Expolio histórico de Sánchez a trabajadores y clase media.- Alerta Digital
Por Roberto Centeno.-
Zapatero y Rajoy son esas dos plagas bíblicas que han asolado esta gran nación, con el mayor desplome de renta y riqueza de las familias en 68 años y la destrucción del 18% de la clase media, y donde Rajoy añadiría un endeudamiento en 625.000 millones de euros, la mayor cifra en términos de PIB de la historia de España en tiempo de paz, el no cumplir ni un solo año los objetivos de déficit, el degradar el trabajo a nivel tercermundista, el haber financiado a los separatistas el golpe de Estado y permitido la vulneración impune de la ley y los derechos humanos, el haber aumentado la brecha social al máximo de Europa, y el haber rendido España a los chantajes de los separatistas del PNV, soltando asesinos y entregando escandalosas cantidades de dinero, que además le traicionarían.
La clase media suele definirse como el conjunto de familias cuya renta se sitúa entre el 75% y el 200% de la mediana, la cual así calculada alcanzaría su máximo de todos los tiempos en 1975 con el 56% de las familias frente al 34% en 1950, y el 44% hoy. Pero hay algo mas, la clase media actual ya no es aquella clase social activa y pujante de los años sesenta, que nos llevaría al mayor periodo de crecimiento de nuestra historia, a ser la octava potencia económica del mundo (hoy la decimosexta), a ser un país fuertemente industrializado con el 36% del PIB, a otro de enchufados públicos, especuladores y ‘camareros’, con la industria en un 15%, una clase completamente inerte que ha aceptado resignadamente su expolio y su ruina. “Los españoles aguantan lo que les echen”, decía hace unos días un conocido político socialista, y desgraciadamente tiene razón.
A pesar de la cada vez mas dramática situación del déficit público, el desconocimiento sobre el funcionamiento de los mercados de Sánchez es tan pavoroso que el tema le importa una higa, y lo que ocurra cuando el BCE, principal comprador de deuda a interés cero, deje de hacerlo en seis meses, ni se lo plantea. Claro que como Sánchez no hace planes mas que a 15 días, lo que ocurra en seis meses no le supone inquietud alguna, excepto agotar la legislatura como sea, porque está tan enloquecido con el Air Pedro Force One y las prebendas de Moncloa, que para mantenerlas está dispuesto a entregar España a trozos a los sediciosos saltándose la legalidad y la Constitución —donde la posibilidad de hablar de un referéndum sería un caso claro de alta traición—, aparte una espiral incontrolada de gasto electoralista y para satisfacer la extorsión insaciable de los separatistas.
Pero, además, el ‘efecto llamada’ de Sánchez, ofreciendo primero sanidad gratis a 820.000 sin papeles —que nos costará 2.000 millones al año y multiplicará el ‘turismo sanitario’—, algo inexistente en el mundo; aceptando de Merkel convertir España en el gran campo de refugiados de Europa, y la gravísima afrenta a Mohamed VI para salir corriendo para hacerse una foto con Macron y Merkel, más la idea de Marlaska proponiendo desguarnecer las fronteras, han provocado una avalancha migratoria que ya son incapaces de controlar, y por si esto fuera poco lanzan la mayor oferta de empleo público en 10 años, en un país con cientos de miles de enchufados públicos de sindicatos y casta política, que no dan un palo al agua. Un tsunami de gasto e impuestos. De momento, los anunciados supondrán un expolio de 32.000 millones de euros, el mayor de nuestra historia.
Sobre la clase media y trabajadores especializados recaerá la subida del IRPF para rentas superiores a 40.000 euros, un total de 2.000 millones; el grueso del impuesto sobre el gasóleo, por un total de 2.300 millones; la modificación en las cotizaciones sociales para los salarios por encima de 45.000 euros brutos anuales, 4.500 millones, según el Ministerio de Trabajo, para mas de dos millones de asalariados, y los impuestos al ahorro de las familias, aún por definir. Subtotal, 8.800 millones para empezar y por lo derecho.
Luego, los impuestos a la banca, 1.000 millones, más 1.000 transacciones financieras, que trasladarán íntegros a los clientes; tasa Google a las grandes tecnológicas, 700 millones, íntegra a sus clientes; subida de impuestos de sociedades y eliminación de deducciones, 16.000 millones según las cifras del Gobierno, “que no afectan a los trabajadores”, afirman con una mendacidad fuera de lo común, ya que los dos tercios recaerán sobre los sueldos de los trabajadores reduciéndolos o sobre el precio a los consumidores, dada la situación oligopolista de las grandes empresas que les permite trasladar a sus clientes todos los aumentos de costes, y el resto de las empresas simplemente lo esquivarán cambiando el domicilio fiscal a otro país. Otro subtotal de 13.200 millones de impuestos trasladados.
Pero si esto es ya un expolio sin precedentes en un país donde la familia media tiene que trabajar 175 días para poder pagar las cotizaciones sociales e impuestos, la tercera carga fiscal sobre la familia de la OCDE —y a ver si aprenden a sumar de una vez los juntaletras que afirman sin comprobarlo que la presión fiscal en España es baja y del 38%—, lo que verdaderamente destruirá a lo que queda de clase media y empobrecerá aún mas a la clase trabajadora no son solo los 22.000 millones mencionados, son los impuestos de sucesiones, transmisiones y patrimonio, que o no existen o no tienen un fin recaudatorio en todo el mundo civilizado, y que Sánchez quiere generalizar a todo el territorio nacional.
La manera mas clara de entender los efectos económicos entre un sistema fiscal y otro mafioso, es comparar lo ocurrido en Andalucía y en Madrid durante los últimos 40 años. Andalucía, la segunda provincia mas beneficiada por la financiación autonómica, la mas beneficiada por las ayudas comunitarias, y con la mayor presión sobre las familias y sobre el ahorro, se ha empobrecido y su renta per cápita es el 74% de la media nacional, mientras que Madrid, el mayor contribuyente a la financiación autonómica, y la que menores impuestos tiene, es la más rica de España, con un 136% de la media. La cuestión es especialmente relevante porque precisamente la ex responsable de Hacienda de esa comunidad rige hoy la Hacienda de España, una experta en extorsión y despilfarro que ha decidido trasladar su ‘experiencia’ a la totalidad del país.
Empecemos por sucesiones, un robo puramente mafioso, cuya cuantía depende del capricho de cada capo local. Morir en Zaragoza, Oviedo y no digamos en Sevilla, es 100 veces mas caro que en Madrid, Santander o Murcia, aunque el valor de la herencia sea el mismo. El Consejo General de Economistas publicó el año pasado un informe sobre fiscalidad autonómica, que cuantifica la dimensión de este escandaloso robo. En Andalucía, a un soltero de 30 años que herede bienes por valor de 800.000 euros le roban 164.000, en Extremadura, 158.000, Aragón, ídem, 155.000, y en Asturias, 134.000. Solo unos pocos, Madrid con 1.600 euros, Cantabria con 1.500 o Canarias con 150, se salvan del saqueo. Pero esto en caso de parentesco en primer grado, porque si es en segundo o tercero, les pueden robar más de la mitad de su patrimonio, algo que no sucede en ningún otro país.
Si vamos a patrimonio, en Andalucía puede llegar hasta el 3% cada año, por lo que en 30 años han llevado a una familia a la ruina, algo que en Madrid está exento igual que en el 90% del mundo desarrollado. Por cierto, que no solo es la izquierda: Ciudadanos pretende lo mismo. Claro que de quienes aprobaron unos PGE de ficción en lugar de rechazarlos y forzar así la convocatoria de elecciones, en el máximo de su intención de voto, se puede esperar cualquier cosa. Inés Arrimadas, lo mejor de Cs, consiguió la victoria en Cataluña, pero su jefe, que la tiene arrinconada, se va a cargar todo el capital que le proporcionaron el Ibex y la valerosa y capaz catalana. Ahora se abstiene en el tema del Rey emérito, y apoya la exhumación del Franco del guerracivilista Sánchez. El Ibex está estupefacto, “¿pero a que juega este chico?”, se preguntan varios grandes empresarios.
Solo una cifra: el impuesto de patrimonio costará a los madrileños mas de 700 millones de euros, así que ya saben a quién votar. Como resumía el viernes en El Confidencial mi admirado amigo J. C. Barba tratando estos mismos temas, “la culpa real es de los votantes, porque si la valía de los líderes políticos es reflejo de la pujanza o decadencia de una sociedad, hemos de reconocer que entonces nos encontramos en una situación más que preocupante de decadencia”.
NOTA: el sábado, con motivo de un viaje a Jerez, un amigo muy conectado con los servicios de inteligencia norteamericanos me invitó a comer en la base de Rota con dos altos cargos de dichos servicios. Lo que contaron supera lo imaginable, jamás han visto un grado de irresponsabilidad tan suicida en un Gobierno europeo ante la inmigración como el nuestro, porque ya no se trata de unos miles de inmigrantes sino que se está preparando una auténtica invasion. Hay entre 50.000 y 100.000 subsaharianos en Marruecos preparados para entrar en España, y el Gobierno no tiene plan alguno para detenerlos, y de momento la situación en Ceuta es insostenible, y la oleada de pateras llega sin control alguno, pero lo que tampoco entienden es que el pueblo español acepte esta invasión sin rechistar.