Jazz - Audiciones

Louis Hayes - Lou's Idea



Louis Hayes---batería
Mulgrew Miller---piano
Steve Nelson---vibráfono
Abraham Burton---saxo tenor
Santi DeBriano---contrabajo


American Showplace Music, 2010.


Dentro de los baterías de mucha calidad, con mucho tiempo en el mundillo, pero ciertamente desconocidos, hoy me atrevo a proponer esta entrada, dedicada a Louis Hayes.


Louis Hayes viene a ser un caso en ciertos aspectos bastante similar al de Altschul, que veíamos en una entrada anterior; se trata de un batería que ha trabajado con una cantidad interminable de artistas de primer nivel, siendo fácil verlo en las listas de las bandas de Coltrane, Henderson, Tyner, Oscar Peterson y muchos otros, pero nunca ha sido destacado ni excesivamente conocido para el gran público. El simple hecho de figurar como integrante de todas esas bandas de músicos legendarios da una idea clara de la calidad que atesora y que además lo sigue poniendo de manifiesto en los trabajos que tiene como líder y conductor, que afortunadamente se alarga con un nuevo lanzamiento en este 2014 que ya veremos.




Este disco de hoy mantiene las mismas características de muchos que ya han pasado por aquí, en cuanto a tratarse de otro de esos trabajos muy rítmicos y dinámicos, bastante desenfadado y sin pretensiones de querer adentrarse en aventuras arriesgadas.

Hayes no es de ese tipo de músicos que se empeñan en querer ir más allá y queda constancia rápidamente de ello, con una obra que tiende más hacia la ortodoxia y la elegancia, lo cual la hace apta para quienes pasan ya de fusiones a terrenos más metidos en un jazz más reconocible; es también de esos de querer mover continuamente los pies y que contagia alegría, donde nos encontramos una interpretación sin momentos solistas, con un grupo muy compacto, que casi en ningún momento se separa y se toca al unísono, con un tandem Hayes- DeBriano sosteniendo rítmicamente todo el conjunto. Destacar dentro del presunto anonimato de alguno de los participantes, a un pianista ya consagrado dentro del género como lo fue el recientemente fallecido Mulgrew Miller y la buena labor del vibrafonista Steve Nelson.




Portada nuevo disco de Louis Hayes este 2014


En cuanto a los temas y al margen de algunos propios de Hayes, espacio para una balada y algún momento de tranquilidad, con tiempo para rememorar a Cedar Walton y a Mal Waldrom...y un tema de cierre fabuloso en forma de dedicatoria a Carmen McRae.

No os perdáis tampoco la versión fenomenal que se hace de "Say a Little Prayer" de Aretha Franklin a mitad del disco.

Otro de los que os va a gustar seguro...
 
Chris Potter 10 - Song For Anyone


Chris Potter---saxo tenor soprano
Erica von Kleist---flauta
Greg Tardy---clarinete
Michael Rabinowitz---fagot
Mark Feldman---violin
Lois Martin---viola
David Eggar---violoncelo
Steve Cardenas---guitarra
Scott Colley---contrabajo
Adam Cruz---batería & percusión


Sunnyside Records, 2007.


Si ya hemos visto a muchos nombres que no suenan conocidos nos faltaba, siendo uno de los grandes descubrimientos de los últimos años dedicarle algún disco a alguien como Chris Potter. Seguro que vendrán otros porque Potter se mantiene bastante activo -con nuevo disco incluido el pasado año - pero de momento y por variadas razones, entre las que se encuentra principalmente el que sea un disco soberbio, el turno es para este.



http://www.whitworth.edu/Academic/D...e/GuestArtists/~Images/Photos/ChrisPotter.jpg



Ya en el título del disco, el número que se refleja parece que deja entrever algo, puesto que el "10" que vemos hace referencia a una banda de 10 músicos interpretando 10 temas compuestos por Potter para pequeños ensembles a los que se le suman cuerdas, en una asociación que es otra de las variantes que presenta el género, que por norma resultan altamente disfrutables y que consiguen también una alta dosis de espectacularidad, que a veces se hace necesaria.




Eso es precisamente lo que nos encontramos: Un cuarteto sin piano formado por batería contrabajo, guitarra y saxo, con Colley otra vez ahí al cual se le añade media docena de artistas, los cuales nos permiten escuchar cuerdas (viola, violín, celo) más otra sección de viento, con un instrumentos de difícil presencia en el género como es el caso del fagot y ya algo menos en flautas o clarinetes. En definitiva, un cuarteto y dos secciones..

El disco sigue por la senda marcada por la originalidad y creatividad en muy alto grado que aquí llevamos a gala, al cual hay que añadirle un marcado carácter melódico otorgado por la profusión de tanta instrumentación, pero también muy heterodoxo por el carácter de los temas y la interpretación que de ellos se lleva a cabo.


Destacar en ese sentido la enorme suerte de combinaciones que se dan cita, que van desde un Potter excursionando, con todo el grupo arropándole, hasta enfrentamientos entre las diferentes secciones, con la percusión haciendo de pacificador, pasando por situaciones en las que las secciones se hermanan y actúan de maestras de ceremonias para otorgar el protagonismo a la otra y como denominador común en el transcurso del disco el que todo esté deliciosamente engarzado, sin fracturas ni desequilibrios que se interpongan en el disfrute del oyente.

Como contraste y para acabar, no os perdáis el aire country del tema que cierra el disco, que mezclado con tanta y tan variada instrumentación crean un ambiente único...

Un muy...muy buen disco que sin duda merece estar aquí...
 
Kenny Werner - Lawn Chair Society




Kenny Werner---piano, teclados & efectos de ordenador
Dave Douglas---trompeta
Chris Potter---saxo tenor & clarinete bajo
Lenny Picket---flauta dulce
Scott Colley---contrabajo
Brian Blade---batería


Blue Note, 2007.


Si en las poco más de 60 entradas hemos hecho referencia ya a Brian Blade, a Scott Colley, a Dave Douglas y en última instancia a Chris Potter, que además forma parte del plantel junto a Dave Holland en "Critical Mass" que ya consta en la lista de títulos de Jazzmaxx

¿Por qué no ponerlos a todos juntos bajo la dirección de Kenny Werner?

¿Es eso posible? ¿Se podría conseguir reunir a ese plantel?

La respuesta como habéis leído en lista de protagonistas es que si. En el mundo del jazz donde por regla general hay compañerismo, camaradería y colaboración desinteresada casi todo es posible. Todo ello lo ha conseguido Kenny Werner, que además de ser un fabuloso teclista, también destaca en su labor como compositor.






Por norma, cuando el proyecto es formidable y los artistas son de esa misma condición, el resultado no puede ser otro que un disco fuera de parámetros, el cual además parece no haber pasado desapercibido habiendo sido bendecido como uno de los mejores discos creados en este nuevo siglo.

Sin ir tan lejos como los especialistas, para mí hay sobradas razones para calificarlo así y es que"Lawn Chair Society" es mucho más que un buen disco. Es un ejemplo perfecto de evolución, de jazz moderno ..de todo lo que me ha movido a enfocar el blog bajo esa vertiente concreta, donde obedeciendo la batuta de Werner, un grupo de estrellas, en un alarde de compañerismo, se afanan en dar forma a una banda sonora completísima, con momentos para todos los gustos que colmarán casi todas las expectativas...desde el que se inclina por introducir sonoridades actuales e innovación -Werner se vale de sintetizadores, pianos eléctricos y demás artilugios electrónicos, además del piano- como las de aquel que aboga por mantener la tradición de una supremacía de elementos acústicos sobre los eléctricos.

Aquel que prefiera que haya momentos de distracción para mover pies también se verá recompensado, puesto que hay varios actos del disco en el que el grupo se introduce en territorio funk con muy buenas maneras; a quienes esperaban cierta tranquilidad y sosiego también les llega sus minutos de gloria en forma de un par de baladas de exquisita factura, de la misma forma que también lo es el tema de cierre de inequívoco sabor étnico.



Los amantes de las combinaciones se podrán imaginar que con el plantel existente, los diálogos entre instrumentos iban a ser inevitables y no se equivocan; a lo largo de prácticamente todo el disco, estas se suceden en todas las formas y maneras posibles, que pueden ir desde las asociaciones Douglas-Potter, hasta Werner-Colley, pasando por Blade con cualquiera de ellos...¡¡e incluso cualquiera asociado con efectos orquestales, futuristas provenientes de la electrónica asociada al grupo!! En ese sentido, dentro de las "combinaciones imposibles" reseñar la existencia de un par de cortos en los cuales los instrumentos acústicos encuentran su espacio en un ambiente muy "robotizado" creado por efectos de ordenador.

¡¡¡Simplemente genial!!!!

El disco es apto para cualquier público, dada la enorme variedad, lo heterodoxo y la inventiva del que hace gala. El sonido colabora lo suyo en aumentar el disfrute aún más si cabe.

Si hay una isla más desierta y más lejana que la típica isla desierta donde a los amantes de la música se nos ha planteado ir alguna vez y llevarnos discos, este es de los elegidos que deben ir allí.
 
Daniel Schnyder & Kenny Drew Jr Quartet - Da Skale



Kenny Drew, Jr.---piano
Daniel Schnyder ---saxo soprano &; tenor, flauta
Gilad Heskin---percusión
Raetus Flisch---contrabajo
Toni Renold---batería


TCB Records, 2003.


Si en la última entrada fue Kenny Werner, ahora le toca el turno a Kenny Drew Jr. que junto a Daniel Schnyder dan forma a otro grande del año 2003.

Como habréis podido deducir por la fecha de realización, estamos hablando del hijo de Kenny Drew, otro de los grandes pianistas del género durante casi 50 años, el cual influenciado por este intenta mantener de alguna manera el estilo, aunque a mí me parece que es más sobrio y menos espectacular que lo que lo fue su padre, al menos en lo que he podido escuchar de ambos. En cualquier caso hablamos siempre de un pianista con una calidad muy alta, con margen para aumentar su dilatada trayectoria.


Por el otro lado nos encontramos a Daniel Schnyder, un saxofonista ciertamente desconocido, más metido en su papel de compositor y dueño de un estilo muy peculiar, a caballo entre la chamber music y el avantgarde, colaborando con gente de la talla de Abdullah Ibrahim, para el cual arregló el fabuloso "African Suite" de una belleza sin parangón, que os recomiendo desde ya.


Daniel Schnyder

En este caso, Schnyder se ha desmarcado de todo eso y junto a Drew y resto de cuarteto -con doble percusión y contrabajo- se embarcan en un disco ciertamente melódico y bastante rítmico en el que participa activamente con flauta, soprano y tenor en un recorrido que va desde la música folk al post bop, pasando por etnias, baladas, hasta casi parecer que en ciertas fases existe una cierta tendencia rockera. Prestad atención al tema 4 y la versión que se hace del archiconocido "Roxane" de The Police.

Un disco donde los protagonistas tienen la facultad de adaptarse perfectamente al estilo y espíritu de cada tema, donde de igual manera disfrutamos a un Drew siempre elegante, con mucho swing o sosegado según el momento requiera, como a un Schnyder alegre y dicharachero e incluso a veces más intenso y agónico -con semejanzas en algunos instantes a Shepp- mientras que la sección rítmica funciona fabulosamente, con momentos de espectacularidad con percusión bastante acusada.



Kenny Drew Jr

Me parece extraño ver a Schnyder metido en este tipo de obras, cuando resulta que en el estilo en el que se mueve es diametralmente opuesto, pero realmente he de decir que las composiciones y trabajo interpretativo aquí tanto suyo como del resto es sobresaliente.

Disco autorizado para todos los públicos, con algo más de una hora de gran música. Recomendado...
 
Ray Anderson - Blues Bread In The Bone




Ray Anderson---trombón
Mark Dresser---contrabajo
John Scofield---guitarra
Anthony Davis---piano
Johnny Vidacovich---batería


Enja, 1998.


Puede que tal vez el trombón sea el instrumento de sonido más peculiar y sugerente de los que podemos encontrarnos de manera medianamente habitual en un disco de jazz y ahí Ray Anderson es uno de los reyes indiscutibles



http://thumbs3.ebaystatic.com/d/l225/m/mjVwZQkk6JBC9p9WbLmHjrg.jpg

Observando en el cartel lo primero que se nos ocurre pensar es que no estamos ante un disco cualquiera y efectivamente así es. Un disco donde si bien ya nos desmarcamos un tanto con respecto a los dos anteriores no está carente de ritmo y movimiento en bastantes fases del mismo.

Cabe destacar que como es de esperar en alguien de su calidad, nos encontramos a un Ray Anderson en muy buena forma, mostrando maneras en una tarea bastante difícil, puesto que además de echarse el grupo a sus espaldas, no cuenta con el respaldo de una sección de viento detrás y debe hacer de un instrumento secundario en la mayoría de ocasiones, un auténtico protagonista casi de manera constante. No importa...es tal la cantidad de matices que podemos apreciar, el poder de transmisión que el sonido de propio instrumento ofrece y la calidad interpretativa global, con unos protagonistas, cuya labor, bien acompañando o protagonizando cortos e intensos episodios -sobre todo Scofield o Davis, que son dos seguros de vida en cualquier disco en el que intervengan, con la complicidad en forma de apariciones estelares del bajista Mark Dresser, con un Davis algo más tapado- que el tiempo de duración se hace excesivamente corto..




Un trabajo que además de ameno e incluso divertido y dicharachero, como el propio título indica, emana en ocasiones puntuales un cierto regusto a blues y donde tampoco se echa de menos algún momento de pausa dedicados a la sensualidad de alguna balada o espacio para rememorar, versionando de manera diferente algún estandar.



En ese sentido si llegáis a escuchar el disco, no os perdáis la versión que Anderson hace de "Mona Lisa" de Nat King Cole, que a mi me ha parecido francamente buena y muy original. Apetece escuchar y comprobar como a veces "soltarse el corsé" que atenaza el tener que respetar un tema de mucho peso específico es admisible e incluso hasta conveniente.

Los puristas me querrán prender en la hoguera, pero a mi irreverentemente me gusta mucho -me encanta- la versión de "Mona Lisa " del disco.

No es el trabajo más profundo de Anderson o donde este muestra mayor virtuosismo e incluso no es el más purista o clásico dentro del estilo, pero si es uno de los que transmite mucho y esa característica hace que merezca la pena que lo escuchéis.

En definitiva, un trabajo de muy buen gusto que es apto para que cualquier aficionado, incluyendo a los que empiezan, puedan disfrutar de lo que un artista en estado puro y un instrumento de los considerados como no habituales pueden llegar a dar de sí.

Estoy convencido de que nos os defraudará.
 
Terri Lyne Carrington, Adam Rogers, Jimmy Haslip & Greg Osby - Structure




Adam Rogers---guitarra acústica & eléctrica
Greg Osby---saxo alto
Jimmy Haslip---bajo
Terri Lyne Carrington---batería, percusión & voz


ACT, 2004.


Cambiando un poco de tercio, aunque manteniendo la calidad, le llega el turno a esta entrada, disco que me ha gustado mucho también.

Fijándonos en el cartel ya empezamos a tener referencias bastante fiables de estar ante un trabajo donde la calidad interpretativa parece bien atada, aunque he de reconocer que no sea Haslip santo de mi devoción, pero que aquí se acopla bien a los temas y cumple sin desmerecer en el desarrollo de los mismos; en cualquier caso unos músicos -excepto Osby, que evidentemente si que está muy arriba en el escalafón- que si bien no forman parte del elenco de máximas figuras en sus respectivos instrumentos, si son de contrastada solvencia.



Siempre hay que añadir como nota destacada cuando se encuentra en el elenco de protagonistas la participación de Terri Lyne Carrington, una de las pocas baterías femeninas del circuito, la cual desempeña a la perfección su cometido, atreviéndose a cantar con buenas maneras en uno de los temas, concretamente en "Ethiopia" , una versión espléndida del que popularizó Joni Mitchell.

Tanto Carrington como el saxofonista Greg Osby pertencecen al M-Base, el mismo movimiento o corriente musical que hemos señalado con Steve Coleman y es algo que se pone de manifiesto casi de inmediato, pudiendo apreciar en la primera parte un ambiente con connotaciones funk casi constantes e incluso hasta algún toque rockero aislado para paulatinamente irse trasformando hasta convertirse en su segunda parte en un ejemplo más tendente a la improvisación y a un estilo algo más rebuscado, pero siempre accesible.

Tal vez Osby, con un fraseo siempre nítido y elegante, sea quien lleve el peso del mismo, pero realmente nadie sobresale especialmente, siendo la participación del grupo una constante en la totalidad de los temas, con pocos momentos para el lucimiento personal en solitario. A mí me ha gustado mucho la labor de Adam Rogers, un estupendo guitarrista, quien bien con la eléctrica o con la acústica deja alguna referencia en casi todos los temas.



En definitiva, un trabajo que debido a la diversidad no pierde interés ni decae en ningún momento y donde el título vuelve a ser indicativo del argumento: Una estructura construida en base a las diferentes perspectivas, puesto que todos los integrantes ponen a disposición algún tema de cosecha propia, además el ya citado de Joni MItchell y que es sostenida por la estupenda interpretación global.

Creo que es una buena definición..

Un disco excelente y una estupenda piedra de toque para los aficionados que desean seguir profundizando en el conocimiento del género.

Muy buena música y muy buen sonido.
 
Lafayette Gilchrist - Towards The Shining Path



Lafayette Gilchrist---piano
John Dierker---saxo tenor
Gregory L. Thompkins---saxo tenor
Gabriel Ware---saxo alto
Mike Cerri---trompeta
Anthony "Blue" Jenkins---contrabajo
Nate Reynolds---batería


Hyena/Shantytone Records, 2005.


Bien, ya metidos muy adentro en ritmo y movimiento, creo tal vez haya que seguir un poco más y casi con total seguridad lo que viene a continuación tampoco va a defraudar.




Tal y como ocurrió con Beets en una entrada anterior, otro de los pianistas jóvenes que merece ser tenido en consideración y no convendría perderle la pista es a Lafayette Gilchrist.

Se trata de un pianista que además ejerce de compositor con una carrera relativamente corta, con 7/8 discos editados, pero que amenaza en el buen sentido, con subirse al pelotón de cabeza de carrera, puesto que tiene uno de los estilos más frescos y originales del circuito y de lo escuchado en ese elenco de intérpretes en los últimos tiempos.

Es uno de esos artistas que verdaderamente considero que representan un soplo de aire fresco para el género, que lo alejan de la monotonía y la mediocridad y que lo dotan de la creatividad e innovación que debe presidir para que este sobreviva por muchos años más.

¿Como describir el disco?

Pues siguiendo un poco con las coordenadas que Coleman marca en "Resistance is Futil" , el disco de hoy es un cocktail donde se junta además del jazz de calidad con un tanto por ciento bastante destacado de funk, con episodios de hasta cierta comicidad en ocasiones, muy desenfado casi siempre, pero donde hay también lugar para ponerse serios y detectar hasta cierta tensión. Un conglomerado que consigue que lo menos que nos pueda parecer es que este sea insulso y aburrido.



Que se den cita alguna característica descrita no significa de ninguna manera que no haya un buena dosis de elegancia, puesto que hay suficientes situaciones para demostrarla, en las que el ambiente se tensa y es ahí donde salen a relucir los recursos. Abundando un poco más en los calificativos, entra en juego también la versatilidad por la capacidad de Gilchrist de mimetizarse.. transformándose en lo que el momento y el ambiente requiera y eso no está al alcance de cualquiera.

Acompañado de un grupo de músicos bastante desconocidos para el gran público y tocando de manera muy homogénea, sin casi lugar para el lucimiento personal en solitario, con un ritmo constante, aunque sin demostraciones de velocidad fuera de tono, principalmente en 3/4 temas, Gilchrist no nos va a permitir estar sentados y nos va a obligar a levantarnos para movernos a su antojo.

Otro disco de esos que transmite buen feeling, que engancha muy bien a la primera escucha, con ritmo contagiosos y totalmente recomendable para todos los que tengan ganas de disfrutar de un buen rato de gran música sin grandes dosis de complicación, que en definitiva en ciertos momentos somos casi todos, claro.

Al igual que la entrada anterior de Hunter, gran parte del trabajo es propicio para amenizar y animar a los oyentes en cualquier reunión.

Os va a encantar también...
 
Ingrid Laubrock Anti-House - Strong Place



Ingrid Laubrock ---saxo tenor & soprano
Mary Halvorson---guitarra
Kris Davis---piano
John Héber---contrabajo
Tom Rainey---batería


Intakt, 2013.




Continuando con el año anterior y repasando aquello que escuché, toca dar entrada al segundo disco de Anti House, la formación de la saxofonista Ingrid Laubrock, del cual leyendo los integrantes que lo forman solo se pueden esperar. El disco corre a cargo de Intakt, que de un tiempo a esta parte se ha convertido en uno de mis sellos de referencia.


En esta pequeña crónica del disco, además del plantel, lo primero que salta a la vista es la predominancia de artistas femeninas en la formación, todas ellas, al igual que Rainey y Herbert atados por las preferencias hacia un mismo estilo y caminando en la misma dirección; eso y que hay además muchas colaboraciones anteriores entre ellos nos hace suponer que la compenetración no va a ser un obstáculo, que idea que llevan a cabo se va a desarrollar por la mejor de las sendas y es algo que queda confirmado a los pocos segundos de empezar a disfrutarlo.

http://i.ytimg.com/vi/h5s1qQpqV2E/0.jpg




Los destellos, las alternativas y las colaboraciones son deslumbrantes.

Seguimos en la misma línea de anteriores trabajos, donde la improvisación es parte fundamental de la obra,pero en la cual podemos detectar multitud de trazos, que van desde los rítmicos y armónicos hasta los oscuros y minimalistas creando una gran cuadro sonoro, que además se ve favorecido porque los temas parecen encadenarse, sin detectarse cambios bruscos o acciones fuera de contexto. Una libertad interpretativa siempre controlada, sin estridencias, que se utiliza a modo de cobertura de una cuidada estructura que apreciamos tras ella...

Hubiese sido imperdonable que se fallase en lo más sencillo, que es la grabación y hacerla con cordura. La labor de un ingeniero no puede echar por tierra lo más difícil, que es que la obra y su desarrollo cautiven al oyente y afortunadamente no sucede, aunque si es cierto que hay algún momento en el que da la impresión que la batería va a fastidiarlo todo; al final consigue quedar situada en el plano que le corresponde, con el resto de instrumentos flotando a su alrededor, que es la situación más lógica y como lo apreciaríamos de estar presentes en la actuación.

Disco enorme en todos los sentidos.

¡¡Que grandes son mis chicas!!.....
 
Arriba Pie