Pensaba que me iba a costar más encontrar uno, pero en realidad me ha costado más decidir qué modelo de iPad era el más interesante que localizarlo.
Y vender mi iPad Air de 3ª generación ha sido también muy fácil, así que ya tengo la actualización completada. Ya sabéis que en general, mi estrategia con los productos de Apple es no apostar por la última generación y a poder ser comprar usado en muy buen estado para que las actualizaciones tengan un precio muy razonable.
Finalmente he decidido estirarme un poco y apostar por un iPad con procesador Apple Silicon, igual que he hecho con la actualización del MacBook , y es que la combinación de potencia y autonomía que ofrecen el M1 y el M2 son impresionantes.
Quizá me equivoque, pero viendo que el procesador M1 que monta este iPad es el mismo que el de los MacBook, pienso que en algún momento alguien - ¿quizá Apple? - se planteará poder usar macOS en un iPad, que combinado con una funda con teclado y trackpad, realmente lo convertiría en un portátil de verdad, igual de potente que un MacBook Air M1, que es mucho decir.
El modelo elegido ha sido un iPad Pro de 3ª generación, con pantalla de 11", procesador M1, conectividad Wi-Fi + Cellular, 128GB de capacidad y en color gris espacial.
Un equipo con un rendimiento que se me antoja excesivo para el tipo de dispositivo que es y siguen sacando M2 y lo que venga. Geekbench 6 en mi anterior iPad Air de 3ª generación puntuaba 1306/3080, y en este nos vamos a 2313/8505 que supone un 77% más en single-core y un 276% más en multi-core, no tan lejos de mi MacBook Air M2 que puntúa 2615/10049. Curioso que mi iPhone 14 Pro supere a los dos en single-core con 2655/6979.
Lo hubiera preferido con 256GB, pero 128GB es más que suficiente si tienes un conector USB-C compatible con Thunderbolt / USB 4.
A los que usen Android les parecerá un chiste, pero ahora puedes conectar un pendrive y acceder a su contenido con la aplicación Archivos o con las aplicaciones que lo soporten. Lo he probado con Infuse y va perfecto, y mi necesidad de espacio extra venía sobre todo porque cuando me voy de viaje me llevo películas o series, y ahora me las puedo llevar en el pendrive, que es incluso mejor solución si lo quieres usar en otro dispositivo.
La pantalla
Liquid Retina es excelente, aunque es de tecnología LED IPS y no Mini LED como el modelo de 12,9". Por su nombre, en teoría debiera suponer un paso adelante con respecto a la pantalla
Retina a secas que tenía mi iPad Air de 3ª generación, pero ahí no veo tanto salto salvo el sistema
ProMotion, que es como Apple llama a una frecuencia de refresco de 120Hz y que sí que se nota, pero no tanto.
La tecnología del panel es la misma en ambos, LED IPS retroiluminada y completamente laminada, la resolución es idéntica y solo varía porque es un poco más alto (2388x1668 frente a 224x1668), la densidad de pixel es idéntica con 264 ppp, el brillo máximo mejora de 500 a 600 nits, ambas tienen TrueTone para adaptar la temperatura de color y el brillo a luz del entorno, y ambas tienen una colorimetría fantástica soportando el espacio de color DCI-P3 al completo.
Es una pantalla fabulosa, pero también lo era la de mi anterior iPad.
El color el mismo que el de mi MacBook Air M2, el gris espacial es mi favorito porque disimula bastante bien las huellas y me parece más discreto que el plata. En la parte trasera tiene un módulo de cámaras utilizaré tanto como en el anterior, nada de nada. Una gran angular de 12Mpx f/1.8 y una ultra gran angular de 10Mpx f/2.4 y 125º de visión, con estabilizador, zoom óptico 2x, capacidad de grabar vídeo 4K.
La cámara frontal sí es un buen avance que utilizaré para videollamadas, y al igual que con el MacBook Air M2, aquí por fin el vídeo es 1080p. Es una lente gran angular de 12Mpx, f/2.4, y 122º de campo de visión, con modo retrato, HDR y Center Stage para seguirte y que quedes centrado.
En el frontal incorpora también FaceID como sistema de reconocimiento y es un gran paso para evitar tener que pulsar el TouchID cada vez que tienes que identificarte. Funciona muy rápido, aunque como está en el lateral superior, es fácil taparlo con la mano si estás manejando el iPad en horizontal. Supongo que será cuestión de acostumbrarse, pero me ha pasado bastantes veces.
La conectividad es top, con Wi-Fi 6 802.11ax y 5G, y el sonido es buenísimo, sorprendente para un equipo tan delgado. Lleva dos altavoces en la parte superior y otros dos en la inferior que quedan a la izquierda y a la derecha de la escena si lo usas en formato apaisado, que es como normalmente consumo el contenido, pero que quedará un poco raro si lo usas en vertical.
Cuando me lo llevo de viaje, el iPad hace la función de un portátil y para eso necesito una funda con teclado. En el iPad Air de 3ª generación usaba el Smart Keyboard de Apple que era un teclado que protegía solo el frontal, pero ahora la versión actualizada de Apple lleva teclado, trackpad y unos imanes para que se pegue el iPad que deben ser de Adamantium, porque piden nada menos que 369€ por él y además no me parece la mejor solución.
Después de ver opciones y con el buen recuerdo que tengo de la que funda teclado que usaba en el iPad Pro de 10,5", he encargado una Logitech Combo Touch que proteje el iPad perfectamente y lleva un teclado con trackpad con teclas retroiluminadas que echaba de menos en el Smart Keyboard cuando estás a oscuras. El teclado es magnético y se puede retirar fácilmente para cuando lo quieres usar como una tablet, y a diferencia del Magic Keyboard, cuando lo retiras no dejas sin protección al iPad. Además en la parte trasera tiene una copia del sistema de soporte abatible de la Surface Pro que te permite ajustar el ángulo para apoyarlo con mayor o menor inclinación. Y está acabada en tela, que es muy agradable al tacto.
Este iPad Pro M1 es compatible con el Apple Pencil de 2ª generación, que supongo que acabará cayendo, pero no tengo prisa y esperaré a que surja una buena oportunidad. Los 149€ que piden por él me parecen un disparate, y también los 95€ del nuevo modelo con USB-C que saldrá pronto y que eliminan la sensibilidad a la presión, que es una de las gracias que tiene el lápiz.