Sería propio de un Gobierno de sainete salir con desenterrar a Franco y, que después, te lo metan en pleno centro de Madrid. No lo permitirían, pero donde queda el derecho familiar? Que mira... Ya sabemos que la Catedral de la Almudena no es un sitio del que sentirnos orgullosos. Podríamos decir que es insultantemente anticuada y llena de naftalina. No es un lugar, una vez dentro que inspire, sino que te lleva a los infiernos. No es un sitio del que sentirse orgulloso como madrileño, y además, una catedral no tiene que ser humilde, pero si una muestra de la devoción y la ilusión de una ciudadanía. En cambio, esta es... diríamos, ideada por gente muy rancia.
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