Pues sí ya había otro
post hagiográfico que me dedicó Magnolia hace como dos años. Ahí cuento cómo me dio por el gimnasio.
El caso es que quería marcarme un objetivo más "profesional", algo que me ayudara a hacer currículum (este año también me he sacado el título de entrenador personal por la
NSCA), y no sólo "ir al gimnasio". Así que busqué en internet competiciones que hubiera de culturismo natural (sin uso de anabolizantes esteroides, la lacra de este deporte), y tuve la suerte de conocer gente y asistir al nacimiento de una nueva federación en España, la
UEBBN, a la que me afilié y (así funciona la suerte) también resultó que se estaban buscando atletas para formar parte de un equipo de gente que llevar al campeonato de la mano de
BIIO System, y también me enrolé. Es un tipo de entrenamiento muy específico, basado en los grandes y básicos levantamientos de peso de toda la vida (press banca, sentadilla y peso muerto) y en el que se entrena muy intensamente, muy brevemente y muy infrecuentemente, en contra de las tendencias que abundan hoy en día en los gimnasios de entrenar cuanto más mejor, y "no pain, no gain", el mantra de los culturistas que se enchufan esteroides. De todo eso hace seis meses.
La preparación no es un camino de rosas, os podéis imaginar. Es un proceso en el que uno se enfrenta con su propio yo interno cada día, venciendo resistencias de todo tipo, resistencias que parten de uno mismo y del entorno. No es fácil llevar una dieta a rajatabla, incluso en reuniones familiares y días señalados, no es fácil tener una pareja estupenda que te apoye y comprenda cuando no puedes ir a alternar a ningún sitio porque tienes que acostarte pronto y tampoco puedes comer nada (o casi nada) de lo que hay fuera de casa, o cuando te tienes que llevar todas tus comidas preparadas de antemano al trabajo, para según en que fase del entrenamiento te encuentres, sacar un táper y ponerte a comer cada dos horas donde te pille.
La alimentación es del tipo paleodieta estricta, lo que en BIIO System llaman dieta evolutiva, que intenta replicar los ciclos de caza/reposo del habitante de las cavernas. Durante varios días de "caza" consecutivos (días en los que se entrena), que suelen ser tres o cuatro, se come poco, por debajo del nivel calórico de mantenimiento, y básicamente fruta, huevos, marisco, raíces (cosas que el hombre del paleolítico cogería sin mucho esfuerzo por ahí, y se llevaría de caza), y los días de reposo, siempre varios seguidos también, se atiborra uno de carne y verduras exclusivamente. Y cuando digo atiborrarse, es atiborrarse. Yo me llegaba a comer más de dos kilos y medio de carne esos días (carne, pollo, pescado, proteína en definitiva), más otros tantos de verduras, en un intento una vez más por replicar lo que harían los hombres de las cavernas después de unas duras jornadas de caza y con excedentes de carne a su disposición, hasta que se acabaran y empezarían otra vez el ciclo.
Es una forma peculiar de entrenar y comer, sin duda, pero a la que el cuerpo responde sorprendentemente bien, incluso sin utilizar ningún suplemento deportivo, como creatina, proteínas en polvo, etc, de los que me he mantenido alejado durante los seis meses de preparación.
El día antes de la competición te pesan y te miden, y te colocan en tu categoría. En mi caso fue "Culturismo escultral", que es una categoría en la que el atleta pesa cuatro kilos menos de los centímetros que mide. En mi caso 76 kilos y 1,80cm. Y por fin llega el día de la competición. Es todo muy extraño para un neófito: hay que afeitarse el cuerpo por completo, PINTARSE con un autobronceador hasta quedar negro y ponerse un ridículo bañadorcito que apenas te tapa los huevos. Esperas en una sala contigua hasta que te llega el turno bombeando los músculos y tomando cucharadas de miel (hidratos de asimilación rápida que llenan los músculos de glucógeno y les dan un aspecto algo más hinchado), y por fin sales. Yo, la verdad es que no estaba muy nervioso, decidí relajarme y disfrutar de todo el trabajo realizado hasta el momento. Sólo éramos cinco en mi categoría, y siendo yo un absoluto novato no esperaba ganar nada. Uno va haciendo las posturas y poses reglamentarias que le van pidiendo para que los jueces puntúen (basándose en la simetría, definición muscular desarrollo y armonía general) y espera el veredicto. En mi caso un tercer puesto que me llenó de alegría y satisfacción (como al rey).
Y ahora unas fotillos del evento:
Aquí detrás del ganador en mi categoría.
Con el equipo BIIO System (dos campeones y dos terceros puestos).
Levantando a Roberto Amorosi Hernández, el entrenador.
De izquierda a derecha Ricardo Puchades (campeón sub-21), Vanina Sternani (5º mujer escultural), Lina Prats (3ª mujer escultural), Francisco Alonso López (campeón de menos de 70kg) y yo (3º culturismo escultural)
Y eso es todo, no sé si satisface vuestra curiosidad porque lo he escrito a la velocidad del rayo. Si queréis saber más, ya sabéis.
Ah, y Javi, la próxima vez no te quedes de niñera en el coche y me sacas unas fotitos! Jajaj