La canción se llamaba “The Cinderella work song”. Al final no se empleó en la película pero el título sí que acabó siendo la que cantan los ratones haciéndole el vestido. Otra fue una variación de la canción donde la pareja baila en el castillo. En ella se iba a dibujar en una idea que siempre proponía Walt Disney y es esa donde se les ve bailando entre nubes. Al final sí se realizó pero fue en “La bella durmiente”. Otro cambio importante fue lo que en un principio tenía pensado Walt Disney para la película en sí. En 1922 realizó la historia para sus estudios de animación Laugh-O-Grams. En 1933 tuvo intención de hacer una Silly Symphonies con la historia de Cenicienta. Pero al final no pudo ser y la idea quedó aparcada durante mucho tiempo.

Aún así Disney no se olvidaba del proyecto y jugó con él en infinidad de ideas, guiones, propuestas y demás. Una de esas ideas giraba en torno al príncipe quien era presentado como un cazador que iba en busca de un venado para luego demostrarse que ambos eran amigos. Pero cuando se empezó la producción el papel de este personaje quedó reducido a una ínfima aparición. Otro detalle es que en el cuento de Perrault Cenicienta no tenía amigos animales, tan sólo una tortuga llamada Clarisa, la cual es transformada en dama de honor por parte del hada madrina. Pero en la película los animales también son empleados para conocer el carácter candoroso, amigable y cariñoso de Cenicienta. También se tuvo en cuenta añadir otro personaje secundario: el cuervo Jabber. Al final fue decisión de Disney simplificar todo este apartado dejando lo fundamental para el gato y los ratones y que los demás animales fuesen meros secundarios sin diálogo. Otra idea descartada fue una escena especialmente laboriosa donde se entregaban las invitaciones al baile en todo el pueblo. También se dejó fuera del metraje la idea de que Cenicienta escuchaba a sus hermanastras hablar sobre la princesa del baile. Se descartó por la razón de que esto entorpecería el ritmo y convertiría a la protagonista en un personaje rencoroso o chismoso.

Pero quizás el cambio más radical fue un final alternativo donde después de encontrar a Cenicienta el duque la llevaba al palacio con los harapos que llevaba en ese momento. El suspense sería si el príncipe la aceptaría tal y como es. El final iba a ser que a él no le importaba pues era amor verdadero. El hada madrina aparecería en el último instante y convertiría a Cenicienta en la princesa que el príncipe conocía. Walt pensó que era un final demasiado largo y no le cuadraba. Prefirió acortarlo tal y como lo conocemos hoy día. Ver el zapato encajar y las campanas sonando en la siguiente era suficiente para hacernos a la idea. Lo cierto es que Walt siempre estuvo pendiente de eliminar o descartar todo lo que lastrara y aún siendo fan del humor y la comedia prefería que el público empatizara o se involucrara con el personaje a través del drama y momentos tensos que pudieran ser fáciles de concebir una lágrima. Finalmente, a tenor de lo conocido y expuesto, “La Cenicienta” fue, es y será un éxito atemporal.


En este video podéis encontrar tanto el "como se hizo" más escenas y canciones descartadas.

 
Alicia+RKO+Radio+films+%2528Estreno%2529.jpg


(Alice in Wonderland, Clyde Geronimi, Hamilton Luske, 1951)​


CLASICO Nº 13


"La Cenicienta" salvó los muebles (y la casa) a Walt Disney. Por así decirlo fue un antes y un después. Gracias a ella el maestro pudo hacer realidad uno de los sueños que llevaba acariciando desde los primeros días en los que el mundo de la animación fue su vida. "Alicia en el país de las maravillas" era un deseo dorado. Sin ir más lejos uno de los primeros cortos que realizó para sus estudios Laugh-O-Gram estuvo basado levemente en la obra de Lewis Carroll interpretado por la actriz infantil Virginia Davis. Esta serie de cortos no tuvieron mucho éxito pero sí el formato que empleó (animación mezclada con actores reales). Eso deparó en tener una serie propia con el personaje de Alice como protagonista. Siempre que tenía una oportunidad el cuento de Alicia salía a la palestra y siempre con la intención de realizarla de la misma forma que la serie, es decir, mezclando dibujos y realidad. Tanta era su admiración por esa obra que antes de hacer "Blancanieves y los siete enanitos" pensó en llevar a la gran pantalla la obra de "Alicia en el país de las maravillas". Se llegaron a hacer tests de pantalla con la actriz Mary Pickford pero en 1933 se comenzó la producción de una versión con guión de Joseph L. Mankiewicz y contaba con la participación de estrellas del calibre de Gary Cooper y Cary Grant entre otros. Eso llevó a que Walt aparcara momentáneamente su deseo de llevar a la gran pantalla al personaje de Alicia. En 1945, después de la guerra, intentó realizar una película al más puro estilo "Los Tres caballeros" y con Ginger Rogers como protagonista pero tampoco tuvo éxito en su propuesta.

No fue hasta 1951 que pudo estrenar la versión animada del personaje, basada en "Alicia en el país de las maravillas" y "Alicia a través del espejo". La película volvió a contar con la dirección de Clyde Geronimi, Wilfred Jackson y Hamilton Luske, los artífices tras la cámara del mega éxito "La Cenicienta" del año anterior y las artes de "los nueve ancianos". Pero el hecho de contar con nada menos que 13 guionistas (algo que sorprende precisamente por la ingente cantidad de personas) haría que el resultado fuese desde luego algo variopinto y no tan homogéneo como podría haberse esperado. Desde luego "Alicia en el país de las maravillas" no es un producto al uso. Aún siendo un cuento muy popular y una de las obras más atemporales de todos los tiempos exigía por parte del espectador algo que no había sucedido desde "Fantasía". Por así decirlo la película era más semejante a casos como éste o incluso a las películas paquete de la década de los 40 que a "Blancanieves y los siete enanitos", "La Cenicienta" o incluso "Pinocho". Desde el principio, una vez Alicia entra por la madriguera de conejo no hay una historia definida o coherente, no hay un hilo narrativo definido más allá de vivir una serie de aventuras y desventuras sin un propósito concreto más allá de adentrarse en un mundo enajenado y carente de toda lógica. Incluso si se desea hilar más fino se puede llegar a contemplar como una serie de pequeñas píldoras o cortos que forman un conjunto, como si el país de las maravillas estuviese formado por una infinidad de habitaciones y Alicia pasase por todas.


Alice-in-Wonderland-1951-alice-in-wonderland-1758448-640-476.jpg


Una vez más, la película está trufada de una galería excelente de secundarios. Eso jugaba en los dos filos de la navaja. Por un lado la protagonista, Alicia, cuenta con un carácter poco empático precisamente por ser una adolescente mimada, consentida, un tanto encarada y maleducada desde cualquier prisma posible. Su forma de ser entre inquisitivo y poco agradecido precisamente por las resolutivas hacia su persona hacen que sea un personaje de difícil calado y poco atractivo, a pesar de demostrarse que en Disney la fisonomía femenina cada vez iba ganando en detalles, matices y ante todo en belleza. Por el otro contamos con secundarios que definitivamente son más interesantes por su diseño, por su carácter, por la locura de la cual son dueños y víctimas al mismo tiempo y que conciben un formato realmente novedoso y atractivo. Es imposible no quedarse prendado por personajes como el conejo blanco que siempre está corriendo porque llega tarde, el sombrerero loco y la liebre de marzo que se encuentran en una fiesta de no cumpleaños perenne a ritmo de bailes, canciones y té a todas horas, el gato risón que aparece y desaparece a su antojo o la reina de corazones que disfruta decapitando a sus súbditos. Son personajes realmente definidos en su carácter abiertamente trastornado y que además de disfrutar de ello nos hacen disfrutar a nosotros. Es imposible no sentir, en cierta manera, la enfermedad mental como un objeto de análisis y color a partes iguales. Sólo que aquí quien domina el manicomio es el propio Disney.

Tristemente la crítica fue cruda y dura con la obra ofrecida. Los puristas no vieron la fidelidad exigida a la hora de trasladar una de sus obras favoritas tachando a la película de "americanizar" a Alicia y sus personajes. Lógicamente el propio Walt no se sintió defraudado con la crítica pues sus intenciones siempre fueron hacer una película de corte familiar. Dado que trasladar el estilo y formato de las ilustraciones de John Tenniel, el dibujante que hizo los dibujos que acompañaban a la obra de Carroll, hubiese sido obra faraónica e imposible decidió implantar su estilo personal en los personajes, algo que de sobras demuestra que hizo un trabajo excelente al respecto. Tan sólo hay que ver que en la memoria colectiva ha quedado patente la calidad de los personajes antes citados. Incluso el picaporte fue cosecha propia pues éste no existía en el cuento. Otro problema importante fue el empleo de hasta 16 canciones, la banda sonora con más temas hasta la fecha en la factoría Disney, muchas de las cuales eran los poemas de la obra sólo que musicalizados. Eso hacía que quienes no fueran proclives o adeptos con una de las idiosincrasias de las películas Disney iba a encontrarse con un muro difícil de sortear. Y es que podría decirse que cada escena o cada personaje tiene su propia canción, sin posibilidad de evitarlo. Lógicamente, al contar con tres directores y un exceso de guionistas hizo que el producto se resintiera de una forma brutal, haciendo que unas escenas fuesen más impactantes que las anteriores haciendo que el resultado final fuese un tanto irregular o por así decirlo no tan fuerte como podía esperarse de una película Disney.


6513a26c-414a-47b1-8a4e-103e521e7a3a.jpg


Tristemente el propio Walt no quedó contento con el resultado. A pesar de creer en que los sueños se hacían realidad éste fue más bien una pesadilla. Pues hay que sumarle que la película, a pesar de ser un fracaso en taquilla, acabó resultando un éxito entre círculos selectos en la década de los 60 y sobre todo en ciertas universidades pues debido a la ingesta de drogas y en un estado psicotrópico la película resultaba algo atractivo y de cierto calado social, la tan conocida cultura de la droga. Disney no deseaba que su obra estuviese relacionada con algo tan funesto y acabó retirando las copias de las universidades. Pero no fue hasta 1974 que se reestrenó por primera vez y la publicidad contenía, precisamente, reclamos psicotrópicos. Incluso queriendo o sin querer el que nuestra protagonista crezca o mengue según la ingesta de setas mágicas da un poco de razón a toda la cultura psicotrópica de la época más hippie. Dejando a un lado todo este apartado perturbador no se puede negar que "Alicia en el país de las maravillas" no es una película para todos los paladares. Igual que en su momento "Fantasía" fue un rotundo fracaso por no ser hija de su tiempo, la obra que aquí contemplamos tampoco tuvo la suerte que merecía. Y si bien es cierto su guión resulta demasiado rompedor y se alejaba por completo de los cánones establecidos y ante todo de la coherencia narrativa es, ante todo y después de todo, un viaje a la aventura desconocida y la fantasía más primigenia. El mundo de los sueños, los cuales no tienen base ni forma definida y en los cuales todo es posible, desde un gato con sonrisa siniestra hasta una fiesta de no cumpleaños o incluso animales que giran alrededor de fuego para evitar mojarse situados en medio del agua. Incluso un conejo con reloj que corre para no llegar tarde. Las posibilidades son infinitas.

Dejando a un lado si el producto merece ser considerado uno de los clásicos mayores o menores o si cuenta con las calidades necesarias para ser tomada en cuenta como un experimento fallido o un arriesgado ejercicio de estilo fuera de toda formalidad, Alicia es un exponente de que hay cosas que es difícil alcanzar. Ya sea atrapar al conejo blanco, salir indemne (y cuerdo) de una conversación con la locura personificada o lograr salir de un laberinto sin más salidas que convertirse en uno más de los locos que pueblan este retorcido, fascinante y embriagador mural donde Kafka o Freud disfrutarían de lo lindo siendo los amos y señores de sus fantasías convertidas en película. Es cierto que "Alicia en el país de las maravillas" no debe tomarse como una película más. Hacerlo sería dañarla o relegarla a un producto fallido. Todo lo contrario. Desde el mismo instante que la niña cae en dirección a lo desconocido nos encontramos con una ristra de situaciones fantástica, original y muy bien plasmada. Y si bien es cierto el carácter de Alicia no es el más atractivo tampoco encuentro que desentone las reacciones infantiles, mimadas y consentidas ante según que tipo de contestaciones y reacciones recibe de los habitantes de este manicomio colorista. Hasta puedo llegar a entender esos lloros y lágrimas incesantes, demostrando que los miedos no tienen otra forma de aflorar que no sea a través de las emociones más primigenias y esenciales.


Alice-In-Wonderland-classic-disney-7662101-720-480.jpg



No se puede obviar que aquí el humor es lo que prima por encima de todo, asociado siempre a la fantasía pura y dura (procedente lógicamente de la obra original) y que la tensión y los momentos dramáticos son menos acentuados como sucediera en películas anteriores. Pero contemplar un picaporte tragarse, literalmente, un mar de lágrimas, un dodo como maestro de dirección, una historia realmente funesta con una morsa, un carpintero y unas ostras realmente entrañables como protagonistas, una fiesta de no cumpleaños con los mejores personajes y la mejor escena de toda la función (su tipo de comedia serviría, no lo dudo, de inspiración para cómicos posteriores), una oruga fumadora empedernida, un bosque encantado que alberga una infinidad de criaturas a cual más original, un gato risón que posee la aparición más interesante de todas, un concierto de flores perfecto o una reina que se convierte en uno de los villanos más esperpénticos, agresivos y ante todo enajenados de toda la factoría Disney (atención al juicio sin razón posible) o ese ejército de cartas que demuestra las dotes maestras de dibujantes en estado de gracia hacen que todo esto y mucho más (la lagartija deshollinador o el conejo siguen siendo personajes de muy alta calidad) hacen que sea una película más, una película inferior aunque no de, en principio, lo que se espera de ella por estar bajo el sello Disney. Siempre he considerado "Alicia en el país de las maravillas" uno de los viajes más estimulantes, gratificantes, un tanto arriesgados y en cierta forma fuera de toda lógica posible (valga la redundancia) de toda la filmografía de Walt Disney como artífice y marca registrada. Es cierto que por no poder darle una coherente historia pueda llegar a dar la impresión de producto outside pero estamos ante uno de los mejores productos outside que ha deparado el cine mainstream de la animación norteamericana. Que no es poco. Porque después de un sueño lo único que nos queda es volver a la realidad. Plana y monótona realidad.


Trailer:

 
Última edición:
Como se hizo...


Alicia en el país de las maravillas

“Alicia en el país de las maravillas” estuvo rondando durante 20 años en los estudios Disney para llevarla a la gran pantalla pero una de las razones por las cuales fue muy difícil su realización era su narración a través de episodios, algo bastante de adaptar. Una vez realizada la película muchas de las historias y personajes quedaron fuera del metraje. Para esta película se volvió a utilizar metraje real con interpretaciones y escenas completas para después trasladarlo al papel a través del calco. Se utilizaban muchos storyboards, cada vez más perfeccionados y con más detalles narrativos para poder comprender la esencia de la escena en concreto aparte de que eso daba más ideas concretas de lo que Walt quería. Kathryn Beaumont fue la actriz que puso la voz a Alicia y cuya interpretación utilizaron para trasladarla a la animación de la película. Tiempo después hizo lo mismo para Wendy en Peter Pan. Ed Wynn hizo lo propio con el Sombrerero loco y Jerry Colonna con la liebre de marzo.

Otro de los casos en los que “Alicia en el país de las maravillas” tiene relación es que la canción que en principio iba a cantar Alicia cuando está en el campo, “Beyond the laughing sky” fue descartada por la razón de que era muy íntima e incluso un tanto melancólica. Pero no fue desechada del todo pues su melodía y la esencia de la misma, no así la letra que fue cambiada, acabó siendo la canción de los títulos de crédito en “Peter Pan” bajo el nombre de “The second star to the right”. Las intenciones en cuanto a esta canción eran similares a las ocurridas en “El mago de Oz”, pues la canción “Over the rainbow” era un preludio o un anticipo del mundo mágico y fantástico que vendría después. Al final Alicia canta una canción más amena y mucho más alegre y es la que definitivamente da inicio a la película. Esa canción sería “In a world of my own”.

Sea como fuere, la película (“Alicia…”) fue la que más canciones tuvo de todos los clásicos Disney: un total de 14 (llegaron a haber 30 temas que no se emplearon). Otro de los personajes que quedaron fuera y sin canción fue el Galimatazo, el cual según Walt Disney iba a ser muy largo y daría mucho miedo. Pero el poema de la canción interesaba, sobre todo lo referente a los momerats, así que parte de él pasó a ser cantado por el gato risón. Tristemente eso conllevó a que su canción “soy raro” fuese descartada. Sammy Fain fue uno de los compositores de la banda sonora. Su labor también se empleó en “Peter Pan”. Finalmente la película fue nominada al premio de la mejor banda sonora en la gala de los Oscars (al igual que fue nominada como mejor película al León de Oro en el Festival Internacional de cine de Venecia).

La labor creativa fue enorme para esta película. Se emplearon 750 dibujantes, empleando unos 350.000 dibujos e ilustraciones así como la utilización de casi 1000 tonos distintos de color. Fue un despliegue impresionante demostrando el esmero y dedicación de Walt por conseguir lo más novedoso y lo más difícil todavía como se puede ver en los diseños y decorados de Mary Blair, los cuales eran de una calidad moderna e innovadora. También fue la primera vez que se recurrió a actores famosos para doblar a los personajes, algo que no volvería a suceder hasta 1967 con “El libro de la selva”. Tal era el empeño y las ganas de que esta película triunfase que fue la primera película promocionada por televisión a través de su programa. En la noche de navidad de 1950 se emitió un especial de una hora, “Una hora en el país de las maravillas”, donde se presentaron las técnicas empleadas, bocetos y ciertas secuencias de la película. Lógicamente, por desgracia, no pudieron ver la calidad de los colores pues la emisión fue en blanco y negro. Por desgracia la película fue un fracaso en taquilla y no vería el éxito hasta la década de los 60 con la cultura de la droga. Sea como fuere, “Alicia en el país de las maravillas” acabó cosechando el título de pieza de culto.


Video:

 
Currazo. :hail He estado unos días de viaje y veo que has avanzado un montón. A ver si este finde puedo ponerme un poco al día.
 
Muchas gracias, amigo mío. Lo cierto es que estoy haciendo el ciclo en condiciones pues no sólo estoy viendo las pelis con las dos vertientes (cinéfila y espectadora) sino que estoy haciendo lo que siempre quise hacer: saber como se hicieron los clásicos Disney.

Aparte, me estoy mirando de arriba a abajo todos los extras de los DVD's pues siempre miraba las pelis pero nunca la parte que importa también más allá de algunos casos en especial. No, ahora le estoy dando la atención que se merecen y junto con esos extras más los videos del canal "como se hizo Disney" estoy que es como si volviera a descubrirlas de nuevo.

Vamos, que lo estoy disfrutando como nunca.

Así que nada, en cuanto te pongas de nuevo por aquí: ronda de quoteos (que mira que me encantan, jejeje).
 
51fuX0QpUVL.jpg


(id, Clyde Geronimi, Wilfred Jackson y Hamilton Luske, 1953)​


CLASICO Nº 14


Si hay una película que represente, encierre y profundice en el mundo de los adultos que no desean desprenderse de su infancia y que a la postre son niños grandes esa es "Peter Pan". Sin ir más lejos Walt Disney en persona era un caso concreto. El mundo creado gracias a su inabarcable imaginación no podía ser más infantil y gracias a los beneficios conseguidos con sus títulos el universo referente a su apellido tan sólo servía para poder seguir dando rienda suelta a todo lo que un niño desearía disfrutar y vivir. Como bien dice una frase en la película, Peter Pan es el símbolo de la niñez. El infante que no desea crecer, que no desea convertirse en un adulto pues el mundo de los mayores es un mundo gris, rutinario, sin colores, sin vida, sin aventuras que disfrutar pero sobre todo y ante todo sin normas que cumplir. Corría el año 1935 y Disney tenía en mente adquirir los derechos de la obra de Barrie. Pero estos pertenecían al Hospital Great Ormons Street de Londres, a quien el propio Barrie se los había cedido. Ya enfrascado en la producción de "Blancanieves y los siete enanitos" acabó por llegar a un acuerdo con dicho hospital por una cantidad estipulada de 5.000 libras. Se tenía pensado en estrenarla después de "Bambi" pero debido al estallido de la Segunda Guerra Mundial y al enfrascarse en películas propagandísticas junto con las famosas "películas paquete" no fue hasta la década de los 50 cuando se pusieron manos a la obra para estrenarla en 1953 después del fracaso en taquilla de "Alicia en el país de las maravillas".

Se decidieron cambiar ciertos episodios fundamentales de la obra literaria al igual que se eliminaron otros tantos como aquellos donde Campanilla revive gracias a los aplausos por creer en las hadas o donde se entraba en la confusión de un dedal por un beso. Incluso casos más oscuros donde se podía presentar un secuestro real por parte de Peter hacia Wendy y sus hermanos donde los padres llorarían desconsolados o quedaban relegados a un viaje iniciático por voluntad propia de los hijos de los Darling siendo el origen de todo Peter Pan recuperando su sombra en la habitación de los niños. También jugaron con un cambio completamente radical. Campanilla siempre fue un punto de luz, algo casi subjetivo, sin forma definida. Aquí se recurrió a darle cuerpo. De corte pin-up y acentuando su belleza femenina acabaron por convertirla en uno de los muchos aciertos con los que contó la película pues pasó a ser una rival femenina de la propia Wendy y entrando en el tema clásico de la batalla femenina por conseguir la atracción del macho dominante. Sin ir más lejos uno de los momentos más decisivos es ese donde Campanilla, por un ataque de celos, acabará diciéndole al enemigo de Peter Pan, el propio Capitán Garfio, el escondite de los protagonistas.


Peter-Pan-Screencap-peter-pan-1725654-768-576.jpg


"Peter Pan", 62 años después, sigue siendo un clásico por antonomasia. Ya sea dentro del listado interminable de títulos Disney como del género de aventuras y la fantasía más primigenia. Dejando a un lado la fidelidad a la obra y si los cambios pasan (o no) desapercibidos, la película comienza con el punto culminante entre el paso de la infancia a la adolescencia. Una habitación cualquiera con unos niños cualquiera. Juegan, el elemento base de todo niño, creyendo a pies juntillas las historias y cuentos que su hermana Wendy les narra centrándose siempre en la figura de Peter Pan. Piratas, indios, sirenas, niños perdidos, niños que vuelan, Campanilla, el país de Nunca Jamás, etc. Todo son productos de la imaginación que sirven como vía de escape y lugar soñado para poder continuar disfrutando de lo que sólo se vive una vez: la infancia. La inocencia y las aventuras que van de la mano. Pero la parte adulta, en forma de padres, toma cuerpo en la escena y ante la impotencia de no comprender que cuando se es niño se vive en un mundo aparte o paralelo el progenitor decidirá dar fin a una etapa con la inamovible opción de que Wendy, la creadora de cuentos, la (segunda) mamá de esos niños, acabe durmiendo en una habitación aparte. Su infancia se desmorona y la de sus hermanos con ella. Porque esa separación significa, de forma subjetiva, el traslado o la transformación en una nueva adulta, una nueva persona que tendrá que abandonar la fantasía, la infancia como medio de vida para pasar a ser una persona responsable y por su parte una persona carente de imaginación (como bien demuestra la escena donde el padre ve una pechera con manchas mientras sus hijos ven el mapa del tesoro).

Lógicamente el tema es mucho más profundo de lo que parece a simple vista pues aparte de un cambio y un estado emocional / físico del cual todos hemos sido partícipes y testigos es, por así decirlo, la erradicación de la imaginación en sí misma. Como bien se demuestra Peter Pan acude todas las noches a escuchar los cuentos de Wendy, una forma de perpetrar el antiguo arte de contar historias, de plantar la fantasía en las mentes de los más infantes, los que son más proclives en creer en cuentos y leyendas. Cuando Pan descubre que Wendy va a ir a "vivir" a otra habitación queda tocado, como el resto de infantes, al descubrir que esas historias acabarán muriendo. De ahí que el País de Nunca Jamás es la vía de escape, el lugar donde poder perpetrar y continuar con la fantasía, con la infancia a fin de cuentas. El lugar donde uno no tiene que preocuparse de crecer y hacerse mayor, despreocupados y ajenos a los problemas que conlleva ese transcurso vital de cada uno. Es aquí donde Disney convierte la magia, en todo su esplendor y no como adjetivo o sinónimo de una marca registrada, en todo una declaración de intenciones. A través del polvo de hadas e imaginando cosas buenas todos tienen la posibilidad de volar a través de la estancia y como si no hubiera límite ni mañana a través de la noche de un Londres victoriano acomodado y rumbo hacia Nunca Jamás lugar el cual tiene una dirección y una ruta clara y concreta: la segunda estrella a la derecha y volando sin parar hasta que amanezca. "Volarás" es el leiv motiv tanto en forma como en fondo tanto de la escena en cuestión como de la película en sí porque la imaginación sólo necesita alas para poder tener vida propia. Cuanto más vuele más inventiva posee.


e4a26065e66fd38acba69f307f0256b2.jpg


"Peter Pan", como película, es un vehículo de lucimiento con una identidad propia. Disney volvió a contar con Clyde Geronimi, Wilfred Jackson y Hamilton Luske tras la dirección. Su labor tras la cámara demostraba, con creces, que sabían cómo narrar y como exponer todos y cada uno de los elementos que hacen de una película un éxito o como mínimo un título de referencia dentro del campo de la animación. La década de los 50, en lo que a animación Disney se refiere, les pertenece por derecho propio. Se nota por una elegancia sofisticada en los decorados y en la fluidez absoluta tanto de los movimientos como del ritmo del metraje. Aunado además por la plantilla de dibujantes que iba superándose a cada nueva entrega con personajes totalmente definidos, de carácteres marcados, "Peter Pan" era la plasmación de que la madurez iba adquiriendo a cada nuevo título una perfección plausible y admirable. Se percibe casos como la luminosidad de Nunca Jamás en contraste con lo lúgubre del interior de la cueva con forma de calavera (en uno de los momentos más interesantes e intrigantes, aunado además por una banda sonora férrea al respecto). La noche de Londres en contraste con el día constante de Nunca Jamás, pues tan sólo la escena final es cuando se adentra en la nocturnidad más incipiente, símbolo de una batalla épica.

Claro está, hablando de personajes Peter Pan es definido como el sinónimo de la infancia perenne, la juventud desvergonzada, la presuntuosidad que sólo la adolescencia posee y líder absoluto de los niños perdidos, símbolo de las aventuras más elementales y siempre en lucha contra personajes entroncados en los arquetipos fundamentales de las aventuras como son los indios o los piratas. Su archi enemigo, el cual aquí no es representado como la parte fantástica del señor Darling sino como una entidad propia, será el mítico Capitán Garfio. Un pomposo y pérfido villano, patético en la mayoría de ocasiones para acentuar la vis cómica del personaje (los momentos compartidos entre él y el cocodrilo son auténticas piezas de arte de un slapstick sin igual) pero siempre con intenciones realmente crudas como es la intención en todo momento de matar, literalmente, al propio Pan. La forma en cómo se enfrentan demuestra que a fin de cuentas, en ciertos instantes, la infantilización de la propia batalla entre niños, no queda muy lejana o alejada de los propios adultos. Lógicamente una película Disney no puede estar carente de secundarios y aquí contamos con un Smee en estado de gracia, auténtico roba escenas por sus amanerados andares, su bufonesca actitud y su leal servicio al capitán, ayudado en todo momento de una fisonomía entrañable y divertida a partes iguales. Lo mismo sucede con el cocodrilo antes citado cuyas apariciones son agradecidas y divertidas (ayudado en todo momento por el funesto sonido del tic tac del reloj, preludio de un ataque inminente y también símbolo de que el tiempo siempre avanza).


cap029.bmp



Por un lado contamos con la parte infantil, las aventuras y las propias experiencias vitales para dar rienda suelta a la diversión de los protagonistas como esa expedición en busca de los indios o la propia lucha entre piratas contra los niños perdidos y sus nuevos amigos en la última escena. Por otro tampoco podemos dejar a un lado el suspense en el momento donde Peter Pan tiene entre manos una bomba siendo Campanilla su salvadora jugando muy bien con lo funesto: ella pasará a ser el punto de luz original que parpadea demostrando que se muere, dejando fuera de campo si Peter logrará salvarla. Una pequeña escena emotiva y cargada de amistad y admiración a partes iguales pues no hay rencores, sólo sacrificio. Pero otro de los apartados que la película expone y subraya durante todo el metraje es la batalla sexual entre las distintas partes femeninas. Desde los primeros minutos vemos como Campanilla (la cual luce y admira su fisonomía en el espejo) es una mujer posesiva, de carácter celoso y agresivo, la cual no permite que ninguna fémina se acerque a él ni tan siquiera demuestre sus afectos hacia el líder del grupo. Los celos retorcidos le harán desear en todo momento la muerte inmediata de Wendy provocando su destierro, cosa que servirá más tarde para que Garfio emplee en su favor la batalla y la guerra psicológica en una de las escenas más acertadas. Pero lo mismo sucede con las sirenas quienes desean ahogar a Wendy para eliminarla de la ecuación y así seguir contando con Peter Pan única y exclusivamente para ellas. Sin olvidar los celos que siente Wendy ante el interés y admiración de Peter hacia la princesa Tigrilla, la cual baila sensualmente para él fundiéndose en un beso oculto. Disney juega en todo momento con uno de los elementos más fundamentales del amor y lo acrecienta con decisiones que pasan directamente con la eliminación del contrincante en lo que a juegos amorosos se refiere, a pesar de que el propio Peter esté más interesado en seguir siendo el jefe, el cual es admirado por todos los implicados viendo el tema del amor como algo que no procede o que no es necesario.

Fuera de toda duda, la película fue todo un éxito. Exponía las virtudes de la compañía, exponía con mucho mimo y esmero las gracias de un equipo en estado de gracia y ante todo jugaba en todo momento con la aventura como forma y la infancia como fondo. Tan sólo los últimos minutos, a la hora de regresar a casa, al hogar, a la realidad, uno se da cuenta que es imposible obviar o escapar del paso inevitable de la rutina que nos hace convertirnos en adultos responsables. Los hijos de los Darling son devueltos al interior de su hogar. Con la posibilidad de que todo haya sido o formado parte de un sueño, uno que todos hemos tenido en el interior de nuestros corazones. Ese donde todos, siendo adultos, seguimos gozando de una infancia feliz, una infancia despreocupada, una donde todo tipo de aventuras y deseos tienen vía libre para cobrar vida. Porque la película cierra de la mejor forma posible. Ese lugar lejano donde fuimos felices, donde todo era posible, donde la rutina no era posible y cada día era un campo de oportunidades. Sin ir más lejos "Peter Pan" es uno de los títulos más profundos, sesudos y sin ir más lejos más elementales para filosofar, debatir y razonar sobre si la infancia, por desgracia, cada vez se va más pronto, si cada vez se les priva a los niños de lo que son y se les transforma en pequeños adultos que no juegan con la imaginación y con elementos que pueden dar rienda suelta a ese elemento base. Incluso se da la posibilidad de si nosotros mismos matamos a nuestro propio Peter Pan por querer crecer demasiado rápido, un viaje que por desgracia no tiene camino de vuelta. Sólo sé que "Peter Pan" ha sido, es y será, como bien dicen el símbolo de la niñez. Ya sólo por eso Disney le dio forma para convertirlo en atemporal.


Trailer (no es el original, el cual por desgracia no logro encontrar en ningún portal, sino uno de los reestrenos posteriores. La imagen del video es de Peter Pan 2 pero el trailer es de Peter Pan, 1953):

 
Última edición:
damavagabundodisneycine-300a.jpg


(Lady and the tramp, Clyde Geronimi, Wilfred Jackson y Hamilton Luske, 1955)​


CLASICO Nº 15



Podríamos decir que "La dama y el vagabundo" sería la primera película original (en parte) de todas las que Walt Disney había presentado hasta la fecha. Su historia no deja de ser una historia en sí misma. Joe Grant, uno de los apellidos más fundamentales en la compañía Disney, tenía una perrita Springer Spaniel Inglés la cual empezó a ser un poquito dejada de lado una vez tuvo un hijo. Eso le dio una idea para un guión, sumándole a las travesuras y aventuras que tenía la propia perra. Pero a Disney no le convencía para nada la propuesta, más aún cuando vio que el personaje en cuestión no tenía el atractivo suficiente para que la gente empatizara con él por la razón de que era muy buena, tierna y entrañable. Un personaje sin problemas con los cuales simpatizar. Pero Disney, a mediados de los años 40, leyó el relato corto “Happy Dan, the Whistling Dog” de Ward Greene, en la revista "Cosmopolitan Magazine". Al gran empresario se le encendió la bombilla, esa que logra deparar obras maestras, y tuvo la idea de que podían fusionar la historia de Dama, que es como se llamaba la perra de Grant y la protagonista de su historia y hacer que se enamorara de un perro callejero e irónico como el de la historia de Greene.

Fue a partir de 1953 cuando empezó a tomarse en serio la producción pero para jugar sobre seguro, Disney le propuso a Greene que escribiera una historia sobre esta idea para que el público empezase a estar familiarizado con los personajes y las situaciones. Novela que vio la luz dos años antes del estreno de "La dama y el vagabundo". Lógicamente la base argumental de la película no deja de ser el clásico romance entre una señorita de bien que se enamora de un chico de mundo, dos clases sociales completamente opuestas. Durante todo el metraje el contraste es patente tanto en los distintos tipos de barrios como en los hábitats de los propios personajes. No es una crítica dura pero sí una clara exposición. La dama del título, Reina, es una perra refinada, elegante, de porte refinado y muy educada. Golfo, el vagabundo, es un trota mundos, alguien que no tiene familia ni dueño, alguien que vive el momento sin reparar en el ayer ni en el mañana. Sin ir más lejos su presentación es toda una declaración de intenciones y objetivos: vive en la parte baja, sin un hogar ni un techo. Se alimenta de lo que encuentra y siempre está en busca y captura precisamente por ser un vagabundo. Incluso este apartado puede verse como una crítica hacia la pobreza pues la gente rica intenta erradicarla con la figura de los cazadores de perros los cuales no dudan en sacrificarlos si nadie los reclama en una de las escenas más cruentas de la película, presentada fuera de campo pero de forma directa.


Lady_and_the_Tramp_1955_Ukr_BDRip_AC3_20_Hurtomavisnapshot00331420130826230159DL7HJ.jpg


Serían Clyde Geronimi, Wilfred Jackson y Hamilton Luske los directores encargados de dirigirla y consolidándose sin ningún tipo de duda como los mejores encargados de trasladar la finura, elegancia y compostura que un producto de tal calibre necesitaba. El trazo fino de los dibujos en manos de los "nueve ancianos" junto con la corrección a la hora de dirigir el metraje demostraban ser un equipo todo terreno, sin nada imposible y sin nada que los frenara. Desde los primeros segundos nos damos cuenta que estamos, quizás, ante una auténtica joya, una obra de arte. Tan sólo hay que ver la delicadeza en los fondos y como el arte de Mary Blair y Claude Coats en dicha tarea demuestran una perfección pocas veces igualada. El contraste entre el barrio rico y pobre demuestra una labor minuciosa, perfeccionista y detallada. Líneas claras, concisas y concretas, colores pastel muy acordes con la esencia de la historia y ante todo unos diseños de personajes realmente conseguidos pues ajenos al antropomorfismo del cual haría gala en la siguiente era aquí se juega muchísimo con las expresiones faciales y la fidelidad de movimientos, carácteres y movimientos de los perros. Como ya sucediera en "Bambi", aquí se estudió muchísimo el comportamiento de estos animales recurriendo a una extensa galería de razas siendo cada personaje, tanto principal como secundario, de una distinta.

La película juega con la ambientación relajada, presentando el costumbrismo de la época y el lugar: un barrio residencial donde realmente no sucede gran cosa más allá de la rutina diaria de los vecinos. Los humanos son meros secundarios que pueblan el metraje tan sólo como hilo narrativo y vehículo de lucimiento de los propios perros. Estamos en una época calma. Podría incluso verse como una película costumbrista sobre la rutina de cualquier humano donde el trabajo, el hogar, la vida familiar, la llegada de un bebé, las relaciones sociales y demás tan sólo están enfocados para que los protagonistas interactúen alrededor de dichas situaciones y elementos. Igualmente Walt Disney juega muy bien con la idea de trasladar la sociedad humana a la cánida. El contraste entre ricos y pobres, el contraste entre las clases sociales, la diferencia y condición es expuesta de una forma clara y entendible. Vemos como Reina es "marcada" con un collar, símbolo de propiedad y a la vez de estatus social mientras que Golfo no pues es un auténtico espíritu libre, sin necesidad de ataduras ni definiciones alrededor de una placa aun a riesgo de ser, precisamente, el elemento sobrante una vez cruza esa fina línea entre un barrio y otro.


794990_1312473563314_full.jpg


Aún viendo claro esta exposición "La dama y el vagabundo" juega más con las situaciones y episodios que la propia vida expone. Cómo Reina debe acostumbrarse a la llegada del nuevo inquilino de la casa y como pasa de ser la mimada del hogar a ser lo que es en realidad: un animal. Quizás es una de las partes más interesantes en cuestión por la razón de que tanto dibujantes como guionistas juegan en todo momento ante la incomprensión del animal y cómo le parece extraño que lo traten como lo que es en realidad, un perro, y no como una persona. También tenemos algún momento puntual cómico como la aparición de los gatos siameses, enemigos acérrimos de la protagonista y cuya aparición puede considerarse todo un logro precisamente por convertir una estancia como el salón del hogar en un auténtico campo de batalla. Pero está claro que el romance (y los problemas que conlleva el mismo) son la base y leitmotiv de la historia. Sin ir más lejos, el tagline de uno de los pósters citaba que era "uno de las más grandes historias de amor jamás contada". Es cierto que quizás suene un poco presuntuoso afirmar con tanta rotundidad algo tan importante como ser una de las más grandes pero no deja de ser una muy bella historia romántica.

Puede decirse que el romance de la película es todo un logro. No es que invente la rueda ni sea una vuelta de tuerca sobre el tema en cuestión pero está expuesto todo de tal forma que es imposible no quedarse prendado ante el amor que destila la historia de Golfo y Reina. Como suele suceder en muchas películas, la mítica escena donde los dos perros comparten un plato de spaghetti bajo una iluminación perfecta, a la luz de las velas y con "Bella Notte", la canción más tierna de toda la película iba a ser eliminada. Walt Disney decía que no funcionaría por la razón de que es inverosímil ver a dos perros comer un plato de pasta. Fue el propio dibujante, Frank Thomas, quien luchó porque acabara en el metraje. Es una de esas decisiones que hubiesen sido realmente imperdonables. Porque es la escena icónica de la película, un distintivo representativo de lo que es el amor (todo está milimetrado, pensado al detalle, las facciones, la entrega del dibujo y los personajes, la ambientación, la música, la canción, la dirección, etc). Podría definirse como el cénit del propio filme convertido en uno de los momentos estelares de la colección de clásicos Disney por la razón de saber imprimirle ese sello característico de la empresa.


tumblr_ktjcg3DMCa1qa5uv3o1_1280.jpg



Lógicamente "La dama y el vagabundo" es un clásico menor. No significa por ello que sea una película mala o por ende menos interesante pero en comparativa con los títulos vistos hasta la fecha no se distingue más allá de su elegante puesta en escena, sus bellos dibujos y su clásica dirección. Pero no cuenta con una historia importante, una trama madura o como mínimo adulta a pesar de tratar temas tan serios como la diferencia de clases sociales o tan emotivos y emocionales como el amor. Y a pesar de ser el elemento más básico o, por así decirlo, fácil de representar tampoco ofrece mayor dificultad pues acaba convirtiéndose en un título de resolutiva acomodada y un tanto encorsetada (lógicamente también acorde con la época que representa y la época en la que fue producida). Claro está, sería ingrato obviar una serie de personajes, principales y secundarios y de escenas muy logradas que demostraban contar con un equipo de artesanos en estado de gracia. El momento del zoo con el castor, la citada escena romántica, el interior de la perrera la cual cuenta con una de las mejores canciones, "Es un golfo" pero también con el dramatismo del abandono de perros, los cuales son expuestos como animales apresados y que no cesan de llorar, lágrimas incluídas, o uno de los clímax más tensos de todos los clásicos donde una rata de gran embergadura entra en la habitación del bebé (el plano del roedor en lo alto de la cuna a punto de atacar es perturbador al igual que siniestro). Aquí la iluminación, la tensión, el ritmo y la acción es perfecta, sin una sola arista argumental pues juega con el miedo primigenio y con el bien intencionado elemento de que Golfo, a pesar de ser de los desfavorecidos, es un héroe en ciernes.

Una de las innovaciones para "La dama y el vagabundo" es que fue la primera película realizada en Cinemascope. Dicha técnica favorecía a darle mayor realismo y profundidad a los fondos y daba mayor amplitud a los lugares a pesar de contar con menos primeros planos. Lógicamente no todos los cines estaban preparados para ello y las versiones rodadas así no tuvieron mucha repercusión. Aún así la película fue todo un éxito demostrando que Walt Disney seguía siendo el auténtico narrador de historias con un sello distintivo inimitable, gozando de una merecida fama. Su olfato, nunca mejor dicho, para encontrar historias que encandilaran y atrajeran al público estaba mejor que nunca. Las mieles del éxito le granjearon grandes beneficios tanto con esta película como con las estrenadas en la década de los 50. La madurez creativa funcionaba a la perfección y demostraba que sin necesidad de excederse en la perfección astronómica que él siempre ansiaba a tenor de títulos como "Fantasía", "Pinocho" o "Bambi" entre otros podía seguir ofreciendo maravillosos clásicos ya fuesen mayores como "Peter Pan" o "Cenicienta" o menores pero muy bien resueltos como "La dama y el vagabundo". Tristemente el estilo empleado a lo largo de la década de los 50 estaba a punto de llegar a su fin alcanzando, una vez más, la perfección artística con "La bella durmiente", su siguiente título en cuestión.


Trailer:

 
Última edición:
Muchas gracias, amigo mío.

Tengo intención de hacer más cosas con el tema Disney aparte de los clásicos pero con el tiempo, poquito a poco. Más que nada porque no quiero agobiarme y quiero hacer las cosas bien. Aportando datos, descubrimientos y demás.

Y eso que sólo llevo 15 títulos. Si a eso le añado que también tengo intención calzarme Pixar cada cierto número de clásicos Disney pues podemos hablar de una buena temporada. Y como me lo estoy tomando muy en serio (más que ningún ciclo al cual me haya enfrentado) quiero hacerlo bien, con mimo, con muchas ganas y sobre todo y ante todo con el único interés de redescubrir todo como si fuese la primera vez (aunque es difícil) añadiéndole todo lo que me cuentan los como se hizo que no veas tú lo que estoy descubriendo. Saber quien es quien, quien es el director que está detrás de cada título, quien dibujó a quien, cómo, cuando, porqué, porqué no, donde, etc.

Es que a los DVD's Disney nunca les he dado toda la atención que se merecían cuando están cargados algunos hasta los topes de datos. Añádele que youtube me/te permite conocer más cosas que estoy que lo tiro, vamos, jejeje.

Encima estoy haciéndome una cosita y es que me estoy agenciando todos los trailers de cada clásico junto con los como se hizo que voy calzando en cada post al respecto. Muchos están ya en los DVD pero una cosa es tenerlo en el DVD y otra muy distinta en una carpeta a mano en el PC, que mola mucho. Trailers hay la tira, porque no sólo están los originales sino los reestrenos, los anuncios distintos de cada edición sacada en DVD y BD, etc.

En fin. Que si vosotros lo estais disfrutando tanto como yo en la medida de lo posible (reconozco que son críticas con mucho texto y letra pero es que quiero, como dije en posts atrás, hacer el ciclo definitivo) y mis críticas tanto de pelis como de documentales os sirven para conocer, descubrir y disfrutar el mundo Disney tanto o más que yo para mi este viaje ha valido la pena.

Aparte que redescubriré Taron porque sólo la vi una vez en el 95 que es cuando salió en VHS y aunque la adquirí años ha a finales de la década pasada no me la puse (lo típico: comprar sin ver, tiempos aquellos de abundancia consumista), igual que sucederá lo mismo con Oliver y su pandilla, Fantasía 2000, Dinosaurio las cuales sólo tengo vistas una vez y descubriré "Winnie the pooh" (la del 2011) y reencontrarme con los clásicos de la era Reitherman (una de mis favoritas).

Porque estoy intentando ser lo más sincero, fiel, objetivo posible y apartarme un poquito de la crítica personal del tipo "me gusta / no me gusta..." sino darle un toque / enfoque más serio. Más que nada porque me estoy releyendo mis críticas antiguas (porque todas las tengo guardadas en word como he dicho en alguna que otra ocasión) y aún sin creerme nadie ni creerme mejor ni peor en la materia sí que es cierto que mi forma de ver / opinar sobre el cine y las películas era más "blanco o negro" pudiendo haber muchos términos intermedios.
 
Última edición:
Eso hay que visitarlo sí o sí. Hay mucho humor negro ahí dentro y mucha mente retorcida pero es inquietante a la vez que hipnótico, desde luego.
 
6599_2_889.jpg


(Sleeping beauty, Clyde Geronimi, Les Clark, Eric Larson y Wolfgang Reitherman, 1959)​


CLASICO Nº 16


Lógicamente, una producción de tamaña envergadura y una implicación tan enorme requirió casi toda la década de los años 50 para poder llevarla a cabo. Para empezar durante los primeros años se trabajó en el guión, en la selección de voces y durante casi 5 años (1953-1958) se trabajó con ahínco en la animación requerida. Hay que añadirle que fue la primera película grabada en Super Technirama 70, un formato pionero que no volvería a ser utilizado varios años después con "Taron y el caldero mágico". Hay que indicar que en el campo de la animación conllevó una extenuante labor de animación sobre todo en el tema referente a fondos y decorados. Eyvind Earle fue el encargado del diseño de producción y bajo la influencia / referencia de grandes e ilustres artistas consagrados en el campo de la pintura como son Durero, Van Eyck, Botticelli o Brueghel uno puede captar la minuciosa labor de plasmar distintos fondos donde uno interactúa sobre el otro (tan sólo la primera escena da detalle de ello donde podemos ver distintas capas) al igual que el detallado proceso a la hora de exponer los detalles y la sensación de contemplar un cuadro de época, donde la arquitectura medieval como la fantasía del bosque o la retorcida y siniestra fortaleza de Maléfica son muestras palpables entre otras muchas de que aquí había una entrega absoluta por conseguir algo que fuese completamente distinto a todo lo que habíamos contemplado. Un paso de gigante en busca de volverse a superar en cuanto a calidad artística y cinematográfica.


tumblr_nl2498nfzp1tkqhsco3_500.jpg


Otro de los elementos que demuestran hasta donde llegaba el nivel exigido por parte de Disney fue utilizar la partitura del maestro Pyotr Ilyich Tchaikovsky del ballet "La bella durmiente", del cual se adopta el nombre de Aurora para la princesa. Lógicamente la obra, de tres horas largas de duración, fue adaptada por George Bruns para la duración de hora y pocos minutos. Pero sea como fuere tanto la inventiva primigenia del maestro Tchaikovsky como la adaptación de Bruns demuestran una calidad inquebrantable. Tan sólo hay que ver la calidad de los coros, la partitura, los tonos amables, la pomposa entrada junto con los siniestros acordes para las apariciones fantasmagóricas de Maléfica o la fatídica a la par que terrorífica banda sonora para la escena del clímax. Es lógico también que si por algo queda en el recuerdo "La bella durmiente" en el apartado de la banda sonora es por una serie de canciones bien integradas consiguiendo convertirse, sobre todo el eterno tema "Eres tú", el cual representa el mundo de las princesas y el romance de una forma pocas veces conseguida. Es patente que esta película se convertiría en todo un referente tanto en forma como en fondo, siendo en parte deudora de casos anteriores como "Blancanieves y los siete enanitos" o "La cenicienta" pero convirtiéndose por sí misma en el artífice de un modus operandi o reinventando el estilo que ya había dado beneficios tanto económicos como artísticos a Walt Disney.

También se apostaba por dejar a un lado la redondez del trazo en el diseño de personajes y emplear un dibujo más estilizado, mucho más elegante y sofisticado. Se puede ver como la figura de los humanos es mucho más delgada en las mujeres y mucho más remarcado en los hombres. Incluso se remarca y acentúa la línea de trazo grueso en los contornos y anatomía de secundarios como los animales del bosque. Para Aurora se recurrió a la actriz Audrey Hepburn por su extrema delgadez y a la actriz Helene Stanley para los movimientos y acciones. Otra de las innovaciones que demostraba que los tiempos a la hora de plasmar los cuentos de hadas es que se le daba mayor protagonismo al príncipe (ya no se trataban de meros secundarios que apenas tenían participación e interacción con la princesa de turno) y se empezaba a relegar a la princesa quitándole algo de protagonismo. Tan sólo hay que fijarse un poco para darse cuenta que Aurora tiene muy pocas escenas y las que comparte con el príncipe apenas quedan relegadas a un momento concreto. Una vez más, como ya viniera sucediendo en la empresa, se volvía a dejar el peso cómico y dramático en los secundarios. Bajo la decisión de Frank Thomas y Ollie Johnson, las hadas madrinas tenían carácteres completamente distintos consiguiendo, a su vez, ser las auténticas protagonistas de la función pues su actuación y su comicidad se convierte en el peso fundamental a la hora de narrar la historia. Son ellas las que sirven como hilo narrativo y las que nos guían a través de todas las escenas, lugares, situaciones y decisiones desde el mismo instante de aparecer en pantalla.


videosong.jpg


Claro está, no se puede negar que la protagonista absoluta de la función, la que se lleva toda la atención es la villana de la película: Maléfica. Es cierto que los motivos por los cuales se desencadena el maleficio y todo el entramado pudieran verse como un ataque infantiloide de celos (no haber sido invitada a la anunciación del nacimiento de Aurora) y que la maldición sea provocarle la muerte una vez cumpla los 16 años un tanto excesivo pero uno ya sabe que los motivos y motivaciones en los cuentos son propensos a exageraciones y triquiñuelas un tanto fuera de contexto. Tampoco se puede negar que los cuentos de princesas siempre versarán o enfocarán la belleza y gracia de la protagonista por encima de valores mucho más importantes (los dones que las hadas regalan al recién nacido son belleza y una melodiosa voz). Pero estamos ante un cuento a fin de cuentas y querer sacarle de contexto esos elementos que se convierten, por así decirlo, en la idiosincrasia particular es hacerle un flaco favor. Más aún cuando están al servicio de, quizás, la mejor villana de toda la factoría. Tan sólo hay que fijarse en su aparición, entre un humo verde (color fundamental en la película), cómo su posición y su pérfido carácter le dan ese carisma y cariz realmente siniestro. También ayuda mucho su tocado con forma de cuernos, designándole un poder sobre natural. El diseño de Maléfica es perfecto, tanto en forma como en fondo. Su risa macabra, el sonido de su báculo cada vez que golpea el suelo, sus poderes ilimitados, su don para el mal, los esbirros que le acompañan (idea completamente original por parte de Disney) y todo su mundo de pesadilla hacen que sea, sin miedo a equivocarme, lo más atractivo e interesante de toda el filme.

"La bella durmiente" es un título cuyo guión en sí mismo es escueto. Como ya sucediera con "La cenicienta", había que añadirle situaciones cómicas y momentos de aventuras para que pudiera alargarse lo suficiente como para considerarse un largometraje. Se contaría con siete guionistas, aunados por los escritores originales, para darle forma lo suficientemente empática para conseguir una historia completa. De ahí se desprende que funcione muy bien en situaciones concretas como es la anunciación de Aurora con la aparición tanto del bien (las hadas) como del mal (Maléfica) dejando las cartas sobre la mesa en apenas minutos. También ayuda muchísimo el juego de confusión por parte tanto de Aurora como de Felipe en la escena del bosque dejando que sea el enredo el que sirva como precedente para jugar con el despiste a la vez que sea el punto de ebullición para dar pie al clímax (Maléfica atrapa al príncipe y es conducido a sus dominios, a su castillo teniéndolo recluido y retenido para la eternidad). Es interesante ver como los contrastes juegan perfectamente en esta historia. Por un lado nos encontramos con el candor y el romance fuera de los muros de palacio, en el bosque, lugar predilecto para que la pareja se conozca y se procesen amor, con la ayuda siempre de los animales, sello distintivo de la casa, para pasar a la frialdad y la ausencia del propio amor una vez Aurora vuelve al hogar. Otro de los contrastes, esta vez desde el punto de vista estético. La robustez de la arquitectura medieval es lineal y sofisticada mientras la frialdad grotesca de la arquitectura del castillo de Maléfica es mucho más siniestra, siendo una vez más el bien contra el mal, encontrando ese punto intermedio con la casita del bosque, donde todo es mucho más cálido, rústico y terrenal. Una forma como otra cualquiera para mostrar los contrastes sociales.


58fc6d94-aa69-495e-8a32-7eb0c9b17d59.png



Para la ocasión se volvería a contar con la fantasía y la magia (en todos los sentidos) para darle el tono adecuado a la historia. Y si bien es cierto que la película puede tener una lectura filosófica de calibre mucho más digna de Freud, a día de hoy sigue viéndose como una auténtica maravilla visual donde la forma vuelve a resultar vencedora sobre el fondo, que no es otra cosa que el bien vence al mal, que el amor es para toda la eternidad, que los buenos son muy buenos mientras los villanos son realmente muy malos. Fuera de lo que ya conocemos y sabemos a ciencia cierta, "La bella durmiente" es un logro artístico sin precedentes. No sólo por la fluidez etérea de los movimientos de todos y cada uno de los personajes, donde el ritmo es mucho más pausado que en anteriores ocasiones (sin ir más lejos en el momento de su estreno fue la crítica la que desdeñó el tempo narrativo de la historia acusándola de una lentitud atípica para ser una película de animación). Como ya sucediera con Tyrus Wong en su trabajo en Bambi, Eyvind Earle conseguía para la eternidad plasmar como sólo los grandes artistas atemporales la simbiosis entre arte y perfeccionismo por encima de la media. La plasmación de lo etéreo junto con lo recio hace que cada escena, fondo y lugar de "La bella durmiente" sea un auténtico deleite visual, algo imposible de concebir en según qué circunstancias y demostrando que sólo los mejores poseen las dotes necesarias para concebir tamaña criatura. Tan sólo por la escena del bosque ya merece el mejor aplauso sonoro posible.

También otro de los contrastes se encuentra en los géneros que toca. Mientras que el romance, la fantasía y el costumbrismo social se enfocan a través de una paleta de colores realmente cálida, suave, de colores tenues siendo el rosa y el azul los que predominan en según qué circunstancias (a tenor de las batallas cómicas entre las hadas) el suspense y el terror son los géneros que más juegan una parte fundamental siendo el color verde (casi ácido) el que predomina y domina la situación. El momento en el que aparece Maléfica, aquel donde hipnotiza a Aurora para llevarla hacia el huso de la rueca donde la maldición acabará con la vida (temporalmente) de la princesa, las llamas donde danzan los esbirros de la villana o el fuego transformador que convierte a Maléfica en el mejor dragón que ha deparado la animación hasta la fecha, todas estas escenas están dominadas por un único color, acentuando ese tono sombrío y grotesco mientras que a su vez el verde también será el color referente al sueño, sólo que esta vez será un verde mucho más apagado, cálido, tenue. A tenor de la escena del dragón indicar que puede que estemos ante un clímax similar al de "Blancanieves" sólo que aquí se juega en todo momento con el elemento fantástico de una criatura que supera en tamaño y poderes al valiente y gallardo héroe (también ayuda muchísimo el lugar donde sucede la acción con esas zarzas retorcidas e imposible de franquear). El dragón, obra de un sobresaliente Wolfgang Reitherman, es una de las mejores criaturas que la compañía Disney ha concebido, ayudado también con los efectos de sonido y la banda sonora dotándole en todo momento de una fiereza y un dominio de la narrativa excelente.


sleeping-beauty-1959-disney-maleficent-dragon.jpg



Tristemente "La bella durmiente" no fue el éxito que todos esperaban. Sin ir más lejos, la recaudación fue tan sólo la mitad del presupuesto (y estamos hablando de 6 millones de dólares de antaño). Aquello fue realmente funesto para Walt Disney. La palabra bancarrota era casi realidad y debido al descalabro económico dio como resultado varias decisiones que convertirían a "La bella durmiente" en el antes y después. Para empezar fue la última película en la compañía que empleaba la técnica del entintado a mano. Los siguientes títulos se realizarían bajo la técnica del xerografiado, una técnica que acabaría convirtiéndose también en un sello de identidad pero rebajaba muchísimo el resultado y calidad final de la animación. Era el fin de una era. También fue la última producción animada basada en un cuento de hadas con princesa como protagonista. No sería hasta 30 años después que volvería a apostarse por otro cuento con princesa como fue "La sirenita". Aún así, el tiempo, como sólo sucede con los injustamente criticados clásicos, la colocó en su sitio y como todo el mundo admite estamos ante una de las auténticas joyas que deparó Walt Disney. Lo que antes parecía un lento filme ahora se erige como un ejercicio de estilo gratificante y adecuado para el producto que presenta. Estamos ante un producto férreo, que no necesita defensores para plasmar y demostrar la calidad inabarcable e inimitable con la que contó en su momento y que acaba erigiéndose como el fin de una era (de tantas que tuvo Walt Disney) y que se erigía, a su vez, como el estandarte de una calidad inaudita, cuando todo era a mano y sin el empleo de sofisticadas herramientas que a día de hoy ahorran muchísimo la dura labor de la animación hecha a mano. Sólo por eso "La bella durmiente" es (y será) una de las joyas indiscutibles del séptimo arte y uno de los títulos referentes, siendo el sinónimo de una calidad inabarcable.


Como curiosidad, el teaser de la película con casi todo letras y apenas imágenes y el trailer de casi 4 minutos de duración:



 
Última edición:


an, 1959)​


Basándose en el cuento de "La bella durmiente" de Perrault, los hermanos Grimm y Giambattista Basile pero alterando ciertos aspectos y cambiando algunos episodios

Hombre, atre, teniendo en cuenta que estamos hablando de tres recopiladores de cuentos populares que aunque han podido influenciarse mutuamente y asus pueblos y estan separados por siglos decir que Disney hizo cambios cuando las tres versiones que mentas tienen CAMBIOS es un DECIR muy gordo. La versión de Basile no la reconoce ni su padre hoy día, y las diferencias entre Perrault y Grimm tampoco son moco de pavo. Ten en cuenta que la idea de los Grimm era crear un libro que demostrra que existía un espiritu popular alemán, incluos con sus influencias francesas, pero no un derivado frances, una identidad de nación, era un libro con intenciones filologicas. De hecho la primera edición hubo que retirarla porque las madres la consideraban demasiado vilolenta para sus churumbele a pesar de las protestas de los Grimm de que no era para ellos. Y hay al menos tres versiones en aleman de La Bella Durmiente de los hermanos, que además consideraban dos cuentos separados lo que Basile y Perrault consideraban solo uno.Disney no altero un texto base, hizo una versión más de las miles que ha habido. Los primeros textos de la Bella Durmiente es un anonimo de cuando empezaba la reconquista en España... Los cuentos de hadas han dado muchas vueltas. Desde textos politicos camuflados, textos de salón para la alta sociedad, filología, textos para dormir a los hijos de los sirvientes, textos educativos, textos religiosos, ejercicios para la imaginacion para adultos... La "disneyficación" de los cuentos de hadas se ha llegado a exagerar y a sacar de contexto.
 
Disney se basó en esos tres casos e hizo cambios de algunos episodios. No lo digo yo, lo dice la historia de la película y de sus creadores. Que la versión de Basile no la reconozca nadie hoy día no significa por ende que no se basaran en ella para la película. No puedes hilar tan fino para los datos de la película, Sorel. Disney se basó en esos tres casos. Que hiciera otra versión más, claro, desde luego, como pasaría con Blancanieves o Cenicienta que después de sus películas nadie se acordaba de las obras originales y todo el mundo daba por sentado que el origen era la versión de Disney.

Y de la bella durmiente hay más versiones, y de Cenicienta, y de Blancanieves y de muchos cuentos más pero si Disney escogió en cada caso casos concretos quien soy yo para negar la evidencia o el título de base.

Reitero: hilas demasiado fino para los datos que están no sólo en la historia de la película en sí sino para lo que exponen los documentaristas de los como se hizo.

En todo caso llámales a ellos y exígeles cambios de los datos, no a mi, que yo sólo transcribo y escribo lo que veo y leo.
 
Yo no he dicho que no se basaran en esas tres versiones. Yo no hilo fino, tú hilas grueso. :cuniao

Lo que te he dicho es que no puedes hablar de cambios cuando te basas en textos que son puro cambio. En este caso hacer un popurri de tres piezas que ya son un popurri entre ellas lleva el cambio implícito. Es una versión más, no una alteracion de episodios. Si fueran originales, sería otra cosa. Pero no lo son.

De todas maneras, en una crítica, siempre es mejor, creo yo, si algo lo has visto tú, decirlo tú, y si algo lo dicen los creadores, citarlo. Una cosa es que tú veas la similutud entre Hamlet y el Rey Leon y otra es que te hayas visto un docu donde confiesan los autores que ellos la germinaron, o ambas. Es mejor indicarlo, o estas plantando semillas para tu propia poémica. Im my opinion whatever you know. ;)
 
Walt Disney siempre exigía mucho de la animación (y por ende de los animadores). Para “Bambi” quería llevar el naturalismo hasta el máximo potencial. De ahí se desprende que visto lo visto antes no había nada parecido y después tampoco en el sentido más estricto de la palabra. La razón es que quería la mayor fidelidad a la naturaleza, no se trataba de los dibujos cartoon a los que el mundo se había acostumbrado.
Correcto. Si nos fijamos, Bambi es la primera película de la factoría que carece totalmente de cualquier elemento mágico o de fantasía, hablándonos de la vida en términos reales, de tú a tú. Esto no se repetiría, si no me equivoco, hasta La Dama y el Vagabundo.

Había tal nivel de exigencia que se trajeron a profesores de arte para enseñarles las mejores técnicas de animación. Tan sólo hay que ver la fauna de Blancanieves y compararla con la de Bambi y se nota que hay mayor nivel de perfeccionamiento tanto en fisonomía como en movimientos. En aquella era todo más cómico, más sencillo mientras que aquí era todo más trabajado.
Es curioso porque encontré el otro día una crítica del New York Times escrita en el año de estreno original de Bambi (aqui si la queréis leer) en la que le echaban en cara precisamente esto, el exceso de realismo del film. Como queriendo decir que si no vas a hacer animación cartoon mejor pasarse a la imagen real, lo que puede dar una idea de la consideración que tenían por aquel entonces del medio animado.

-----

Cambiando de peli, he visto por segunda vez esa especie de díptico que forman "Saludos amigos" y "Los Tres Caballeros" y... (redoble de tambores) ...sigo sin soportarlas. :cuniao Me han gustado aún menos que la primera vez que las ví. Hay algunas cosillas acertadas como esa "Aquarela do Brasil" o el diseño de los compañeros de Donald, pero en general todo es tremendamente soso.

Es un corto muy blando, un tanto aburrido en cuanto a narrativa y que no ofrece mucho más aparte de contar con el protagonista absoluto de aquellos momentos, el cual acabaría destronando al propio Mickey.
Exactamente, los segmentos de Donald y Goofy son quizá las partes donde más se podían lucir y jugar para apartarse un poco del tedio que supone el resto, pero están muy poco inspirados.

Pero lo más desesperante sucede en los últimos minutos. "La alucinación de Donald" es un viaje psicotrópico, onírico y a la vez poético resultado de un viaje alucinógeno provocado por el clímax resultante al encontrarse el pato en un estado embriagado a causa de un exceso de besos. Intenta emular lo acontecido con los elefantes rosas cuando Dumbo se emborracha pero mientras aquella escena es hipnótica y realizada con un acierto descomunal aquí todo sucede de forma atropellada, sin acierto en el ritmo y la narrativa y a pesar de contar con temas como "La zandunga" o "Jesusita en Chihuahua", ambas interpretadas físicamente por Carmen Molina y con un ejército de cactus danzantes, todo acaba siendo muy reiterativo, poco interesante y hasta cierto punto innecesario.
:mparto No se puede decir mejor. Llegados a esta parte se les va definitivamente de las manos y culminan con un segmento desquiciante que parece más bien diseñado para reventar la cabeza del espectador.

Creo que Los Tres Caballeros es con diferencia el peor clásico de la era Walt y puede que de toda la historia Disney.

Espero que al menos se lo pasasen estupendamente bien por Brasil y resto del continente. :P

Voy a ver si encuentro el docu “Walt & El Grupo”, que aún no he visto, y saco algo más en claro de este periodo.
 
A raíz de esta escapada que he hecho para ver el Libro de la Selva en imagen real, me ha picado la curiosidad por repasar algunos títulos.

Evidentemente, El Libro de la Selva, mi favorita, será la primera, la otra que me entusiasma es Basil, y ya tengo preparadas para ver La Bella Durmiente y Fantasía. Tengo un gratísimo recuerdo también de Peter Pan.

Qué me recomendáis al margen de lo que ya tengo previsto? Tengo que decir que lo que más me entusiasma de los clásicos de Disney son los villanos, de ahí que Taron y el Caldero Mágico figure entre mis gratos recuerdos. Y a veces se me atraganta el exceso de azúcar.
 
Disney tiene exceso de azúcar. Hay que asumirlo y no pasa nada.
Y lo va a tener siempre.

Aristogatos? Aunque no hay villano.
Dálmatas? Sólo ya por Cruella...
Pinocho? Tampoco hay un villano muy marcado pero recuerdo partes bastante tenebrosas...
Todas las de la era dorada de los 90, pero esas no creo que haga falta ni que las cite.
 
Qué me recomendáis al margen de lo que ya tengo previsto? Tengo que decir que lo que más me entusiasma de los clásicos de Disney son los villanos, de ahí que Taron y el Caldero Mágico figure entre mis gratos recuerdos. Y a veces se me atraganta el exceso de azúcar.

Blancanieves, Pinocho, Bambi, Peter Pan, como poco. De la era clásica. No todos tienen villanos, pero son imprescindibles.
 
Si valen de los 90 añadiría la de Notre Dame, que me parece la mejor de esa etapa junto a Aladdin.
 
Hablando de "El Jorobado de NotreDame"........os recomiendo que le echéis un ojo al cd del musical estrenado hace poco en yankilandia.
Gozad.
 
Arriba Pie