Espectacular trabajo de guión basado en la ambigüedad que se desgrana sutilmente de las conversaciones entre parejas, en las que se revela una terrible verdad oculta, si bien esta "verdad" queda siempre en manos del espectador, que tiene argumentos para interpretar lo visto de distintas maneras. Incluso provee herramientas para que el propio espectador le dé la vuelta al calcetín y especule con todas las líneas de fuga que Vermut esparce por aquí y por allá. Aún más libre que "Magical Girl", y también más abierta a las teorías post-visionado, pero también claramente más imperfecta. Comprendo las limitaciones de su look por cuestiones de pasta, pero creo que la película, a tramos, adolece de ritmo y dilata en exceso situaciones y diálogos que pecan de alargamiento. Males menores corregidos en "Magical Girl", en todo caso.
Lo importante, al fin y al cabo, es el talento de Vermut para incomodar, descolocar, sorprender, perturbar y conducirte a infiernos terribles con una facilidad pasmosa, recurriendo al off, dejando en suspense vericuetos narrativos y dotando al texto, como decía antes, de una ambigüedad y de una cantidad de detalles en principio nimios (pero tremendamente descriptivos de los personajes) que genera que teorices y completes la película una vez que acaba. Vermut es un grande prolongando la vida de su ficción fuera de la pantalla.
La dirección de actores es otro punto fuerte. Y, ojo, las voces. LAS VOCES. La fascinación de oír las voces de los actores. Y su cadencia. El arte de escribir diálogos y de recitarlos.
Brillante.