Mi hermano, político, me decía que no hacían nada porque hacer algo ya no sirve de nada. Hoy en día, lo que vale a la hora de ganar votos es pintar bancos de colorines.
Antaño, las leyes y decisiones se valoraban y juzgaban según su idoneidad, eficiencia y oportunidad. Hoy, con decir que es feminista, ecológica y resiliente, los borregos aplauden con las orejas. Y los borregos votan, y son mayoría. Es una batalla perdida.