'Kaze Tachinu (The Wind Rises)': lo nuevo de Hayao Miyazaki

La vi ayer. Coincido con edgtho, una maravilla. Es que si se le puede achacar algo, quizás es únicamente un poco de redundancia al principio, pero por todo lo demás…

Es que llega un punto en que Miyazaki ha demostrado tanto, que sobran las palabras. Si a caso, destacar el giro que ha dado a su filmografía que, si bien es perfectamente identificable dentro de su obra, no se parece mucho a su modo de hacer. En algunos momentos llega a la tristeza más propia de la tumba de las luciérnagas, en otros nos sorprende con secuencias enteras libres de música, tiene un diseño de sonido inusualmente realista, y lejos quedan los mundos fantásticos a los que nos tiene acostumbrado, que aquí se traducen en escenas oníricas.

La historia de amor es muy bella, sobretodo debido a su punto trágico, el sueño del protagonista de construir el mejor avión a pesar de saber que se utilizará para fines bélicos también llega como pocas cosas. Y si, Miyazaki sigue en todo su esplendor antioccidental y nos da un protagonista que fuma todo el rato :juas.

Para mi Miyazaki siempre ha sido un planificador cojonudo que sabe llenar el plano como pocos, y aquí se ha vuelto a superar.

Idla a ver, porque con "El viento se levanta" Miyazaki no ha hecho solo otra obra maestra, sino una obra maestra diferente a lo que nos tiene acostumbrado. Y esto, en un cine actual en el que todos los autores caen víctimas de su propio estilo, tiene mucho mérito.
 
Miyzaki siempre ha sido muy versatil. Empezó con una de ladrones, se fue a una de ciencia ficción a lo Moebius, despues nos vino con otra sci fi pero de aventuras, dos pelis costumbristas con un toque fantásticfo de cierta importancia pero menor, una de aventuras románticas con un elemento fantástico practicamente desdeñable, el mejor Kurosawa desde Kurosawa donde se cortaban cabezas, dos cuentos de hadas para todas las edades, un cuento de hadas infantil y ahora un drama realista protagonizado por adultos.

Entre Totoro y Mononoke, ambas incluidas, sus elementos fantásticos no han impedido que fuesen algunas de las peliculas más realistas que se han hecho en las ultimas decadas, en cuanto a los eleemntos que se permitían serlo, claro. Tampoco hay que olvidar que en su guión y sus storyborads para Susurros del Corazón tampoco había ni un elemento fantástico... el breve que había era... en un sueño.

Lo que diferencia a esta de las demás es más bien su tono más dramático, entendido en su sentio más estricto de "exploracion de un personaje ys su circunstancias".

Tengo un amigo japonés, por cierto, que me ha comentado que el guión es un prodigio en su uso de un lenguaje arcaico de la epoca y de formalsmos hoy en desuso y que le ha quedado muy, muy natural a Miyazaki, para nada impostado o artificial. y que se ha ganado muchos aplausos por eso. Me temo que los doblajes de que oido no guardan mucho ese aspecto...

Yo aún no la he visto, pero os tengo que preguntar... ¿Cómo está Hideaki "Baka Shinji" Anno interpretando a Jiro? He oído testimonios contradictorios dignos de Rashomon.
 
Me habéis puesto los dientes largos. Quiero verla en el cine, espero que aguante por lo menos hasta el fin de semana que viene.
 
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(Kaze tachinu (The Wind Rises), Hayao Miyazaki, 2013)​



La visión romántica desde todo punto de vista


Cuando un director dice que su nueva película es su carta de despedida uno, como fan, tiene la extraña y desagradable sensación de que en parte desaparece del panorama cinematográfico y tiende a ser más benévolo, en cierta medida, con la obra expuesta. No significa eso que se vaya a ser magnánimo o permisivo pero uno entiende que para bien o para mal eso es el final de un ciclo. Con Miyazaki, por suerte, no hacen falta lisonjas ni bondades forzadas. Uno sabe que cuando va a contemplar una película firmada por el maestro va a hacerlo sabiendo que no le van a engañar ni le van a dar gato por liebre amparándose en calidades previas. Con las constantes en su vida presentes y frescas como el primer día acudimos a un título mucho más intimista si cabe que cualquiera de sus anteriores películas pero sin alejarse mucho de su mayor referencia: el mundo onírico de los sueños.

Porque los sueños, como tales, son siempre campo y caldo de cultivo para que lo más imaginativo, fantástico y posiblemente lo más inverosímil tenga cabida como ya sucedía en casos en cada uno de sus títulos. Y ésta, al estar basada en una historia real, un biopic a fin de cuentas, uno podría caer en la tentación de creer que no habrá nada que se asemeje o permita pertenecer al mundo fantástico. Todo lo contrario. La esencia, la base, el elemento, el centro, todo comienza con un sueño. Y “El viento se levanta” surge y toma forma gracias a los sueños. No los que tienen formas abstractas o de difícil definición sino esos que a uno le dan alas (nunca mejor dicho), esos que le permiten a uno evadirse o concebir mundos mejores. Nuestro protagonista, Jiro Horikoshi, su miopía nunca fue impedimento para poder tener sueños de grandeza. Adaptados, eso sí, a su vida. Y como Miyazaki procesa una devoción absoluta por la naturaleza, elemento con el cual siempre fusiona a sus personajes (y por ende sus vidas), recurre a esta para que los sueños y la realidad formen un todo. Sin ir más lejos una espina de caballa será el elemento de inspiración para poder construir el diseño del avión que acabaría convirtiéndose en el vehículo japonés empleado en la 2ª Guerra Mundial.


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Forma y fondo, desde el punto de vista más poético, intimista, romántico, calmo, bello y vital, van de la mano para fluir como un manantial de ideas, historias y personajes en un ámbito de revolución constante pero sin dejar al margen o en la lejanía el respeto y veneración por una cultura que aún quedando, quizás, un poco atrasada con respecto a países contrarios acabó siendo una potencia mundial a tener muy en cuenta. Claro está Miyazaki siempre ha sido un pacifista y la guerra siempre le ha servido como vehículo de crítica para demostrar y exponer que la paz es el fin (y el principio). Debido a ese punto de vista y forma de ser decide dejar al margen la parte de la guerra en la cual acabó enfrascándose Japón para preferir enfocarlo desde un tono mucho más bondadoso, entregado, respetuoso y con intenciones mucho más didácticas que narrativas. De ahí se desprende que la película, durante su mayoría de metraje, tome un tono más cercano al documental que a una película con aventuras, intrigas y tensiones de por medio.

“El viento se levanta” es una alegoría que encierra un romanticismo empedernido en todos los aspectos que toca. Y no porque la palabra vaya referida simplemente a la parte amorosa, que la tiene, en uno de los momentos más emotivos y cercanos hacia el espectador de todo el metraje sino porque la palabra en sí define y resume todo lo que Miyazaki toca. Desde los sueños donde el protagonista entablará relación con Caproni, un ingeniero aeronáutico por el cual siente verdadera devoción y admiración, con el cual mantendrá conversaciones trascendentales en su vida y a su vez será su fuente de inspiración como modelo a seguir (y en cierta medida superar), pero también por la forma en cómo la película nos narra su vida, donde la poesía de la época, vibrante y convulsa, conjuga con la forma de ser respetuosa, amigable, decidida y honrada al igual que la forma en cómo el empleo y dedicación hacia el mundo de la aviación toma importancia y relevancia. Pero incluso algo tan drástico, triste y desolador como un terremoto, aparte de ser expuesto con gran despliegue de medios pero sin recurrir a un dramatismo excesivo, servirá de puente de unión con la futura amada. Hasta la relación con los alemanes para aprender y tomar ideas para sus futuros diseños son empleados como algo vitalista, desde un punto de vista docto y cargado de respeto.


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Claro está, no se puede negar que la parte romántica y triste de su relación con su amada, quien está enferma de tuberculosis y será una pieza clave en su vida, Miyazaki recurre a una tonalidad elegante y triste al mismo tiempo pero sin recurrir a dramatismos exagerados aunque cuente con una de las escenas más impactantes de toda la película donde la sangre rompe la escena al igual que las lágrimas de él rompen el papel de sus diseños a modo de rabia reprimida. Pero también es cierto que debido a su extenso metraje (hablamos de dos horas largas) puede que en parte, al no tener altibajos en el tono, el conjunto se resienta en ciertos pasajes precisamente por esa profundidad cargada de emociones contenidas e historias parcas en efusivas miradas. Aún así estamos ante una auténtica obra de arte absoluta que confiere una clase magistral tanto en forma (animación tradicional que abofetea sin pudor y con contundencia a todo aquel que creía que esa técnica era la causa de que el cine animado estaba en horas bajas) como en fondo. Una paleta de colores viva, cargada de matices muy bien expuestos, donde los escenarios y lugares saltan a la vista como si de un lugar de ensueño se tratase (la forma como Miyazaki plasma la naturaleza viva sigue siendo una fascinación hipnótica imposible de superar) al igual que elementos tales como agua, fuego y viento cuentan con un realismo desbordante. Una despedida que aún sabiendo triste no puede ser mejor.
 
vale, vale, muy bonito, pero lo que es importante ¿qué tal está Hideaki Anno?
 
Como película me ha parecido bastante fallida, sobre todo esa historia de amor ñoña y pegote. Funciona bastante bien sin embargo en cuanto a elegante documental sobre el creador de los cazas zero, y la época, y sobre todo, en la parte de los sueños, que creo que es donde Miyazaki siempre lo clava, en la fantasía.

Con todo, un placer disfrutar de una obra de artesanía como está en pantalla grande.
 
La he visto ayer y no sé que pensar. El comienzo es elegante, interesante y divertido. Pero llega un momento en que la película parece que se proyecta en slow motion, parándose interminables segundos en planos completamente estáticos donde nada se mueve o sucede.

A un adulto se le puede hacer "pasable", pero a alguien más joven lo más normal es que le resulte lo más plúmbeo de lo plúmbeo.

En cambio hay escenas que sí tendrían interés y en su lugar encontramos unas elipsis alucinantes.

PS: Al cine no vayáis con vuestros hijos u os exponéis a un concurso de bostezos.
 
Lo cierto es que tiene un ritmo muy pero que muy pausado. Y al ser más un documental que otra cosa pues se resiente (a mi también me pasó, la verdad). Lo que pasa es que es tan bella y poética que los fallos no la matan.

También es verdad que no es una peli para críos como puede ser Ponyo o Totoro o para adolescentes como otras tantas del maestro.
 
Fuí a verla con mi hijo de 10 años el mismo fin de semana de estreno, y salimos todos encantados con la película.

Es cierto que no es muy dinámica, pero es que es una poesía visual extraordinaria. Mi hijo en general, protesta en los cines en el momento en que le digo que me gusta disfrutar de los créditos hasta el final, y en esta estaba embobado mirándolos.

Igual es debido a que le dijimos que era la última película del Maestro Miyazaki, el caso es que al salir, fue comentando diversas cosas de la película que le habían impactado.

Realmente, no la recomandaría para niños movidos, pero a mi hijo (que está medio japonizado y que ha visto El Castillo Ambulante más que SW:EPIII) le gustó mucho, y evidentemente, para cualquier cinéfilo, es una película imprescindible.
 
Es extraño. Yo la vi en un cine con unas cuantas familias con niños alrededor, y pensé que me iban a joder la proyección. Pues bien, no dijeron NI MU durante toda la (larga) película. Estaban encantados. Me tuve que tragar mis prejuicios.

Yo diría que es una película para adultos, pero creo que a veces (demasiadas) subestimamos la inteligencia de los niños.
 
Yo diría que es una película para adultos, pero creo que a veces (demasiadas) subestimamos la inteligencia de los niños.

Cuando se estrenó Mononoke en Japon, Miyazaki reconoció preocuparse mucho cuando hablaba con adultos puestos que su interpretacion de la pelicula distaba muchisimo de las intenciones que él había tenido al hacerla; pensó que había sido torpe a la hora de plantear sus ideas en celuloide. Sin embargo, hablando con diversos niños sobre la misma, se dio cuenta de que habían sido los niños los que practicamente habían interpretado el film tal cual él pensaba debía ser interpretado, a grandes rasgos, y teniendo en cuenta que cada interpretacion es personal.

La experiencia es un grado y el tiempo una oportunidad, pero los adultos nos traemos a veces demasiado bagaje personal a una pelicula y nos olvidamos de contemplar de forma abierta la obra que se proyecta en pantalla en vez de conformarla a nuestros numerosos prejuicios. Decía Picasso que hubo un momento enq ue tuvo que volvera a aprender a pintar como un niño. Se podría decir que a veces los adultos deberíamos volver a ver cine como un niño.
 
La película trata de hermosos sueños y la búsqueda humana de esos sueños en un mundo donde el mal y la desgracia existen. Las pirámides de Egipto permanecen como un testimonio de los sueños humanos, pero fueron construidas por esclavos, y Jiro sólo quiere construir máquinas hermosas a pesar de que van a ser utilizados en la guerra. Jiro está tratando de vivir una vida plena, pero la tensión de la historia es en la forma en que equilibra su carrera con su vida familiar. Supongo que una historia como ésta, que atraviesa tanto tiempo es difícil de decir. Las secuencias de los sueños con Caproni parecían reflejar mejor la importancia de la narración,los elementos fantásticos habituales donde es fuerte Miyazaki y es su sello en conversaciones como en El viaje de Chihiro y El Castillo Vagabundo. Yo había oído que la película fue criticada por ser demasiado nacionalista y por otros por ser demasiado poco patriótico,pero creo que Miyazaki logró evitar hacer puntos políticos explícitos,como en El Castillo Vagabundo, donde no se explica nunca de la guerra; gran diferencia con Nausica y Princesa Mononoke, donde hay guerra como telón de la historia siendo que las formas de hacer una guerra dependen de los propósitos de los combatientes.No esta de mas leer Eagles de Mitsubishi: The Story of the Fighter Zero .

El tema de la familia y el equilibrio de la carrera, sin duda se puede relacionar con la vida personal de Miyazaki. Aparte de que yo no creo que haya mucho más que decir en relación con el propio Miyazaki, me da la sensación de que él se acercó a esta película como cualquier otro y no necesariamente como una auto-declaración final.Por lo menos es lo mejor que ha hecho desde Chihiro que le valió el reconocimiento internacional fuera de Japón. Las dos últimas películas de Miyazaki,Ponyo y El Castillo Vagabundo proporcionaron un excelente entretenimiento, pero faltan en la intensidad emocional y el rigor intelectual de la oscura y épica Princesa Mononoke.

El Neo-realismo fue un movimiento cinematográfico en Italia de la posguerra que se centró en una toma realista sobre el día a día de los oprimidos con una visión sin concesiones. Miyazaki obtiene este elemento de su estilo para la segunda parte de la pelicula y la secuencia del terremoto de su socio de largo tiempo y mentor, el "gran maestro" de la animación japonesa, Isao Takahata (La tumba de las luciérnagas) Cuando Miyazaki era un niño su madre sufría de tuberculosis, y aunque ella sobrevivió, significaba que ella estaba hospitalizada por un largo período de tiempo durante su juventud. El padre de Miyazaki era muy parecido a Horikoshi, un ingeniero que tenía una tienda de máquinas que hizo las piezas para aviones,incluyendo el Zero durante la Segunda Guerra Mundial, ante la sensibilidad de Miyazaki e identificarse con Jiro para destacar es el final, que es a la vez al mismo tiempo celebración de las alegrías de la vida, y los horrores de la muerte. Jiro se encuentra en un campo idílico lleno de los restos caídos de los aviones estrellados. Se reúne con su mentor imaginario Caproni que discute el resultado sombrío de su bella máquina,vemos lo que es aparentemente el fantasma de Nahoko deseando que él viva una vida plena. Jiro lamenta lo que ha hecho, pero Caproni le recuerda que su sueño se ha hecho realidad. Estas escenas finales son una reminiscencia de un tema común en toda la obra de Miyazaki de personas que viven a pesar de las circunstancias difíciles. Jiro es Hori Tatsuo, Miyazaki es el Thomas Mann de La montaña mágica.


Tiene buenas secuencias animadas , uno de ellos,obviamente, el terremoto, así como la penúltima secuencia de sueño con Caproni y la escena en la que Jiro persigue el parasol. H.Anno muy bien dando voz a Jiro.
 
La vi hace ya unas semanas: despedida por todo lo alto del maestro Miyazaki con su película mas adulta y realista. Quizá no sea una cumbre como Totoro o Porco Rosso, pero consigue nuevamente emocionarnos con la mas sencilla de las historias: la de un joven entusiasta de los aviones que sueña con diseñarlos y que cumple su sueño.

A destacar las escenas oníricas del prota (única concesión al fantástico en esta ocasión) y ese inolvidable tramo final que te hace perdonar absolutamente todos los pequeños fallos del film y entregarte una vez mas a la magia de Miyazaki (y de Hisaishi, no le olvidemos), esa que al menos una vez en cada uno de sus films te encoge el corazón, te pone los pelos como escarpias y te hace aflorar una lagrimilla ante tanta belleza.

Este señor debería ser inmortal, si de verdad es su ultima película nos quedamos sin uno de los mayores genios de la historia del cine. Ghibli seguirá y probablemente todavía nos regale alguna nueva joya, pero Hayao es insustituible.
 
Mi único pero ahora que tiro de recuerdo es que podría tener un ritmo un poquito más, como decirlo, ameno. Es más casi un docu que una peli. Claro está, con el sello indiscutible. Pero es una obra de arte desde cualquier prisma.
 
Si, es quizá mas lenta en su desarrollo que el resto de sus peliculas, y tampoco olvidemos que no todos somos tan apasionados de la aeronautica como Miyazaki y eso puede distanciarte un poco de la historia. Pero al final Hayao trata siempre temas universales y por eso nunca falla.
 
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