Lo que está claro es que el mundo, a pesar del mundo de la piruleta europeo, sobre todo de los dirigentes de izquierdas, nunca más va a dejar de ser un mundo en tensión. Siempre habrá conflictos armados, más cerca o lejos. A medida que determinados recursos vayan disminuyendo habrá guerra en los países de donde se obtengan. La única salvación siempre serán los motivos económicos y comerciales. Veremos de qué lado se decanta China, que así como exporta a todo el planeta, también dispone del mayor mercado propio del mundo.
Lo que prefiero no ver es una guerra en la que tenga que entrar Europa, porque habrá que ver de qué disponemos y si no nos comen los mocos desde Asia, que es muy probable que sí, mientras por aquí desmantelamos todo el tejido productivo, incluyendo el militar, a pesar de que en España somos unos fenómenos en ese aspecto.