El post de Orson Welles

EL OTRO LADO DEL VIENTO (The Other Side Of The Wind, 1970-1975 -Orson Welles)


El último film de Orson Welles rodado durante de 5 años en los que el genial director americano consiguió intermitentemente financiación y que muchos tiempo después de su muerte ha sido finalmente completado gracias a la insistencia de algunos miembros del equipo que trabajaron con el, entre ellos el ahora conocido productor Frank Marshall.
"The Other Side..." es pues un film extraño, como un fresco, un primer corte que hubiera necesitado tal vez la revisión por parte del maestro y que ha sido construido como una especie de Frankenstein gracias a las notas precisas que el director americano fue escribiendo a lo largo del proceso del montaje que iba haciendo. Película muy autobiográfica , con John Huston como alter ego del propio Welles, centrada en el último día el rodaje de una película incompleta y la fiesta que organizan los productores para conseguir más dinero para financiar el film...Muestra una puesta en escena atrevida, moderna (Ojo al estilo de mezcla de cámaras y texturas del Oliver Stone de JFK, todo ya aparece aquí!) y es especialmente inolvidable por una secuencia de sexo en un automóvil, que me parece una lección cinematográfica de magnitud inusitada.
 
ME AMARÁN CUANDO ESTÉ MUERTO (They´ll Love Me When I,m Dead, 2017 -Morgan Neville)


Documental complementario al visionado de "The Other side of the Wind de Orson Welles, de hecho casi recomendaría ver este documental en primer lugar antes de ver la propia película, porque desvela alguna de las claves de la realización del film y de su producción tan larga, caótica y hasta hace poco inacabada...Por lo demás un documental interesante aunque para mi gusto alarga demasiado su parte final cuando yo creo que ya el meollo de la historia está más que explicado
 
A mí el documental me gustó mucho, y efectivamente recomendaría verlo antes de la propia peli...

Me pareció brillante como se alinea con la peli de Welles a la hora de narrar, en cuanto al montaje y a la forma de empalmar archivo para encontrar hilos. Me gusta mucho Morgan Neville, le dieron el Oscar por el de las cantantes de coro y tiene otros dos muy buenos sobre Mr Rogers y sobre Keith Richards (está en Netflix).
 
Alguien ha visto la versión reconstructed de Sed de Mal?

1 hr 35 min (95 min)
1 hr 51 min (111 min) (1998 alternate) (Germany)
1 hr 48 min (108 min) (1975 alternate) (USA)
1 hr 52 min (112 min) (director's cut) (USA)
1 hr 46 min (106 min) (DVD) (Spain)
1 hr 51 min (111 min) (restored)

Juraría que solo me he visto la mutilada...
 
De momento solo sale en USA y llevará 3 versiones: This 3-disc special edition features 4K restorations of three versions of the film: the Theatrical version, the Preview version and the Reconstructed version based on Orson Welles’ original vision.
 
Sobrepasado ese umbral de la modernidad cinematográfica que sería el comienzo de los años 60, El proceso es pura vanguardia del cineasta menos clásico de entre los clásicos, alguien que parece sentirse como pez en el agua llevando a imágenes el texto de Kafka y a su propio imaginario de luces, sombras y trampantojos, verdades a medias y moralidad de pronto retorcida y corrupta. Si la novela es una obra enigmática y sometida a mil interpretaciones, su adaptación no podía ser menos y Welles entrega, en consecuencia, un film laberíntico desde el primer instante, desde que Josef K es despertado con brusquedad, pero no a la vigilia ni a la cordura sino a un mal sueño producto de la fiebre, un eco distorsionado y exagerado de lo real, por mucho que la realidad tantas veces esté a dos pasos de las pesadillas kafkianas.


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El pobre protagonista, un Anthony Perkins que tiene algo de dibujo animado en su apariencia, vocabulario y gestualidad, es procesado por un supuesto delito del que nunca llega a ser informado, y todos sus esfuerzos por esclarecer el asunto y defenderse de la pretendida acusación no hacen sino hundirle más en los sucios engranajes de un sistema judicial al que sólo unos pocos privilegiados con influencias parecen tener acceso. O puede que sólo se trate de fantoches, farsantes tras una venerable y legal apariencia; aquí el actor-director se reserva uno de esos papeles a su medida, como es el del abogado ¿enfermo? Y para nada dispuesto a ser abandonado sin más por un cliente insatisfecho con sus servicios… Por otra parte, Josef no deja de ser otro déspota más en su pequeña parcela de dominio, o aspirante a ello, como lo demuestra la indiferencia hacia sus seres queridos.

La comedia bufa (la señora dormida en el teatro, el libraco de leyes con ilustraciones indecentes…), como muy en el fondo lo es el original literario, no está reñida con el puro terror, el thriller ni la atmósfera de cuento fantástico, orquestado como un suntuoso espectáculo visual de planos perfectamente calibrados, ángulos inestables, profundidad, montaje un punto mareante… en entornos entre góticos, escherianos y expresionistas, marcados por violentos contrastes lumínicos, gags absurdos, uso de espejos, de espacios muy amplios (con el añadido del “Adagio de Albinoni” y de toques jazzísticos)… todo el catálogo de recursos marca de la casa, es decir, que se funden en la forma con el inquietante fondo de una historia que habla quizá del poder. Y no sólo del poder burocrático, judicial, con mayúsculas, ni de la fuerza con que aplasta al tipo insignificante de a pie, sino del económico y laboral que diluye al empleado gris en su pupitre, entre la masa. Del sexo, que define relaciones, sean de pura posesión o de manipulación insidiosa, entre hombres y mujeres, todas ellas libidinosas, objeto de sospecha o incluso deformes. Los vínculos familiares, con un tío que sustituye al padre autoritario y ausente. La religión, y en definitiva, las relaciones humanas, siempre malsanas, interesadas y poco menos que masoquistas, de dependencia, pero son el mal menor en comparación con el terrible destino de querer “ir por libre”, de una ejecución cruel por un sistema que lo es hasta con sus propios subordinados (siempre una jerarquía y un chantaje). Todo forma parte del tribunal, el proceso es y se extiende a la vida misma en todas sus facetas.

(Atención a la chaqueta, codiciado trofeo de los policías, cómo se ve desprovisto de ella con violencia; después, le es entregada una que no reconoce como suya, y finalmente esta prenda acaba convirtiéndose en una especie de mortaja).

El sentimiento de culpa de Josef, que acaba hasta dudando de sí (esas miradas acusadoras de las niñas), sería el combustible que requiere la máquina infernal para continuar su funcionamiento. “Ante la ley”, la fábula que concentra el significado de la película (recreada mediante sencillas ilustraciones y la potente voz de nuestro hombre, por cierto) parece insinuar que estamos condenados de antemano, hagamos lo que hagamos ante esa autoridad incognoscible. O quizá que las consecuencias de no rebelarnos contra ello, contra ese absurdo, son terribles y por lo tanto ahí sí que tendríamos la culpa, lo cual convertiría el aparente dislate de Welles en una obra maestra del cine político y en una cruda metáfora, bastante en consonancia con su época, que en imágenes aisladas puede recordar a Antonioni, sus figuras incomunicadas, empequeñecidas en la distancia.


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