Respuesta: Jacques Tati
Crítica en dos partes porque hay mucho que comentar de Play Time.
Primera parte
La filmografía de Tati, si se me permite, podría verse como una historia escalonada en sí misma. Empieza con algo festivo, muy cercano. "Un día de fiesta", con las costumbres de un pueblo y todo lo que envuelve los quehaceres cotidianos de ese lugar. Pasaríamos a "Las vacaciones del Sr. Hulot" y ahí volvemos al costumbrismo y la cercanía de gente anónima que acaba conociéndose en un lugar concreto. El paso siguiente sería "Mi tío" y aquí empezaríamos con los contrastes de la gente sencilla de barrio contraria a la gente de ciudad (y para más inri de la zona alta). La sencillez del pueblo frente al alto standing de las grandes urbes.
"Playtime" es el paso siguiente de esta cadena de grandes títulos. Pero por extraño que parezca la película es, hasta la fecha, el filme que más exige por parte del espectador/cinéfilo. Un filme contemplativo en todas sus virtudes y exposiciones. Dividida en 6 episodios y cada uno como si de una escena completa se tratase. De ahí se desprende que el montaje debió ser arduo y difícil. Y cada episodio representa un lugar concreto de la gran ciudad París, emplazamiento que siempre irá ligado al romanticismo. En este caso Tati/Hulot será un elemento distante, siendo más un secundario junto con un grupo de turistas americanos.
Hulot, vestido con gabardina larga, sombrero, larga pipa y paraguas no hará acto de presencia de inmediato dándole mayor énfasis o enfoque a los decorados y para mayor implicación a la cámara, siendo esta la que capte la magnitud del lugar y la perspectiva, donde el plano general será el plano perfecto, donde todo tiene cabida y por ende una colocación milimétrica siendo una representación de la soledad del individuo y a su vez una plasmación concreta de la mecánica rutinaria del hombre para el trabajo.
Tati es una especie de hilo conductor para cada escena. Empezando por la primera toma no sabemos qué es o qué representa hasta unos minutos después. Puede ser una sala de espera de un hospital, una estación de trenes, una oficina del gobierno o un aeropuerto como veremos después. Lo más llamativo de toda la película es la simetría del lugar representado, como todo está en un orden impactante siendo además una crítica hacia la frialdad de los sitios consiguiendo que no haya calor humano, compañerismo o simplemente cercanía entre las personas.
Quizás el filme más experimental hasta la fecha donde Tati juega con los sonidos, la cámara y casi la ausencia de diálogos, dejando que sean las situaciones y las acciones de los personajes los que hablen por sí mismos. Incluso las pocas frases que hay en la película se convierten en muchos momentos en casi murmullos inteligibles. La arquitectura moderna, compleja y a su vez distante, es el centro de atención en la gran mayoría del metraje y queda patente en casi todos y cada uno de los episodios.
¿Significa eso que no hay comedia? Todo lo contrario. Hulot, personaje de cordialidad y educación exasperante en muchos momentos, se vale de su inocencia y su ignorancia para jugar con los estereotipos y las formalidades para acabar desmontándolas. Sin ir más lejos las 2 siguientes escenas, la de las oficinas / la exposición de invenciones, es muestra clara de como el personaje no encaja en esa frialdad y esa mecanización. Todo automatismo que se crea para, supuestamente, hacer evolucionar al ser humano (los interfonos / ascensores / maquinaria, etc.) son elementos que no están hechos para su vida, como ya se empezaba a ver en "Mi tío", una de las mejores críticas al respecto.
Los efectos sonoros lo son todo en esta película, dándole mayor efectividad a movimientos y acciones consiguiendo ampliar el patetismo de algunas situaciones concretas como los sofás, las puertas, los interfonos, los pasos o los ascensores. En este caso concreto Tati es más comedido en su particular humor bufonesco y aún sin acentuar su patetismo deja constancia que cualquier lugar es bueno para dar pie a situaciones divertidas como la persecución por el edificio de oficinas o romperle las gafas a un gerente por ser demasiado educado.
Pero la crítica no sólo recae en la fría y minimalista exposición del lugar, demostrando que París no es tan romántica y colorista como pudiese parecer, sino que también se guarda un as en la manga para la crítica hacia como la tecnología aisla a las personas y aunque les da mayor libertad se convierten en personas mudas, al no compartir vivencias ausentándose en relacionarse entre sí. La tercera escena así lo expone y recurre a un plano general perfecto. Como si de un 13 Rue del Percebe se tratase, los pisos del edificio son un claro ejemplo de ello. Podemos contemplar como todos los habitantes están realizando la misma labor: ver la tele sin mantener contacto con sus familias. Todos realizan automáticamente el mismo gesto. El único que desentona es Hulot. No oimos ningún diálogo, el sonido ambiental habla por ellos, no hay conversaciones, no hay intercambio, todo está mecanizado.
Una vez más, el sonido será el sustituto de cualquier frase o diálogo. Es un elemento más que en este caso se torna imprescindible. El cine silente por bandera dejando paso a que sea los sonidos los únicos que hablen por los personajes. Pero Tati es inteligente. Y sus sentimientos siempre están enfocados hacia la alegría y la diversión en contraste con la frialdad del snobismo. Y el penúltimo episodio será clave en este caso. Un guateque en toda regla. El lugar: un local de fiestas que aún no está terminado pero da igual. Así la comedia, el enredo y la situación serán más factible para que el humor, el slapstick y el jolgorio sea el contraste perfecto.
- prosigue en el próximo post -