Lo grave es que no hay a quien votar.
Que nos han robado todos aprovechando la pandemia ni cotiza.
La definición de arribista le vienen ni que pintado a España y su estructura política.Pues no votes...
Todos roban. Los que han gobernado, los que gobiernan y los que gobernarán. Es un problema sistémico y ningún partido va a ponerle coto a eso, porque va contra su propio beneficio. Y no se trata sólo de meter la mano en la caja o llevarse sobres, robar también es poner a tu primo de alto cargo aunque no tenga ni puta idea, legislar pensando en la puerta giratoria, decir una cosa en campaña y hacer lo contrario cuando pillas cacho...
El sistema está podrido y ningún partido está haciendo nada por cambiarlo, porque TODOS pillan y TODOS están pillados.
Se debería definir todo lo que no puede hacer un político, grabarlo en piedra, tratarlo como alta traición y castigarlo con garrote vil.
Y pretenderas que leamos ESO.De una comía de ayer de Manu con unos del pp
A ver si puedo recordar todo lo que me han contado, que ha sido mucho. No se trata de un relato fiel de los hechos, aunque no creo que difiera en exceso de la realidad porque explica muchas cosas y (sobre todo), porque conociendo como conozco como funciona el PP a nivel interno, es algo que personalmente ya sospechaba. Esto es solo una confirmación de que no soy el único que lo cree, y no solo creerlo… hay quien lo ha vivido, al menos en parte, y está largando.
La cosa viene de largo. Casado y Teodoro tienen una estrategia a largo plazo en la que confiaban plenamente: asumen que Pedro Sánchez no va a salir vivo de los efectos post-pandemia, y solo había que esperar, manteniendo un perfil neutro, para recoger las nueces del árbol sacudido y alcanzar el gobierno de la nación. Y aunque las cosas no están saliendo exactamente como esperaban, no les faltaba razón en que era una posibilidad muy plausible.
En esta carrera hacia la Moncloa, tenían un enemigo externo claro: Vox. De ahí su ataque furibundo en la moción de censura verde, y su alejamiento de cualquier contacto con ellos, al menos de cara a la galería. Estos movimientos cuentan con el beneplácito del PSOE, que también teme a Abascal, desde luego mucho más que Casado, al que consideran poco menos que un imbécil manipulable. Como casi siempre, parece que los estrategas de Sánchez no andan desencaminados en eso tampoco. Y el pusilánime de Pablo no duda en arrojarse en brazos del enemigo creyendo que así lamina a otro enemigo más fuerte. No será la única ocasión en que lo hace, pero ya entraremos en eso más adelante.
Pero de repente, surgen dos estrellas emergentes que plantean un potencial nuevo frente de batalla: Ayuso y Almeida. Cuentan con un enorme apoyo popular, y se atreven a desmarcarse (tímidamente al principio) de las líneas que marca Teodoro (el aspirante a Iván Redondo de Hacendado). A Casado empiezan a sonarle las alarmas, sobre todo porque hay previsto un Congreso Nacional en 2022 y ve peligrar su presidencia de gobierno. ¿Y si se presenta alguno de estos dos? Sabe que su popularidad se ha visto comprometida seriamente con su estrategia de mantenerse al pairo, y le asaltan las dudas. Así que el aparato del partido empieza a moverse.
En primer lugar (y esto no es una especulación), se reúnen con Feijoo. Este les da su palabra de que no piensa presentarse, siempre que Casado de un paso al lado dentro de unos años, en los que presumiblemente el país habrá remontado en lo económico gracias (de nuevo) al gobierno del PP. No tiene prisa, y no le gusta el riesgo. Ya en el pasado se echó a un lado porque no quería ponerse al frente en un momento delicado. Tiene tiempo, su posición en Galicia es inamovible, y prefiere esperar. Pero no perdamos de vista que lo que más motiva al gallego es tener los pies bien firmes en el suelo antes de dar un paso.
El siguiente movimiento es Almeida. Sorprendentemente, este resulta ser dúctil como la plastilina. Se pliega rápidamente a las condiciones que le plantean desde Génova: adhesión incondicional a Pablo Casado, obediencia ciega a Teodoro García Egea, y compromiso personal de no salirse de su ámbito: la alcaldía de Madrid. A cambio, le ofrecen continuidad en su puesto durante todo el tiempo necesario... y vista su predisposición, le insinúan la posibilidad de ser el próximo presidente del partido en la Comunidad. Almeida responde con entusiasmo a dicha opción y se pone a los pies de Casado, de Teodoro, y de sus respectivas señoras.
Pero ahora se enfrentan a Ayuso. Sus topos ya le han informado de la oferta a Almeida, y se siente atacada y ninguneada. Tiene un altísimo concepto de si misma (más de lo que la directiva nacional está dispuesta a aceptar), y saca las uñas. Exige un Congreso en la comunidad en el que los militantes decidan, y viendo el riesgo que ello supone para las promesas que han hecho a Almeida, se niegan. Y se instalan en la alegalidad en la que navegan desde entonces, según la propia normativa interna del partido.
En este momento, ven las orejas al lobo, y ponen a los fontaneros a trabajar. Investigan todos los contratos de la comunidad, las cuentas y propiedades de Ayuso, sus movimientos, y su pasado, hasta incluyendo sus multas de tráfico (no es broma). Luego la amenazan. En esa reunión, se habla de gritos que podían oírse en la calle. Hay quien afirma hasta tenerlo grabado en el móvil.
Pero Ayuso no es Almeida. No se achanta. Planta cara y se enroca en un punto: quiere ser presidenta del PP en Madrid y mantenerse en la Comunidad tanto tiempo como los madrileños la voten. Pero eso choca con las promesas hechas a Almeida, y Casado teme a Ayuso. Aunque esta le promete personalmente que no se presentará a la presidencia del PP frente a el (esto, de nuevo, no es una especulación, es un dato).
Teodoro parece aceptar el trato, y eso aplaca los ánimos por el momento. Pero bajo cuerda, promete a Almeida que el presidente será el. Solo necesita tiempo para derribar a Ayuso. Y empieza la famosa búsqueda de los detectives. Y no solo eso: contactan con Moncloa para pedirles ayuda. Saben que Sánchez teme a Ayuso casi más que ellos. Pero Egea no debió leerse de pequeñito la fábula de la rana y el escorpión. O no la asimiló. Aparte de que ese movimiento solivianta a mucha gente de la cúpula del PP, que se empiezan a plantear si no sería mejor idea desmarcarse de Casado antes de que la cague. No se sabe bien qué caramelo envenenado “vendió” el CNI a Casado, pero se sospecha a nivel interno que parte del pago fue ese voto “erróneo” en la ley de reforma laboral. Nadie se atreve a decirlo en voz alta, pero a nivel interno es un clamor.
Aunque esta no es la única cagada de Teo. Contacta con un despacho de detectives con una afinidad pública por Ayuso… para que investiguen a Ayuso. Estos no solo comparten esa información con Ayuso y Gallardón, es que hasta empiezan a grabar conversaciones y documentar los encuentros.
Ayuso, que tampoco es tonta, empieza a moverse y a tantear sus apoyos. Feijoo, que empieza a ver que Casado no es la apuesta segura que había creído, empieza a ver a Ayuso como sustituta de su cabeza de puente. Prefiere que se arriesgue ella en las generales, y más adelante recoger el testigo. Como pensaba hacer con Pablete, pero ya no da un duro por él. Y no es el único peso pesado que se sube al barco de Ayuso. Parece ser que hay una reunión “secreta” que se llevó a cabo fuera de Madrid, en la que la presidenta se compromete a presentarse al congreso nacional y disputarle la candidatura a Casado.
Y claro, obviamente esto llega a Génova, y cunde el pánico. Hasta se cita a Abascal para ofrecerle entrar en el gobierno de CyL y tener un golpe de efecto que distraiga de todo esto y afiance a Casado, pero Mañueco se niega (estuvo en esa reunión “secreta”). El gabinete de Pedro Sánchez empieza a mover sus hilos y amenaza con sacar el famoso dossier que incriminaría a Ayuso por lo de su hermano (éticamente, porque legalmente no hay NADA), y empieza a presionar a los medios para que le den caña. Hay que acabar con Ayuso y de paso laminar la imagen del PP, refrescar lo de que es un partido “corrupto” a toda costa. Y adelantar elecciones. El imbécil de Teodoro se lo ha puesto a huevo.
Isa, que se ve acorralada, decide quemar las naves y salir a dar la famosa rueda de prensa. Casado tiene un ataque de pánico y le aconsejan no salir a la palestra hasta tener una estrategia sólida y no aparecer lívido y tembloroso en los medios (dicen que daba grima verlo). Egea sale a disparar a todo lo que se mueva. Feijoo decide apostar por Ayuso y a ver que pasa. Juanma Moreno baja las velas y se queda al pairo a ver que pasa. Mañueco no quiere líos (como el mismo dice, “bastante tiene ya con lo suyo”). Almeida se caga y le corta la cabeza al pequeño Nicolás de pega. Y los medios, a lo que les han mandado, a atacar con furia porcina a Ayuso por una comisión mientras callan como bellacos los millonarios beneficios del padre de Pedro Sánchez, las asignaciones a dedo de material sanitario a empresas fantasmas durante la pandemia, o las violaciones a menores bajo el amparo de Mónica Oltra. Todo sea por las subvenciones.
Teodoro decide que la única salida es cargarse a Ayuso expulsándola del partido. Dadas sus estelares intervenciones anteriores, muchos sospechan que es una nueva cagada, y esta puede ser descomunal. Y hay ostias a nivel interno (incluso se dice que literales en una ocasión). Ayuso decide echar leña al fuego, y se comenta que ha ofrecido a Casado retomar el pacto anterior y así ofrecer una imagen de reconciliación… a cambio de la cabeza de Teodoro. Nadie cree que lo diga en serio, y apuestan que solo quiere venganza, y luego no cumplirá su palabra. Pablo Casado cree lo mismo, pero empieza a plantearse si en cualquier caso, no sería lo mejor tirar por el precipicio a Teo y que se coma la mierda, a ver si cuela.
Y en esas estamos. Ahora mismo, a nivel interno, son muchos los que plantean a Casado que se eche a un lado. Pero este no quiere. Y Ayuso amenaza con presentarse entonces al Congreso Nacional, algo que Teodoro pretende evitar suspendiéndola incluso de militancia. Pero eso abriría la puerta a que Ayuso se pase a VoX (ha amenazado con ello, y Abascal estaría encantado, de ahí su silencio. Por que no olvidemos que antes que Ayuso, para Casado su principal amenaza es Vox, y esto les puede dar MUCHOS votos para las próximas generales. Pero me comentan que Ayuso preferiría fundar un nuevo partido en lugar de entrar en Vox. Es algo que está estudiando con cautela, porque sería un movimiento muy arriesgado y fragmentaría aún más a la derecha. En el PSOE se frotan las manos.
En fin, que la situación es un polvorín en llamas. Y el fuego más intenso está dentro del propio PP.
Claro, porque la directiva del partido lo ha hecho por transparencia y por un alto concepto de la moralidad y lo que es correcto.- un politico asigna a dedo un contrato en el que su hermano se lleva una buena tajada
- la directiva del partido lo sospecha, y se pone a investigar en privado para ver que ha pasado
- el politico se entera, y arremete contra la directiva del partido
De una comía de ayer de Manu con unos del pp
A ver si puedo recordar todo lo que me han contado, que ha sido mucho. No se trata de un relato fiel de los hechos, aunque no creo que difiera en exceso de la realidad porque explica muchas cosas y (sobre todo), porque conociendo como conozco como funciona el PP a nivel interno, es algo que personalmente ya sospechaba. Esto es solo una confirmación de que no soy el único que lo cree, y no solo creerlo… hay quien lo ha vivido, al menos en parte, y está largando.
La cosa viene de largo. Casado y Teodoro tienen una estrategia a largo plazo en la que confiaban plenamente: asumen que Pedro Sánchez no va a salir vivo de los efectos post-pandemia, y solo había que esperar, manteniendo un perfil neutro, para recoger las nueces del árbol sacudido y alcanzar el gobierno de la nación. Y aunque las cosas no están saliendo exactamente como esperaban, no les faltaba razón en que era una posibilidad muy plausible.
En esta carrera hacia la Moncloa, tenían un enemigo externo claro: Vox. De ahí su ataque furibundo en la moción de censura verde, y su alejamiento de cualquier contacto con ellos, al menos de cara a la galería. Estos movimientos cuentan con el beneplácito del PSOE, que también teme a Abascal, desde luego mucho más que Casado, al que consideran poco menos que un imbécil manipulable. Como casi siempre, parece que los estrategas de Sánchez no andan desencaminados en eso tampoco. Y el pusilánime de Pablo no duda en arrojarse en brazos del enemigo creyendo que así lamina a otro enemigo más fuerte. No será la única ocasión en que lo hace, pero ya entraremos en eso más adelante.
Pero de repente, surgen dos estrellas emergentes que plantean un potencial nuevo frente de batalla: Ayuso y Almeida. Cuentan con un enorme apoyo popular, y se atreven a desmarcarse (tímidamente al principio) de las líneas que marca Teodoro (el aspirante a Iván Redondo de Hacendado). A Casado empiezan a sonarle las alarmas, sobre todo porque hay previsto un Congreso Nacional en 2022 y ve peligrar su presidencia de gobierno. ¿Y si se presenta alguno de estos dos? Sabe que su popularidad se ha visto comprometida seriamente con su estrategia de mantenerse al pairo, y le asaltan las dudas. Así que el aparato del partido empieza a moverse.
En primer lugar (y esto no es una especulación), se reúnen con Feijoo. Este les da su palabra de que no piensa presentarse, siempre que Casado de un paso al lado dentro de unos años, en los que presumiblemente el país habrá remontado en lo económico gracias (de nuevo) al gobierno del PP. No tiene prisa, y no le gusta el riesgo. Ya en el pasado se echó a un lado porque no quería ponerse al frente en un momento delicado. Tiene tiempo, su posición en Galicia es inamovible, y prefiere esperar. Pero no perdamos de vista que lo que más motiva al gallego es tener los pies bien firmes en el suelo antes de dar un paso.
El siguiente movimiento es Almeida. Sorprendentemente, este resulta ser dúctil como la plastilina. Se pliega rápidamente a las condiciones que le plantean desde Génova: adhesión incondicional a Pablo Casado, obediencia ciega a Teodoro García Egea, y compromiso personal de no salirse de su ámbito: la alcaldía de Madrid. A cambio, le ofrecen continuidad en su puesto durante todo el tiempo necesario... y vista su predisposición, le insinúan la posibilidad de ser el próximo presidente del partido en la Comunidad. Almeida responde con entusiasmo a dicha opción y se pone a los pies de Casado, de Teodoro, y de sus respectivas señoras.
Pero ahora se enfrentan a Ayuso. Sus topos ya le han informado de la oferta a Almeida, y se siente atacada y ninguneada. Tiene un altísimo concepto de si misma (más de lo que la directiva nacional está dispuesta a aceptar), y saca las uñas. Exige un Congreso en la comunidad en el que los militantes decidan, y viendo el riesgo que ello supone para las promesas que han hecho a Almeida, se niegan. Y se instalan en la alegalidad en la que navegan desde entonces, según la propia normativa interna del partido.
En este momento, ven las orejas al lobo, y ponen a los fontaneros a trabajar. Investigan todos los contratos de la comunidad, las cuentas y propiedades de Ayuso, sus movimientos, y su pasado, hasta incluyendo sus multas de tráfico (no es broma). Luego la amenazan. En esa reunión, se habla de gritos que podían oírse en la calle. Hay quien afirma hasta tenerlo grabado en el móvil.
Pero Ayuso no es Almeida. No se achanta. Planta cara y se enroca en un punto: quiere ser presidenta del PP en Madrid y mantenerse en la Comunidad tanto tiempo como los madrileños la voten. Pero eso choca con las promesas hechas a Almeida, y Casado teme a Ayuso. Aunque esta le promete personalmente que no se presentará a la presidencia del PP frente a el (esto, de nuevo, no es una especulación, es un dato).
Teodoro parece aceptar el trato, y eso aplaca los ánimos por el momento. Pero bajo cuerda, promete a Almeida que el presidente será el. Solo necesita tiempo para derribar a Ayuso. Y empieza la famosa búsqueda de los detectives. Y no solo eso: contactan con Moncloa para pedirles ayuda. Saben que Sánchez teme a Ayuso casi más que ellos. Pero Egea no debió leerse de pequeñito la fábula de la rana y el escorpión. O no la asimiló. Aparte de que ese movimiento solivianta a mucha gente de la cúpula del PP, que se empiezan a plantear si no sería mejor idea desmarcarse de Casado antes de que la cague. No se sabe bien qué caramelo envenenado “vendió” el CNI a Casado, pero se sospecha a nivel interno que parte del pago fue ese voto “erróneo” en la ley de reforma laboral. Nadie se atreve a decirlo en voz alta, pero a nivel interno es un clamor.
Aunque esta no es la única cagada de Teo. Contacta con un despacho de detectives con una afinidad pública por Ayuso… para que investiguen a Ayuso. Estos no solo comparten esa información con Ayuso y Gallardón, es que hasta empiezan a grabar conversaciones y documentar los encuentros.
Ayuso, que tampoco es tonta, empieza a moverse y a tantear sus apoyos. Feijoo, que empieza a ver que Casado no es la apuesta segura que había creído, empieza a ver a Ayuso como sustituta de su cabeza de puente. Prefiere que se arriesgue ella en las generales, y más adelante recoger el testigo. Como pensaba hacer con Pablete, pero ya no da un duro por él. Y no es el único peso pesado que se sube al barco de Ayuso. Parece ser que hay una reunión “secreta” que se llevó a cabo fuera de Madrid, en la que la presidenta se compromete a presentarse al congreso nacional y disputarle la candidatura a Casado.
Y claro, obviamente esto llega a Génova, y cunde el pánico. Hasta se cita a Abascal para ofrecerle entrar en el gobierno de CyL y tener un golpe de efecto que distraiga de todo esto y afiance a Casado, pero Mañueco se niega (estuvo en esa reunión “secreta”). El gabinete de Pedro Sánchez empieza a mover sus hilos y amenaza con sacar el famoso dossier que incriminaría a Ayuso por lo de su hermano (éticamente, porque legalmente no hay NADA), y empieza a presionar a los medios para que le den caña. Hay que acabar con Ayuso y de paso laminar la imagen del PP, refrescar lo de que es un partido “corrupto” a toda costa. Y adelantar elecciones. El imbécil de Teodoro se lo ha puesto a huevo.
Isa, que se ve acorralada, decide quemar las naves y salir a dar la famosa rueda de prensa. Casado tiene un ataque de pánico y le aconsejan no salir a la palestra hasta tener una estrategia sólida y no aparecer lívido y tembloroso en los medios (dicen que daba grima verlo). Egea sale a disparar a todo lo que se mueva. Feijoo decide apostar por Ayuso y a ver que pasa. Juanma Moreno baja las velas y se queda al pairo a ver que pasa. Mañueco no quiere líos (como el mismo dice, “bastante tiene ya con lo suyo”). Almeida se caga y le corta la cabeza al pequeño Nicolás de pega. Y los medios, a lo que les han mandado, a atacar con furia porcina a Ayuso por una comisión mientras callan como bellacos los millonarios beneficios del padre de Pedro Sánchez, las asignaciones a dedo de material sanitario a empresas fantasmas durante la pandemia, o las violaciones a menores bajo el amparo de Mónica Oltra. Todo sea por las subvenciones.
Teodoro decide que la única salida es cargarse a Ayuso expulsándola del partido. Dadas sus estelares intervenciones anteriores, muchos sospechan que es una nueva cagada, y esta puede ser descomunal. Y hay ostias a nivel interno (incluso se dice que literales en una ocasión). Ayuso decide echar leña al fuego, y se comenta que ha ofrecido a Casado retomar el pacto anterior y así ofrecer una imagen de reconciliación… a cambio de la cabeza de Teodoro. Nadie cree que lo diga en serio, y apuestan que solo quiere venganza, y luego no cumplirá su palabra. Pablo Casado cree lo mismo, pero empieza a plantearse si en cualquier caso, no sería lo mejor tirar por el precipicio a Teo y que se coma la mierda, a ver si cuela.
Y en esas estamos. Ahora mismo, a nivel interno, son muchos los que plantean a Casado que se eche a un lado. Pero este no quiere. Y Ayuso amenaza con presentarse entonces al Congreso Nacional, algo que Teodoro pretende evitar suspendiéndola incluso de militancia. Pero eso abriría la puerta a que Ayuso se pase a VoX (ha amenazado con ello, y Abascal estaría encantado, de ahí su silencio. Por que no olvidemos que antes que Ayuso, para Casado su principal amenaza es Vox, y esto les puede dar MUCHOS votos para las próximas generales. Pero me comentan que Ayuso preferiría fundar un nuevo partido en lugar de entrar en Vox. Es algo que está estudiando con cautela, porque sería un movimiento muy arriesgado y fragmentaría aún más a la derecha. En el PSOE se frotan las manos.
En fin, que la situación es un polvorín en llamas. Y el fuego más intenso está dentro del propio PP.
Cuando salga de la política irá a alguna empresa privada a seguir currando, pero de verdad, no estilo Rivera.
No me doy de baja de Netflix porque lo tengo compartido, que si no…Como mola todo esto, coño.
Esto, después de la participación indirecta de Manu, me llama la atención. Cualquiera diría que Feijóo tiene toda la vida por delante, pero no es joven (60 años calza el muchacho), así que no creo que esté para dejar pasar por delante el cadáver de todos sus enemigos.
Vamos a ver..
Ayuso, 43 tacos. Con 33 entra en la Asamblea cuando Engracia Hidalgo pasa a ser secretaria de estado. Cifuentes la coloca primero de portavoz, y después de consejera de presidencia y justicia.
Ahora la ponéis por las nubes, le mete caña a todo lo que os huele mal (los separratas, los piojosos, los rojazos... ) y con eso os vale.
Su mejor logro, conseguir que la Comunidad de Madrid sea la región europea con mas exceso de mortalidad en 2020.
Pero libertad, terrazas abiertas y eso...