Resulta que la joven, Michelle Chapman (no confundir con esta otra Michelle Chapman, ojo), no había sido condenada a 20 meses de cárcel por proferir insultos contra su propia persona, sino porque esos insultos venían desde falsos perfiles de Facebook que ella mismo había creado. Esos perfiles, para más inri, eran de su padre y de su madrastra, a los que había denunciado anteriormente por sufrir “brutales ataques” en dicha red social debido a su sobrepeso.
De entrada, la policía dio total credibilidad a la denuncia de la oronda señorita Chapman. Sin embargo, posteriores investigaciones demostraron que las cuentas desde las que recibía insultos habían sido creadas desde el propio ordenador de Michelle. Ante la evidencia de los hechos, la Fiscalía solicitó el ingreso en prisión de la joven. El juez determinó que el periodo que tiene que pasar entre rejas es de 20 meses, ya que “quería convertir la vida de su padre en un infierno y buscaba vengarse de él por asuntos del pasado”. Según el magistrado, “algunas personas han sufrido mucha angustia como consecuencia de su malvado comportamiento”.