Pues ayer Putin me llamó la atención bastante. Porque puede hacer alguna bravuconada y anunciar que reconoce la independencia de las provincias rebeldes de Ucrania. Es un poco bajo el artículo 33 del Derecho Internacional, pero bueno... lo haces y que salga el Sol por Antequera. Tampoco se va a escandalizar demasiado el resto del mundo en este momento en particular. La UE diría muchas veces Deeply Concerned y los EEUU dirían que los rusos son unos irresponsables y que se reservaban las reacciones a este anuncio. Pero no hizo solo eso, sale Putin y da una clase de Historia bajo el prisma supranacionalista ruso y viene a decir que Ucrania es un país inventado, y que vamos, no tiene ni siquiera derecho a existir.
Esta argumentación, sentado aquí frente a mi ordenador, con las clases de Relaciones Internacionales ya muy oxidadas por lo que hablaría en categoría de cuñado (as usual), viene a ser una justificación de guerra. No sabía que la apuesta la iban a llevar tan lejos, creía que iban a ir metiendonosla suavemente, no que nos petase el culo de un empujón. No se qué pasará, o como reaccionará Ucrania, que tampoco son hermanitas de la caridad precisamente. Pero de momento, la herida también sangra porque da la casualidad de que las zonas mejor instaladas economicamente son las que Rusia de momento reconoce como independientes, y que presumo se anexionará por cauces democráticos en próximas semanas o meses. ¿Que no lo reconoce la Comunidad Internacional? Se la suda, de momento, de facto ya estaban anexionadas. Y Putin allí repartió pasaportes hace tiempo como si no hubiera un mañana.