Cuántas veces habré dicho que he llegado al límite de mi capacidad de asombro con estos sujetos y van y se superan, una vez tras otra. El pollo diplomático que ha montado este tío es inconcebible. Confundir la supuesta honradez de su mujer por unos chanchullos malolientes, como poco, con la democracia y el honor del país es de ser un imbécil de nivel jamás visto. Este tío se cree que el puesto es suyo, que tiene lacayos, súbditos y esclavos a los que coser la boca y en su demencia arrastra con todo. Milei lo ha descrito con descarnada desnudez. Está haciendo el ridículo con esta payasada. Milei es excesivo, un bocachanclas, un arma inevitable surgido en un estado de extrema necesidad, el provocado por los comunistas y su obsesión de imponer su forma miserable de vida. Pero siendo un populista, es liberal, y lo prefiero a la peste de enfrente.