Respuesta: "Gru, mi villano favorito / Despicable Me"
(
Despicable me, Chris Renaud, 2010)
Al Dr. Maligno le sale una familia
Uno de los rotundos taquillazos de la Universal fue, hace 3 años, esta pequeña pieza del género animado donde por más que se intente evitar siempre acaba influenciado por el sentimentalismo familiar. Pero hasta cierto grado es comprensible. Incluso bien mirado tiene cierta lógica empática. La base de esta historia no es que Gru, el villano en funciones quiera ser el malo más malo de la historia, sino las razones que le llevaron a ser malo. Una infancia frustrada, carente de estímulo enfático por parte de una madre ninguneadora, con la empatía por los suelos hacia su hijo y como la frustración de no poder haber alcanzado su sueño de ser un astronauta en ciernes acaba por volcar su rabia contenida y su desgracia al no recibir el cariño de su familia convirtiéndose en el malvado de la película.
"Gru, mi villano favorito", una especie de Annie del nuevo siglo, se acaba convirtiendo en una especie de manual para los padres solteros o en una guía paso a paso de como sobrellevar la crianza de los hijos. Pero claro, estando Universal detrás, una de las grandes majors de la industria cinematográfica decide rellenar los huecos que contiene el filme con gracias, chascarrillos y chistes visuales made in Dreamworks, quien parece tener la patente imperecedera para este tipo de humor y construir una historia que aún a trancas y barrancas logra ser bastante interesante en planteamiento y acomodada en resultado pero sin ser molesta. Gracias a ello se debe a unos secundarios creados única y exclusivamente para conseguir ser unos robaescenas como son los Minions (todos y cada uno de sus momentos son pequeñas píldoras cargadas del mejor slapstick, el golpe de efecto cómico logrado y la comedia bufa bien enfocada y entendida).
Incluso aún dentro de su envoltorio para todos los públicos se puede rascar cierta acidez y un punto de mala baba como esas niñas guardadas dentro de la caja de la vergüenza al no conseguir la cantidad de galletas necesarias, esas armas de tortura colocadas por toda la casa con ese golpe de impacto al creer que una de las niñas muere al ser traspasada o incluso no se aleja mucho de la situación económica actual al ser rechazado un préstamo bancario con un director de fisonomía casi diabólica. Pero esto, al fin y al cabo, es sólo una película para niños y así lo demuestra en todo momento la película como es la interacción de las niñas huérfanas con Gru, los momentos livianos como son los descacharrantes inventos (las galletas Boogie) o la visita al parque de atracciones. Lástima de un villano secundario que se excede en lo chirriante aunque su casa sea todo un acierto y un primer tramo al cual le cuesta encontrar el tono pero dentro del panorama actual, aún contando con los parámetros típicos para ser una película familiar en ciernes como ese cuento leído, no deja de ser un producto entretenido, bastante aceptable y sobretodo muy familiar.