Hilo de CCAA y Ciudades

El problema de la indigencia mental y el pensamiento mágico. Seguro que incluso es vegana y está a favor de la homeopatía. Son un cliché con patas.
 
Me está dando en la nariz que el PP se está preparando el terreno para las generales buscando mayoría absoluta viendo la debacle de la izquierda. Eso sitúa a VoX en una disyuntiva. O se deja seguir insultando y menospreciando, o pone de una vez los huevos encima de la mesa. Y que el PP evalúe la probabilidad de poder ganar los comicios, y que no le sirva de nada sin el apoyo de VoX.

Los presupuestoa andaluces pueden ser una buena piedra de toque. Que manden a pastar a Juanma Moreno, y que no salgan adelante. Y que adviertan de que no van a tragar más con el maricomplejinismo de los populares. Ganarán muchos votos. Que el PP siga instalado en su fantasía de que va a recolectar los de los votantes desencantados del Podemos y PSOE.
 
El único que le echa cojones (de vez en cuando) en todo el PP. Si ponen a Ayuso como candidata, y a este de número dos en la lista, sacan mayoría absoluta.
 
  • Me gusta
Reacciones: Tim

Lo que teme Casado

Emilio Campmany

En la cruenta guerra en la que están enfrentados Casado y Ayuso no está en juego el candidato del PP en las próximas elecciones generales. Haga lo que haga la presidenta de Madrid, el candidato será Pablo Casado. Lo que está en juego es qué pasará si las pierde, que es algo bastante más probable de lo que las encuestas pronostican. Casado cree que se ha ganado el derecho a perderlas y seguir siendo presidente del PP y candidato en una tercera ocasión, como Aznar, que tuvo que perder las del 89 y las del 93 para ganar las de 1996. O Rajoy, que perdió las de 2004 y 2008 antes vencer en 2011. Cree Casado que a la tercera va siempre la vencida y es injusto obligarle a pasar el testigo en caso de perder en 2023. Piensa que, si Ayuso controla el PP de Madrid y arrasa en las elecciones autonómicas de 2023, como es lo más probable, Miguel Ángel Rodríguez tratará de moverle la silla para que la candidata del PP en las siguientes elecciones generales sea ella. Por eso, tiene el presidente del PP que impedir a toda costa que Ayuso esté en disposición de hacer eso si Sánchez le vuelva a ganar.

Sin embargo, se equivoca. Montando una trifulca con Ayuso, el único que pierde es él pues la imagen que da es de debilidad. Tampoco tiene sentido confiar en Martínez-Almeida, su opción alternativa a Ayuso. El alcalde puede desde la presidencia del PP de Madrid moverle la silla de Génova con casi tanta facilidad como Ayuso si, como es previsible, también barre en las elecciones municipales de la capital, que se celebrarán a la vez que las autonómicas. Si cree que Almeida es garantía de lealtad, es que es más ingenuo de lo que parece. El edil madrileño, traicionando a sus electores con el incumplimiento de la promesa estrella de su programa, demostró tener la sangre fría suficiente como para traicionarle también a él si se presenta la ocasión de optar a la Moncloa. Y, por último, si Ayuso arrolla en las autonómicas y Casado es barrido en las generales, lo de menos será que doña Isabel presida o no el PP de Madrid porque todo el partido será un clamor pidiendo que sea ella la siguiente candidata.

Es virtud del buen político aceptar la realidad y no empeñarse en que las cosas sean como a él le gustarían que fueran. Ayuso está más valorada que Casado entre su electorado y tiene algo de lo que él carece, que gusta a los votantes de Vox sin espantar a los del PP. A él le pasa lo contrario, que no atrae a los votantes de Vox y espanta a muchos del PP. En consecuencia, en vez de enfrentarse estúpidamente a ella, debería subirse a su tren y ver qué pasa. Que ella quiere dirigir el PP de Madrid, que lo dirija y a intentar ganar las elecciones de 2023 con su ayuda. ¿Y si Casado pierde en 2023? Pues si pierde, ya veremos. Lo que está claro es que no será presidente del Gobierno, ni en 2023 ni en 2027, a base de enfrentarse al mejor activo electoral que tiene hoy por hoy el PP. Alguien debería explicárselo.




No, señor Casado, no tiene derecho a suicidarse

Carmelo Jordá

En una situación normal, en un país normal me atrevería a decir, el futuro de un político concreto o de un partido me sería completamente indiferente. ¿Qué la derecha decide quemar sus opciones electorales a lo bonzo por estupidez, incapacidad o la razón que sea? No hay ningún problema: otro partido u otro político vendrán a llenar ese hueco, representar a esa masa de ciudadanos y llevarse esos votos.

Por desgracia España ha dejado de ser un país normal -al menos en el contexto europeo con el que debemos compararnos- y desde luego no vive una situación normal: con un Gobierno desastroso y liberticida y unos socios de gobierno cuya mayor aspiración es destruir la nación, con una crisis económica gravísima y un contexto internacional complicadísimo.

Así que la alternativa de poder real a ese desastre mayúsculo tiene ciertas obligaciones y ciertas urgencias: España no puede esperar otra legislatura a que el centro derecha se reconstruya o a que un grupo de idiotas deje de liderar la fuerza política con más opciones de desalojar a Sánchez de Moncloa. Es una lástima, desde luego, porque están demostrando que no se merecen el poder, pero aún merecemos menos los españoles tener a Sánchez desmontando el Estado de Derecho, hundiendo la economía y dando pasitos -¡o saltos!- a un nuevo régimen que sería un desastre.

Pero de seguir así, Casado, Teodoro y la camarilla de inútiles redomados que les rodea va a acabar suicidándose políticamente. No sé si por pura imbecilidad, si por maldad o si porque aunque todavía no se han convocado las elecciones ellos ya se ven ganadores y se comportan como si tuviesen una mayoría absoluta. Sea lo que se sea, se equivocan, la guerra que quieren desatar contra Díaz Ayuso sólo puede tener dos finales: o la presidenta de Madrid acaba siendo también presidenta del PP en Madrid y, ahí sí, desarrollando ambiciones que ha dicho mil veces que no tiene, o todo el partido vuela por los aires en una nueva humillación electoral.

Los dos escenarios acaban con Casado, Teodoro y su pandilla de esbirros fuera de la política, antes o después, pero sobre todo acaban con Sánchez una temporada más en Moncloa. Y eso es algo que España no puede permitirse.

Señor Casado, usted no tiene derecho a suicidarse políticamente y, menos aún, a inmolar su partido en la guerra interna más estúpida que han visto los siglos. Deje de hacer el idiota, deje de escuchar a los idiotas si es que ese es el problema, acepte que Díaz Ayuso es más simpática y tiene más carisma que usted y aprovéchese de ello, conviértala en lo que naturalmente es: un estandarte de su proyecto. Deje de hacer oposición a la oposición, en suma, y hágasela al peor gobierno del último medio siglo.

Señor Casado, de verdad, a mí su futuro como presidente del PP e incluso el de su partido me resultan indiferentes, pero no puede hacerle esto a España, tiene usted una responsabilidad, así que actúe de una puñetera vez como un político
 
Como dije en otro post, Barcelona no es Mad Max (salvo barrios de mierda como cualquier gran ciudad), pero Madrid está mucho mejor.
Aquí se protege al delincuente por motivos extraños de que la gente con mala conciencia cree que deben protegerlos aunque son más pobres que las ratas y votan a una idiota llorona.
 
Arriba Pie