Atreyub
En busca y captura
Respuesta: Jacques Tati
Bueno, pues mi primera incursión en el universo de Tati. Y que mejor forma de hacerlo que por algo pequeño. Como bien dijo Nilsson (no se me ocurre mejor personaje): Goofy es Tati y Tati es Goofy.
Escuela de carteros
(L'école des facteurs, 1947)
Divertido cortometraje de apenas 14 minutos donde Tati recurre al humor físico para realizar un sencilla pero directa historia donde el fin es casi lo de menos. Mientras tanto hemos acudido a un sinfín de locuras bien realizadas y rematadas, todo envuelto en el mejor slapstick que un cómico puede ofrecer y donde la situación cotidiana tiene fundamento. Con un humor bien plasmado, divertido y que logra conseguir su cometido Tati recurre en muchos casos a esa sensación de cotidianeidad, aderezada de credibilidad y realismo patente para hacer un corto comedido y a la vez consecuente.
Momentos impagables tiene a patadas: el traspaso de la frontera, la cuerda de la campana, ¡la mesa surgida de la camioneta (imposible no reirse), la persecución de la bicicleta (parando justo en el bar - chapó) sin olvidarnos de un elemento clave en todo cómico gestual que se precie: esas dotes interpretativas que dotan a un simple baile de todo un cúmulo de fisicalidad divertida, afable y amena. Ver a Tati adelantar a un Tour como si nada pasase, con ese temple que sólo tienen los franceses a la hora de actuar, no tiene precio.
Lo mejor de todo es que Tati crea un personaje cercano, un personaje creíble, dotando a su personaje de la calidad y credibilidad necesaria para tener voz y dotes por sí mismo. Un auténtico Goofy en potencia. Imprescindible en la comedia universal. Aparte de meterle un ritmo, una planificación y un aspecto visual realmente convincente y adecuado. Espero (y deseo) que siempre sea así porque mejor forma de conquistarme no hay.
Bueno, pues mi primera incursión en el universo de Tati. Y que mejor forma de hacerlo que por algo pequeño. Como bien dijo Nilsson (no se me ocurre mejor personaje): Goofy es Tati y Tati es Goofy.
Escuela de carteros
(L'école des facteurs, 1947)
Divertido cortometraje de apenas 14 minutos donde Tati recurre al humor físico para realizar un sencilla pero directa historia donde el fin es casi lo de menos. Mientras tanto hemos acudido a un sinfín de locuras bien realizadas y rematadas, todo envuelto en el mejor slapstick que un cómico puede ofrecer y donde la situación cotidiana tiene fundamento. Con un humor bien plasmado, divertido y que logra conseguir su cometido Tati recurre en muchos casos a esa sensación de cotidianeidad, aderezada de credibilidad y realismo patente para hacer un corto comedido y a la vez consecuente.
Momentos impagables tiene a patadas: el traspaso de la frontera, la cuerda de la campana, ¡la mesa surgida de la camioneta (imposible no reirse), la persecución de la bicicleta (parando justo en el bar - chapó) sin olvidarnos de un elemento clave en todo cómico gestual que se precie: esas dotes interpretativas que dotan a un simple baile de todo un cúmulo de fisicalidad divertida, afable y amena. Ver a Tati adelantar a un Tour como si nada pasase, con ese temple que sólo tienen los franceses a la hora de actuar, no tiene precio.
Lo mejor de todo es que Tati crea un personaje cercano, un personaje creíble, dotando a su personaje de la calidad y credibilidad necesaria para tener voz y dotes por sí mismo. Un auténtico Goofy en potencia. Imprescindible en la comedia universal. Aparte de meterle un ritmo, una planificación y un aspecto visual realmente convincente y adecuado. Espero (y deseo) que siempre sea así porque mejor forma de conquistarme no hay.