A ratos puede estar curiosa, pero a grandes rasgos mi impresión general es un MEH en toda regla y una falta de todo.
En líneas generales, un thriller con un puñado de gente encerrada durante gran parte del tiempo y con un montón de hijos de puta dispuestos a hacer mucho daño... nada soprendente y que no pase de ahí; la cosa queda, a mi juicio, en una propuesta más bien modesta en sus pretensiones y discreta en cuanto a resultados, el guión es un poco tontería y excusa para una serie B sangrienta, con ribetes de terror y de incomodidad, pero he notado que el director se hace la picha un lío para contarte una historia sumamente sencilla, y que debería hacerlo más eficazmente; lo que ocurre entonces es que pierde en impacto, por no decir que está todo sumamente desaprovechado, empezando por un villano con pretensiones de carisma que queda a medias (aunque se agradece ver a Charles Xavier metido a neonazi).
No me he parado a pensar si el detonante de toda la movida, ciertas reacciones de los personajes, el plan para incriminar a la banda... tienen sentido o no lo tienen en absoluto. Lo bueno, la visión realista y desapasionada sobre el tema de neonazis enfrentados a punks; los primeros, un hatajo de violentos que en el fondo sólo siguen a un líder y defienden lo suyo a la manera de una tribu, y lo segundos, una gente que tampoco es que sea trigo limpio. No hay personajes, éstos son chico 1, chico 2, chica, matón 1, matón 2... casi como un videojuego. El ser humano como puro animal agresivo, irracional, sometido a una violencia ciega y un tanto absurda, todo muy primario y muy elemental, sin apenas florituras (un par de momentos en plan “a qué huelen las nubes” que no me cuadran mucho).
La violencia, muy bruta. No llega al grado de festival “gore”, más bien es puntual y desagradable, por explícita.